Cap25 "El Baile"

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Narra Melissa:

Llegamos a divisar el búnker a lo lejos. La nostalgia de un dia con Evelyn se hace presente, sacudo la cabeza para no recordar.

—¿Pasa algo? —pregunte Amyshel inspeccionandome.

—Nostalgias.

Seguimos caminando y nos presipitamos al ver la puerta del bunker abierta. Calum no ordena que nos escondamos detrás de unos arbustos. Observamos el lugar y respiramod aliviados al ver a Asden salir de allí.

Él se pone tenso al instante al vernos pero luego respira, aún no se adapta a este tipo de vida, pero lo lleva bien.

—Los esperabamos. —dice dandole un apreton de manos a los chicos.

Yo prefiero darle un fuerte abrazo, Teresa se limita asentir con la cabeza y entrar.
L

uego todos ingresamos, el bunker es bastante frio pero Calum se ocupa de encender los calentadores en las paredes. Encuentro a los demás rodeando una estufa en medio de cuatro paredes.

Mi madre se levanta a abrazarme.

—Me regañas luego, si? —le pido con una sonrisa nerviosa.

—Tus deciciones tienen concecuencias, lo sé. —responde con calma acariciando mi cabello— Pero estas aqui, con eso me alcanza.

Sonrió y saludo a los demás. Liz y Peter se sientan junto a la estufa abrazandose el uno al otro, se miran y sonríen, en sus rostros no hay miedo. Luego observo a Elias, sentado junto a ellos calentando sus manos, no esta tan feliz. Me siento a su lado y apoyo mi cabeza rn su hombro.

—Esto es extraño. —murmura.

Levanto un poco la mirada y nos conectamos, me pregunto que tanto esta pensando.

—¿Que cosa? —interrogo con delicadeza.

—Estar aqui, los tres. —responde con confusión en el rostro— Junto a personas que hace un año no pensabamos conocer, haciendo cosas que jamás hubieras hecho antes, sufriendo y perdiendo personas...

—Elias. —trato de frenarlo cuando se adentra a terreno nostalgico al tiempo que me separo para mirarlo mejor.

Él me mira insistente con una lágrima cayendo de un ojo, recorriendo su mejilla para luego recojerla con la manga de su campera.

—Perdí mi vida —prosigue—, perdi a Aylen, perdí a mi yo de antes por arriesgarlo todo. Pero aún asi algo en mi interior me dice que esta bien, que todo paso por una buena causa, y aún no la descubro claramente.

—Lo siento. —me limito a expresar— No debí arrastrarte a esto.

—Melissa, no me estoy lamentando. —aclara con seguridad— Quizá lloré de nostalgia pero sólo reflexiono. Aún asi, yo debería disculparme, te obligue a salir de la ciudad.

—Me obligaste a abrir los ojos. A encontrar mi camino. —le corrigo mientras acaricio una de sus mejillas— Y no te debes disculpas, gracias a ti descubrí el sentimiento de amacarse sobre una madera.

El ríe con mis ultimas palabras y yo también, accidentalmente descubro lagrimas en mis ojos. Los dos nos miramos con dulzura y luego nos abrazamos.

—Te quiero, hermanito —susurro en su espalda.

—Lo sé.

—Y te voy a proteger siempre.

—Lo sé. —concluye— Gracias hermana, por todo.

DEL OTRO LADO [Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora