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En cuanto llegó a su casa, por segunda vez en el día, fue hasta su habitación, donde dejó su mochila a un lado de la puerta y se dispuso a acomodar su cama. En cuanto esto estuvo hecho sacó su celular del bolsillo de sus pantalones y emprendió marcha hacia su sillón, en el que se desplomó sin cuidado y desbloqueó su móvil, revisando el mensaje del número desconocido. "Tal vez sea Gee" pensó, pero descartó la idea, seguro él tenía mejores cosas que hacer.

*Que tal, Frankie? Soy Gerard. Entiendo que estas trabajando, no hay problema si no puedes contestarme.

El castaño sonrió enternecido, podía imaginarse al esmeralda sonrojado al escribirle... "Basta" se dijo, y se limitó a contestarle.

*Hola Gee, lamento no haberte contestado antes, no tenía batería. Ahora , soy todo tuyo.

Envió el mensaje sin pensarlo. Luego lo releyó y... Mierda, eso sí que podía prestarse a malas interpretaciones.

Corrió hacia su refrigerador en busca de algo para ingerir, pero no había nada más que una lata de cerveza, un cartón de leche y un huevo. Cerró la puerta con decepción y se decidió a ir a comprar. Tomó sus llaves y algo de dinero y salió.

Cuando estuvo de vuelta en casa, se dirigió hacia donde estaba su celular, sumergiéndose en una charla de horas con su pelinegro.

**

*Frankie, espero sepas comprender, estoy muriendo de sueño, tengo que irme.

El enano miró la hora, ya eran las 02:00 am.

*No hay problema, no creo que nunca pueda enojarme contigo, y menos por una tontería como esta. Que duermas bien, Gee.

Solo recibió un emoji de beso en respuesta. Resulta que el pelinegro era propenso a usar corazones y becitos en sus mensajes. Sonrió ampliamente cuando pensó que tal vez solo los usaba con él, por alguna extraña razón, pero era una tontería, Gerard era así y punto.

Se levantó de su sillón, fue hasta la cocina y puso música a todo volumen en su celular mientras cortaba papas y las metía al horno. Podía sonar estúpido (y sabía que lo hacía) pero se sentía como en un tonto videoclip de Gorillaz. Quince minutos después se encontraba comiendo papas hirvientes, pero no podía importarle menos, solo quería ir a dormir y prepararse para un día más.

**

Despertó a las 11:00 gracias a su alarma, estiró el brazo y la apagó, levantarse a esa hora no estaba en sus planes. Se dio la vuelta en su cama, enrollándose con las frazadas y siguió durmiendo.

**

Lo primero a lo que reaccionó cuando despertó fue el frío que tenía, podía sentir cómo se clavaba en su piel y huesos como gruesas y dolorosas agujas.

Sacó su brazo de abajo de las frazadas y miró la hora, ya eran las 14:00, amaba su reloj biológico. Tomó todo el abrigo que lo cubría y se puso de pie, echándoselo encima y caminó hasta el baño, donde se dio una caliente y muy larga ducha. Una vez estuvo fuera, se ató una toalla a la cintura y se miró al espejo, no le vendría mal un cambio de estilo a su pelo... y cara. Hacía tiempo lo estaba pensando, quería hacerlo, pero era un cagado. Estaba pensando exteriorizar quien era, hacerse unos tatuajes, piercings y un corte punk a su pelo, decidió que lo pensaría luego, tal vez lo comentaría con cierto chico, solo para tener una segunda opinión.

Sweater's BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora