8. Disculpas.

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Mariana's Pov (N/A: Creo que era así :3)

Desperté en un lugar que no reconocía. Me dolía la cabeza, y ahí los recuerdos llegaron a mi mente: ¿Cómo estará Jackson?
El olor característico a medicamentos me hizo dar cuenta de que estaba en un hospital. Un ataque se comezón me invadió y quise estornudar, pero un gran dolor en mi nariz me lo impidió. Debe ser por el puñetazo que accidentalmente, Jackson me dió.

Minutos después veo que mi madre entra a la habitación. Apenas me ve corre hacia mi.

—Hijita ¿cómo estás?— preguntó acariciando mi rostro.

—Bien, solo me duele la nariz.

—Cuéntame hija que sucedió.

Suspiré y le conté desde que sentí a alguien atrás mío, hasta que Jackson me golpeó por error.

—Entonces el muchacho que llego inconsciente contigo es él.—esa pregunta sonó más a una afirmación.

—¿Qué? ¿Jackson también está en el hospital?

—Si, los encontraron a ambos inconscientes en una plaza, tu con la nariz sangrando y él...— se quedo en silencio.

—¡Dime mamá! ¿Qué le sucedió? —necesitaba que me diga que le había sucedido.

—Llegó con tres apuñaladas...

—Quiero ir a verlo.

—¿Qué? ¡No! Tu también necesitas cuidados.

—Mamá, solo tengo un golpe en la nariz. —dije rodando los ojos.

Se quedó unos segundos pensando hasta que asintió.

—Está bien, llamaré a un doctor. —abandono la habitación y yo me quedé esperándola.

A los minutos regreso con un doctor.

—Hola Mariana, soy el doctor Scott, ¿cómo te sientes? —dije revisando unos papeles.

—Bien, solo me duele un poco la nariz.

—Es común, ya que el golpe que recibiste fue muy fuerte.

Asentí con la cabeza —¿Podré ir a visitar a Jackson?

—Si, venga que la acompañó hasta su habitación.

Me levanté de la cama y salí de ese cuarto. Seguí al doctor por un pasillo y se detuvo en una puerta.

—El señor Parks está en coma, y no sabemos si pueda despertar. Dos de las apuñaladas no provocaron tanto daño, mediante una operación pudimos arreglar su sistema, pero una de ellas fue en su baso sanguíneo y perdió mucha sangre. Estamos buscando donadores, pero su sangre es de un tipo que casi no existe. En nuestro banco de sangre encontramos un poco de ella pero no es suficiente. Esperamos encontrar pronto a un donador.

—¿Cuál es su grupo sanguíneo?

—El AB- sólo puede recibir de ese tipo o de B- , A- u O-. Aquellos dos son los más comunes pero parece que en este mundo quedan pocas personas solidarias. Ademas, ese tipo de sangre es delicado, ya que puede aceptar o no la transfusión, le explico. ¿Vio cuando hay transfusiones de órganos aveces el sistema no puede adaptarse a el? Bueno, con este tipo de sangre aveces ocurre lo mismo. Y gracias a los estudios vimos que él es uno de esos casos.

—Yo soy AB- , quiero donarle mi sangre. —dije segura de mis palabras.

—¿Segura?— asentí— esta bien, hoy mismo la haremos. Puedes entrar a verlo.

Entre y lo vi acostado en la camilla, me acerque a él y tome su mano.

—Qué raro que este aquí, ¿no? Soy una estúpida, lose. Los cortes que viste en mi muñeca si me los hice por el mensaje que me mandaste. Fui débil, me arrepiento por hacer eso por semejante idiotez, pero bueno, de los errores se aprende. No guardaré ningún tipo de rencor en tu contra. Yo me enfade contigo cuando tu sólo tenías las razón; tienes novia. Eso no justifica la manera en la que me has tratado, aunque eso es pasado. Olvidare todos nuestros disgustos.
Seguramente cuando estés curado seguiremos trantandonos igual pero admito que es divertido discutir con alguien -suelto una pequeña risa- espero que te recuperes Parks.

El doctor Scott ingreso a la habitación con una enfermera. Ella colocó alcohol en la sonar donde iban a extraer mi sangre. Luego se unos minutos sentí un pinchazo y vi como la aguja absorbía mi sangre.
Al parecer estaban sacando una sangre ya que me empecé a debilitar hasta que termine perdiendo la conciencia.

(...)

Desperté otra vez en la camilla del hospital.
Genial, Mariana tienes una habilidad especial para desmayarte.

Me senté en la camilla y salí al pasillo. Me encontré con aquella enfermera de la otra vez, le pregunté como había salido todo y ella me guió hasta la oficina del doctor Scoot.
Al llegar a su consultorio el me explicó que en la hora que había estado desmayada, el cuerpo de Jackson casi rechaza la sangre. Hasta que la acepto y estaba empezando a mejorar,
Le di las gracias al doctor y me fui a mi casa.

(...)

Abrí la puerta de mi hogar y ahí estaban Sam, John y ¿Nick?

—Llegó por quien lloraban. —hice mi mejor pose se diva.

—¡Zorra mía! —mi mejor amiga se tiró encima mío cayendo al suelo las dos.

—Pesas como una tonelada, sal de aquí vaca en celo. —dije empujándola.

—Ya, te extrañé. —me abrazó.

—Pero solo fue un día por un golpe en la nariz. —puse los ojos en blanco.

—No importa, te extrañe perra.

Me separe de ella y fui a saludar a John. El también me abrazo y me dijo lo cuento me extraño. Salude a Nick con un beso en la mejilla, me extrañaba que el estuviera ahí pero me dio igual.

—Tengo hambre. —dije

—Yo igual. —dijo Sam

—Compremos pizza. —sugerio John.

—¿Quieres quedarte a comer Nick? —le pregunté.

—Si no molesto, si. —sonrió.

Con esa sonrisa queda mas bueno que comer pollo con la mano.

Tienes razón Nicky.

—Si, vamos a comprar la pizza, ustedes vallan poniendo la mesa — me dirigí a mis mejores amigos y ellos asintieron —Vamos Nick.

Mientras que íbamos caminando a la pizzería deje de caminar y lo miré.

—¿Por qué viniste? Osea, no somos amigos, solo nos vimos una vez.

—Estaba cuidando a Abril cuando llego Samantha y me contó lo que te sucedió. Así que ella me pidió que la llevara al hospital para verte, ya que tengo auto, pero cuando llegamos estabas inconsciente así que fuimos a tu casa. —explicó

—Está bien. —seguimos caminando.

Luego de pedir cuatro cajas de pizzas. Si, cuatro. Volvimos caminando hasta que me hablo.

—Perdón por lo que voy a hacer. —y así sin mas me beso.

¿Qué?

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