¿Podrás Rehabilitarme? | Larry Stylinson

Harry

Harry Styles, 20 años. Londres.

"Puta cabeza de mierda" Fue lo primero que pensé cuando abrí mis ojos por la mañana y sentí un dolor insoportable en mi cabeza. Tenía una de las resacas más fuertes de mi vida. A juzgar por el olor a alcohol y marihuana, había tenido una fiesta muy buena la noche anterior.

Miré a mi alrededor y vi un desastre en mi apartamento. Botellas de diferentes licores desparramadas por todas partes, algo de cocaína desparramada en el piso y ¿ropa?... Si, ropa. Me acabo de dar cuenta de que hay 2 chicas en mi cama conmigo. 

Las chicas se removieron en mi inmensa cama de soltero. Les vi la cara y no eran tan bonitas como pensé.

Me levanté de mi cama lentamente y suspiré. Me dolían la cabeza y los ojos demasiado, era insoportable.

Fui al baño a ducharme. Necesitaba sacarme el olor a sexo y alcohol. No me gustaba oler así, me sentía sucio. Aunque acostarse con desconocidos y desconocidas ERA sucio.

Me metí en la ducha y sentí como mis músculos se relajaban al encontrarse con el agua caliente. Cerré mis ojos y dejé que todos mis pensamientos fluyeran. 

- ¿Quieres compañía? - Oí una voz femenina, muy seductora. Abrí mis ojos y se trataba de una de las chicas con las que había tenido sexo. La verdad no me incomodaba que me viera desnudo.

- No, gracias linda. Estoy cansado - En realidad, no me gustaba bañarme con nadie. Creía que la ducha era algo muy personal como para compartirla con cualquiera. Ella pareció molestarse.

- Está bien - Dijo con un tono brusco - ¿Nos das dinero para el taxi?

- Si quieres las llevo yo, en unos minutos estoy listo. Si quieren saquen algo del refrigerador para desayunar. - Dije tratando de ser amable.

- Tenemos prisa, emm... como quiera que te llames.

- Harry. - Caí en la cuenta de que yo tampoco sabía cómo se llamaba.

- Ok, tenemos prisa Harry. Tenemos que irnos ahora, sólo danos para el taxi. - Dijo rápida y frustradamente. Yo tratando de ser buen chico y ella me trataba como mierda.

- Está bien... Creo que tengo algo en mi billetera. Está en el segundo cajón de mi armario, creo. Saca lo que necesites - Ella sólo asintió y se fue dejándome sólo. No tenía mucho dinero en mi billetera, pero creí que le alcanzaría.

Me tardé aproximadamente 5 minutos en terminar de ducharme y enrollarme la cintura con una toalla. Al dirigirme a la cocina las dos chicas no estaban, en su lugar había una nota: "Nunca le confíes a una extraña tu billetera". ¿Qué mierda? Pero sí yo no tenía nada en mi... Ah. Sí tenía. El recuerdo llegó a mi mente; anoche hice una gran venta de cocaína y deposité allí el gran pago. Joder. Qué estúpido fui. Obviamente, las perras se llevaron el dinero.

Sentí que tocaban el timbre de mi enorme piso repetidas veces. "Ya voooooy" Grité a la persona que se encontraba en la puerta. Corrí a mi habitación y me puse lo primero que encontré. Seguramente se trataba de uno de mis clientes, así que me valía verga como me veía en ese momento. 

Corrí de vuelta hacia la entrada, sonreí y abrí la puerta de un tirón. Mi sonrisa se apagó cuando vi de quien se trataba.

- Harry. - Dijo mi padre con una expresión severa.

- Papá. - Le respondí de la misma forma.

Él se abrió paso y entró a mi apartamento sin permiso, no necesitaba pedirlo. Él es quien paga la renta todos los meses.