Entre sonrisas y tontos comentarios sobre las películas de la noche anterior, prepararon unos pobres sandwiches (resulta que eran las 13:00) que comieron sentados en el piso frente al televisor, siguiendo con su tanda de películas.Frank vio la hora en su teléfono, faltaban dos horas aproximadamente para entrar al trabajo, suspiró y dirigió su mirada hacia la derecha, donde el pelinegro estaba sentado, mirando a la pantalla. No quería irse, pero si no lo hacía tendría problemas.
—Gee... Tengo que ir a casa y prepararme para en trabajo. Me quedé sin dinero anoche y apesto, necesito un baño.
—Está bien —rió y asintió—. No creo que pase hoy por la pastelería, tengo que ganarme la vida yo también, y debo terminar algunas pinturas —bajó la vista algo avergonzado.
El castaño se puso de pie y le sonrió. Iba a tomar su mochila cuando se dio cuenta de que todavía llevaba el sweater de Gerard y, bajo su atenta mirada, se lo quitó, dejándolo sobre el sofá.
Ahora sí el más alto se puso de pie y agarró las llaves, abriendo la puerta.
—Frankie...
—¿Sí?
—¿Te...molestaría darme tu... número? —en cuando soltó la última palabra se sonrojó terriblemete—. D-digo... No tienes que hacerlo pero... es que hasta sabes donde vivo y...
—Me parece bien—sonrió—. No hay problema.
El de ojos esmeralda se puso aún más rojo (si era eso posible), anotó los dígitos que es otro le dictaba y le dedicó un suave "Gracias".
Segundos después el pelinegro estaba abriendo la puerta que daba a la calle y el enano se puso nervioso de repente, ¿como se supone que debía saludar? ¿un beso en la mejilla? ¿un apretón de manos?
Dejó de pensar en eso cuando los brazos de Gerard lo envolvieron y él devolvió el gesto. Cuando se separaron, ambos dijeron "adiós" y, al cruzar la puerta, el de orbes avellana comenzó a caminar en la misma dirección que habían tomado el día anterior, esperando cruzarse un una calle conocida y así volver a su hogar.
**
El pelinegro subió a su departamento en cuanto el otro desapareció de su vista y se dispuso a ordenar los almohadones del sillón y guardar el abrigo gris que le había prestado a Frank.
Luego se encerró en la habitación que ocupaba como estudio, puso algo de música y comenzó a pintar un hermoso paisaje del atardecer, el cielo tenía matices de rosa y naranja, y en la parte superior se abría paso un azul brillante con algunos puntos blancos.
Miró su obra de arte satisfecho y se sentó en su silla giratoria frente al escritorio con grandes cantidades de material artístico sobre él y se dedicó a hacer un simple, pero hermoso retrato.
**
Frank no tardó mucho en encontrar su casa, luego de andar unas cuadras, doblando en cualquier esquina y cruzando cualquier calle, terminó el la puerta de la pastelería en la que trabajaba, no sabía cómo había llegado, pero estaba agradecido. Soltó un suspiro y reemprendió la marcha hacia su departamento.
Una vez entró, arrojó su mochila hacia en sofá y entró en su habitación, preparando ropa limpia que dejó sobre su aún desarmada cama. Caminó hacia su cajonera y sacó unos cuantos dólares de uno de los numerosos compartimientos que esta poseía, guardando el efectivo en su billetera.
En cuanto que quiso dar cuenta, ya estaba bajo la hirviente lluvia articificial de su baño, relajándose. De una u otra manera, sus pensamientos fueron a parar a cierto chico con ojos esmeralda, piel blanca y nariz respingada, en ese lindo sonrojo que siempre estaba en sus mejillas y lo adorable que se veía con sweters. Respiró entrecortadamente, no queriendo mirar hacia abajo, se negaba a tocarse pensando en Gerard. Simplemente no. Cerró el agua caliente y abrió la fría, quedándose helado casi al instante, concentrándose en el frío que sentía.
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Sweater's Boy
Fanfiction[frerard] Frank trabaja en una pastelería. Un día un par de ojos verdes, mejillas rojas, piel pálida y sweater demasiado grande decide ir a comprar allí. [Algún día la voy a editar] #148 en historia corta (07.03.17) #98 en historia corta (16.03.17) ...