6. Te ha dicho que la sueltes.

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NARRA MARIANA

Luego de haber llevado a Abril a la casa de su amiga me puse a pensar en el pequeño encuentro que sucedió con Nick.

Decidí dejar de pensar en él ya que no soy una chica muy ¿cómo decirlo? con mucho sentimentalismo.

Acepto que cuando estaba enamorada de Jackson si lo estaba, y fue muy estúpida al haberme cortado por esa idiotez que sucedió.

Lo de Nick sólo fue un momento en el que nuestras anotomías estaban cerca. Fueron las hormonas quizás. No quiero hacerme ilusiones de nada con nadie. Quiero seguir estando con mis amigos y nada mas.

Eran las 21:15 PM. Decidí darme una ducha para liberarme de todos los pensamientos que acumulaba en mi cabeza.

Me puse mi ropa interior y na camiseta que me llegaba hasta arriba de las rodillas. Me dirigí a la cocina de mi casa y allí estaba mi madre cocinando mi plato preferido: Pastel de papa.

Mi madre se percató de mi presencia y se dio vuelta para encararme: -Hola hija cocine tu plato preferido por una ocasión muy importante.

Creo que nos vas a lanzar una bomba y para que no sea tan fuerte nos prepara el mejor plato del mundo.

Nicky creo que tienes razón.

Siempre la tengo.

Coloque los ojos en blanco.

—¿Sucede algo?— preguntó mi madre.

—Nada mamá. Pondré la mesa.

(...)

Aquí me encuentro en una plaza llorando como una magdalena. Encima que tube un día muy intenso me vienen a decir algo como eso. No puedo creer que esas palabras sean ciertas. No, no puedo.

Flashblack

(2 hora antes)

Estábamos todos excepto mi hermana mayor, ya que ella no frecuentaba tanto la casa por su esposo y sus dos hijos.

Tenia mala espina con lo que me iban a contar. Mire a mi hermana Micaela y ella me dio una mirada llena de tristeza. Sentí una presión en el pecho. Nada bueno iba a suceder esta noche.

Hija lo que te queríamos contar es que tu padre y yo decidimos separarnos. — lo dijo con una tranquilidad que me sorprendió. No lo puedo creer. Sabía que mis padres discutían, pero no creí que llegarían a este punto.

¿Por qué?- logré articular con un hilo de voz.

Es que el infeliz de tu padre me engaño.

—Y como no quieres que te engañe...— empezaron a discutir a los gritos como siempre los hacían.

No podía permanecer ni un segundo más en ese lugar. Salir corriendo de allí, oía los gritos de mi hermana Micaela para que volviera, pero no lo haría, necesitaba estar sola y pensar.

Fin del Flashback.

Y aquí estoy yo en una plaza a las 23:00 PM. Seguramente me van a secuestrar, o quizás me violaban, pero no me importa. Quiero estar sola y asimilar los hechos que han sucedido en mi cabeza y hacerme la idea de que mis padres ya no van a estar juntos.
Tengo 17 años, curso mi penúltimo año de secundaria, y el próximo año ya seria mayor de edad y terminaría mis estudias para luego empezar la universidad, pero...
Al llegar a mi casa no estarán mis padres para recibirme.
A la hora de la cena no estaremos juntos.
Los domingos no haremos tarde de películas como solíamos hacerlos los tres juntos, mamá, papá y yo.
Mis hermanas no sufrirán tanto con está separación ya que viven con sus respectivas familias, pero yo si. Los seguiré viendo claro, pero por separados. Seguramente viviré en casa con mamá mientras que papá estará en otra casa con su novia no lo sé.

Desperté de mis pensamientos al oír ruido detrás de mí. Me puse de pie dispuesta a marcharme pero otro ruido me detuvo, me quede quieta en mi lugar y empecé a girar mi cuerpo para poder ver que era lo que ocasionada ese sonido.

De un instante al otro un hombre estaba tapando mi boca para evitar que grite, mientras que colocaba un arma en mi cabeza.

Las lágrimas se hicieron presentes en mi rostro cuando aquel sujeto empezó a descender su mano hasta mis muslos. Su mano viajaba por toda mi anatomía dejando besos en mi cuello. No lo dudé ni un segundo y ahogué mi voz en un grito, automáticamente me arrepentí de aquello. Su mano estampó en mi mejilla echando mi rostro hacia un costado.

—Vas a arrepentirte de eso muñeca. —susurró en mi oído causandome un escalofrío.

Empezó a tocar mis pechos con una mano, mientras que con la otra se desprendía el cinturón de sus pantalones. No es la manera de que yo quería perder la virginidad, bueno nadie quiere ser violada.

—¡AUXILIO! ¡AYÚDENME POR FAVOR!— grité esperando que alguien me oyera. Pero la calle estaba descierta, nadie me salvaría.

El sujeto me tiro al suelo y empezó a bajarme mi pantalón. Pensé de que ya no abría escapatoria cuando agarró él elástico de mis bragas. Los finales felices no existen. Nunca llega tu príncipe azul a rescatarte. No todo es rosa en la vida, aveces siempre es gris, sin felicidad, ni escapatoria.

—Suelteme por favor.— logré arricular. Un sollozo salió de lo más profundo de mí interior.

Cuando pensé que ya no había vuelta atrás el cuerpo de el hombre estaba en el suelo a mi lado. Levante la vista y no lo podía creer.

—Te ha dicho que la sueltes.— dijo Jackson al mismo instantes que se abalanzó sobre él para golpearlo.

Todavía estaba en shock por lo que acaba de pasar. Cuando reaccione decidí intervenir antes de que el chico que rompió mi corazón con unas simples palabras, terminara matando a golpes al que me intento abusar.

—¡Jackson detente!— al ver que no me escuchaba me coloqué entre medio de ambos. Mala idea. Recibí accidentalmente un puñetazo de Jackson en mi mejilla y parte de mi nariz.

Me separe aturdida viendo como la sangre caía desde mi nariz. Todo mi alrededor empezó a dar vueltas. Lo único que recuerdo es Jackson corriendo hacia mi y todo se volvió negro.

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