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La mirada de Jimin comenzó a recorrer aquel pálido cuerpo, su diestra ejercía movimientos con más fuerza sobre su virilidad, los estimulantes sonidos de su acompañante se llevaban con cada segundo un gramo de su cordura, el rubio únicamente quería tirarse encima y besarlo hasta que sus labios no se sintieran, aún más en cuanto el moreno cerró sus ojos y se dejó llevar por el abrumador orgasmo, consiguiendo manchar sus prendas y de paso su mano, así le dio un instantáneo paso a la gloria a Jimin únicamente con su fuerte gemido.

Minutos más tarde Jimin yacía cambiando su pantalón de dormir, habiendo dejado los ya manchados en el cesto de ropa sucia antes de darle una última visita a su compañero de departamento.
El joven se había dormido segundos luego de haber llegado al climax, Jimin al llegar limpió un poco sus prendas y le arregló la facha lo que más pudo antes de taparle con las mantas para dejarle dormir un poco más tranquilo.

×××

El híbrido se levantó cuando los rayos del sol le llegaron sobre sus ojos, soltando un sutil quejido mientras salía de entre las mantas para poder verificar su soledad, no se había levantado con un problema manual y aquello le sorprendió, pues realmente no recordaba haber llegado la noche anterior; se dio una larga ducha de agua tibia y salió con la misma prenda ajena, aunque ahora traía un par de ropa interior limpia al andar.

— ¿Niño? ¿Recordaste dejar mi desayuno en el horno? —  Preguntó entrando a la habitación impropia para toparse con un aún dormido rubio, tal cual el día anterior con la boca abierta y un hilo de saliva cayendo por su comisura. YoonGi le dejó tranquilo al ir por su desayuno, al parecer le habían hecho caso pues unas tostadas de atún y espinaca estaban en el horno, y un té de menta se mantenía sobre el mostrador, sin mencionar que el aire acondicionado estaba al máximo, y el peli negro comenzaba a tener frío.

×××

Jimin despertó con una brutal hambre, levantándose para lavar su rostro y dientes e ir por fin en busca del primer café del día, mas toparse con el felino le tomó por sorpresa, y con las mejillas rojas entró a la sala directamente hacia la isla en la cocina para poner agua a hervir, obviando por completo al joven en el sofá.

—  Oye, ¿Me vas a ignorar acaso? Dame los buenos días por respeto al menos. —

— Ayer dijiste que no te mirara, ni hablara, ni respirara cerca tuyo, nada, eso es lo que hago, te complazco. —

— No lo hagas cuando me bajen los efectos del celo, no son durante todo el día, torpe, viene y va cuando le da la gana, por ejemplo: ahora no hace presencia, ¿Jugamos algo? ¿Tienes Mario Kart en el Wii que veo ahí? —

El híbrido gozaba de los video juegos, aún más cuando tenía compañía y sus habilidades y reflejos felinos le ayudaban a humillar a su contrincante, no desperdiciaría esa oportunidad nunca.

—  Primero debo desayunar, por cierto... ¿Anoche hiciste algo? Había un poco de ruido en tu habitación. — Casualmente preguntó, saber si recordaba el incidente quitaría un gran peso de encima.

YoonGi trató de recodar algo más que a él mismo tocándose y gruñendo lo menos posible, pero nada, su mente tenía un vacío, probablemente se habia dormido a mitad de acto, o eso pensaba.

— Sólo me masturbé y luego dormí, ¿Sucedió algo anoche? —

La sinceridad que poseía el peli negro consiguió que jimin tosiera con su bebida en boca, el café estaba listo ya y un trozo de tarta de fresas reposaba sobre el mostrador.

—  Ese debió ser el ruido que oí... No me molesta ni nada, entiendo que es normal, tan sólo me preocupé, creí que podría haber sido una pesadilla. — Mentir se le daba excelente. — Juguemos Mario mientras desayuno, enciende la tv. —

Y así comenzaron ambos chicos una batalla campal por la victoria, tres mapas habían sido ya superados, cada uno con una victoria, y el último tristemente lo ganó el mismísimo Mario, aunque ninguno había elegido a su personaje y ganó porque los competidores comenzaron a chocarse durante toda la pista sin madurez alguna.

— Minino, ¿No es incómodo tener esas orejas? —

Preguntó Jimin en su descanso habiendo terminado su desayuno, encontrándose recostado contra el sofá al igual que el híbrido.
Segundos más tarde, el rubio de manera imprudente alzó su mano, comenzado a acariciar aquella esponjosa cabellera, tanteando el terreno hasta poder acariciar con sutileza una de sus alzadas orejas, consiguiendo por parte de YoonGi un tenue ronroneo, al igual que su cabeza se inclinó hacia la mano impropia, Jimin en aquel instante se alertó y su pulso se aceleró, el ronroneo iba en aumento con los mimos que Jimin entregaba y el pálido muchacho ya había cerrado sus ojos.

— No me acaricies así, Jimin, te lo dije.— Ordenó en voz baja YoonGi intentando mantener la mayor calma, el segundo día su cordura aún hacía presencia, aunque sus instintos primitivos le exigían tirarse sobre el joven y llenarle de besos.

— L-Lo lamento, fue por inercia, sigamos jugando. — Debía admitirlo, esa voz grave le había fascinado, y ya comenzaba a usar ese nuevo apodo en el mayor.

×××

Yoonmin ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora