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Recordar tales caricias tan simples en sus orejas sacaban ronroneos tenues de YoonGi, por un momento se dejó llevar y bajó sus párpados, quería más, obviamente quería ser mimado por el chico, necesitaba sentirlo
otra vez, ya se acercaba la hora de la cena y escuchaba a Jimin en la cocina preparando todas las cosas, el sonido de las ollas y cacerolas, el agua corriendo, aquello hizo al moreno calmarse un poco, se distrajo con la tv y esperó con calma el llamado del rubio.

—  ¡YoonGi, ya está listo! —

El chico al cual llamaban se levantó con sus orejas erguidas y siguió aquella dulce voz hasta su fuente, esbozando una sonrisa antes de fijar la vista directamente en la comida preparada; una ensalada verde con budín de atún.

— Gracias, Jimin. — YoonGi con una sutil sonrisa fue donde el chico y pasó ambos brazos por la cintura foránea, comenzando instantáneamente a restregar su rostro contra el abultado suéter que su acompañante traía, su esencia era exquisita y el moreno podría pasar toda su vida así, simplemente estando abrazado al joven de labios gruesos y gozando de ese aroma que guiaba su actuar.

Su pulso se aceleró en el mismo momento que vio aquellas orejas tan adorables aproximarse a él, sabía que su acompañante no era cariñoso, aquellos pocos días simplemente habían hablado tres o cuatro veces,  para jugar un poco o a las horas de comida, y las cordialidades al despertar u antes de dormir, aquello era nuevo.

— Y-YoonGi anda, hay que comer, luego te doy mimos. —
Murmuró intentando salvar la situación, pero su acompañante no se lo dejaría fácil, y Jimin comenzó a alterarse cuando aquellas felpudas orejas comenzaron a subir hasta llegar contra su mentón y mandíbula, pues el moreno se encontraba justamente escondido contra su cuello.

— Ahora eres mío, ¿Vale? No quiero mascotas, no quiero novias o novios sorpresa, amigos posesivos, nada de eso, Jimin... Tú y este departamento ahora son míos.—
El lado posesivo de YoonGi había salido a flote, en esas instancias era más susceptible a ser dominado por tales instintos, y apenas sintió un perfume que su acompañante no acostumbraba abordar las prendas del mismo, sintió la necesidad de dejarle en claro su puesto, por más irracional que fuera.
— ¿Con quién estuviste hoy? ¿Acaso tienes novio y no me dijiste? —
De manera posesiva el moreno comenzó a acurrucarse en el cuello del chico queriendo impregnar su aroma; queriendo marcar aunque fuera un poco al muchacho fornido, y este simplemente se dejó hacer, tomándole por los hombros en un momento de valentía para alajer al consentido chico.

— Debió ser algún amigo al despedirse hoy... Y-Yo no tengo a nadie más. — Debía darle en el gusto, ¿No? Era lo correcto, estaba convencido de ello y por lo mismo lo hizo.

—Mh... ¿Seguro? Ya vamos a comer, ahora sí estoy tranquilo, detesto que mi gente tenga otro aroma, y tú ahora eres parte de mi gente. —
YoonGi en silencio y con una sonrisa más amplia de lo habitual fue a su asiento, comenzando a probar su comida mientras divagaba sobre el por qué de su actuar, segundo día y andaba marcando territorio, algo andaba mal, lo tenía claro.

— Ten cuidado al comer... —
Murmuró Jimin antes de alzar su pulgar y limpiar la comisura impropia que se mantenía con un poco de salsa de champiñones, probando luego aquél resto de comida.

— Gracias... pero ya no hagas esas cosas, no somos pareja. — Tan cambiante como siempre YoonGi volvía a ser todo un felino antipático, Jimin tendría que acostumbrarse a esos cambios.

×××

— Quizá no sea tan malo dormir con él, ¿No, Hobi? En esta habitación me siento solo, no me gusta. —
Habló el rubio por teléfono con su mejor amigo, ya iban a dar las doce, y el sueño no llegaba, únicamente quería acurrucarse en el aroma de Jimin.

— Ah... es el segundo día... no creo que sea tan malo dormir con él, Suga, podrías preguntarle si te deja dormir con él, haz el intento. Pero por favor, ten cuidado mañana, es uno de los peores días, despiertas y te largas a tu cuarto, ¡Nada de seducir a Jimin! —

YoonGi lo sabía, le tocaría difícil los siguientes días y era obvio que haría todo lo posible por saciar su celo, era igual cada mes, le exigía a quién fuera que le complaciera, hasta llegó a ofrecerse a Tae quién amablemente le acarició el cabello y terminó con el moreno encima intentando bajar su erección en base a roces. Por aquello casi se lleva una paliza.

— No te preocupes, sé que hacer. —

×××

El calor estaba matando al rubio, en su habitación habitualmente subía la temperatura por el grosor de las paredes, y gracias a eso, Jimin tenía la manía de dormir en ropa interior con una playera musculosa, y esa noche no sería distinto, se estaba cambiando para dormir y únicamente le faltaba la playera hasta que la puerta se abrió, dejando ver a un minino con orejas caídas y el rostro en tono carmín.

YoonGi en silencio avanzó por la habitación omitiendo el fuerte aroma de Jimin, llegando a su cama para taparse bajo las cobijas en silencio e intentar dormir, sin dejar en obviedad la manía que tenía por olfatear la gran almohada de su acompañante.

— ¿Quieres dormir conmigo o estoy volviéndome loco? —
Preguntó con una sutil sonrisa el rubio, debía admitir que el minino sumiso en su cama le gustaba un poco más que el felino arisco que entró a la cafetería el primer día.

Al no conseguir respuesta, Jimin simplemente cerró la puerta y se recostó, alzando el ceño ante el calor proviniente de su acompañante, ¿Estaría mal? Jin le dijo aquella tarde que a los híbridos en celo les servían las duchas frías o un baño de hielo por las noches si no podrían "Coger" Cómo dijo vulgarmente su amigo que parecía educado por fuera, pero realmente no lo era. Con aquella idea en mente y con la confianza tapándole los sentidos, la diestra de Jimin subió a la frente del chico para tomarle la temperatura, así siguió con el cuello, asombrado de no conseguir reacción del mayor, y finalmente bajó a su abdomen, alzando su propia ropa que el moreno le había robado descaradamente para usar de pijama, hasta que escuchó un sutil y grave quejido, consiguiendo que su cuerpo se quedará estático en aquella posición.

— ¿YoonGi? ¿Sucede algo? ¿Te sientes mal? —
La preocupación en el menor creció notablemente, sentía el pulso de su compañero al tener la mano entre aquellas finas costillas, realmente estaba pensando en sacarlo de las mantas pero guardó silencio al ver movimiento.

No podía aguantar más, el aroma penetrante del chico conseguía excitarle notablemente, más aún al haberle visto sin playera, ese torso marcado le quitó el poco sueño que había conseguido y finalmente el tacto de Jimin le enloqueció, su autocontrol desapareció y con ansias tomó la mano impropia y la guió hasta su notable y necesitada erección, no podría dormir sin ayuda, eso era obvio, anhelaba el tacto del muchacho; por lo mismo cuando no notó reacción alguna comenzó a moverse, simulando penetraciones leves contra la mano ajena al deshacerse en débiles gruñidos y maullidos, el calor era abrumante, y la sensación de su ropa interior contra la mano del chico había causado sudor rápidamente en el rostro de YoonGi.

××××

Yoonmin ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora