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— Lo sé... Pero me siento bloqueado, de verdad, Jun, nunca había tenido tantas posibilidades delante, ando más torpe de lo usual.—

— Ah... Te detesto, ¿Sabes cuánto daría yo por tener el control del chico que me gusta durante veinticuatro horas? Haría valer cada segundo, y tú sólo lo mandas a su habitación a encerrarse por cuanto, ¿Ya van dos horas? Eres demasiado aburrido.—

— Por eso te llamé... Yah, lo sé, pero sigo molesto con él, me besó sabiendo que estoy molesto, dolido, decepcionado y mil cosas más, ni si quiera sé qué es de nosotros, anda teniendo acostones por ahí el hijo de puta, y no tiene la decencia de decirme, imagina me pega algo, ah.—

— ¿Admitió estar con otras personas?—

— No... Pero es obvio.—

— Sólo es obvio en tu insegura cabeza, Jimin... Por favor ve a hablar con él, ¿Si? Ya si admite tener amoríos por ahí lo haces lamer tu zapato, no sé, tienes varias horas para hacerlo pagar hasta que te canses, y sino, ya podrás ponerte romántico y meloso otra vez... Ahora debo cortar, voy saliendo a clases, hablamos luego, llorón, mil besos para ti, ¡Mucha suerte!—

— Mhh... Cuidate, te quiero.—

Estar más de dos horas encerrado era tedioso, aún así temía salir de esa habitación, no quería a Jimin más molesto. El reloj casi marcaba su horario de trabajo y por lo mismo ya se había preparado para salir, asumía que al menos para eso sí tenía permiso, alistó su mochila y cambió sus prendas, además se había dado una ducha, ya estaba prácticamente listo para salir cuando pudo oír la puerta del departamento sonar, ¿Jimin acababa de salir mientras él estaba encerrado? No podía negar que se sentía un poco dolido.

Con su obvia expresión deprimente Yoon salió de su habitación para poder finalmente partir al trabajo, pero para su sorpresa Jimin se encontraba caminando de un lado a otro por la sala del departamento, siendo atrapado por su mirada al instante.

— No te di permiso de salir, regresa a tu habitación.

— Jimin... Debo trabajar, recién parto, no puedo faltar...—

— Yoon, a tu habitación, ¿Acaso no fui lo suficientemente claro?—

Y ese tono jamás lo había escuchado, ni si quiera sabía que Jimin tenía un lado tan... Tosco, su expresión era más que áspera y aquél tono grueso de voz le hicieron regresar al cuarto cómo un niño castigado, se sentía hasta un poco intimidado por esa faceta desconocida.

Diez minutos más tarde pudo escuchar el picaporte sonar y comenzó a sentirse ansioso, había esperado tanto por señales por parte de su compañero que el verlo entrar parecía casi un sueño.

— Sabes cómo me siento, Yoon... Y justo ahora no puedo tolerar escucharte, no dejo de pensarte con otras personas, y es repugnante, he vomitado por tan sólo recordar el perfume que traías el otro día, que claramente mío no era, y tuyo tampoco.—

— Jimin, necesito que hablemos de eso, pero de verdad ahora debo ir al trabajo.—

— Esto será cómo yo quiera, ¿Bueno? Sólo he podido pensar en una cosa que hacer, soy malo con las ideas... Pero ah, hoy iré al trabajo contigo, debo hacer un par de trabajos en grupo y lo haremos en tu local, así podré ver lo que haces.—

Comentó mientras dejaba sobre su cama una bolsa sin mucho diseño, tan sólo un color negro con bordes en plateado que mantenía su interior todavía sellado a la vista.

— Quiero que sepas cómo me he sentido, así que vas a usar esto mientras trabajas, y más te vale hacerlo bien, no quiero que te despidan por mi culpa, ¿Entendido? Mh... hazlo rápido ya nos vamos, te espero abajo, pediré un taxi. —

Yoonmin ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora