NARRA MARIANA
Me siento destruida.
Estoy triste, asustada... desesperada.
Por un lado está Nick, él tiene razón de enojarse. Lo engañé, estuve mal. Pero estaba confundida y solo fue un simple beso.
Por otro lado, pensar que alguien está haciendo de todo para lastimarme me asusta demasiado.
Dejando esos temas de lado, no entiendo que fue lo que me sucedió para terminar en el hospital.
Sólo recuerdo haber recibido aquella nota, todo lo demás es negro.
Tomo mi celular y llamo a Sam.
No responde.
Luego de probar con todos mis contactos y que nadie me responda decido llamar a mi última opción.
Jackson.
Me contesta a los tres tonos.
—Hola Mariana.
—Jackson...¿Puedes venir a buscarme?
—Claro, ¿dónde estás? ¿Estás bien?
—En el hospital central, te espero en la salida principal.
—Voy para allá. —dijo y cortó.
Camino lentamente hacia la salida del hospital tratando de que ninguna enfermera me vea, si me ven seguramente me volverán a internar, y yo no quiero volver a estar en el lugar donde Nick me dejó. Ademas ya no me siento mal.
Espero cinco minutos y veo a Jackson bajar de su auto y cambiar hacia a mi.
—¿Te encuentras bien?
—Si, sólo llévame a mi casa.
Subimos a su auto, había un silencio incómodo.
—¿Puedo encender la radio?
—Claro que si Mariana. —respondió sonriéndome.
Enciendo la radio y busco mi estación preferida.
—A pedido de muchas ARMYS pondremos una cancion de BTS. ¡Blood Sweat And Tears!
Una melodía relajante empezó a sonar. Realmente me estaba gustando esa canción.
—¿Puedo subirla un poco más? Es que es mi grupo favorito. —mencionó Jackson.
Me sorprendió que un chico como él fuera fan de un grupo masculino, pero me gustó.
—Claro. —respondí sonriendo.
Cerré los ojos mientras escuchaba la canción, parecía que eran muchos los que cantaban, aunque también había partes de rap.
—Jackson, ¿cuántos cantan en la canción?
—Son cuatro vocales y tres raperos.
—¿Dice maní, maní? —pregunté frunciendo el entrecejo.
—Es una palabra en coreano, dice te quiero mucho, mucho.
—Así que son coreanos... ¿Tienes alguna foto de ellos?
—Sí, toma mi celular, tengo una carpeta con fotos de ellos. —confesó sonrojado y no pude evitar reírme.
—¿Quién lo diría? El inigualable Jackson Parks, fans de asiáticos con una carpeta de fotos de ellos.
—Cállate y mira las fotos.
Tomé su celular y me dirigí a su galería, deslizaba mi dedo buscando alguna carpeta donde salgan asiáticos pero no encontré ninguna hasta que veo una rara.
"Jikook yaoi"
Con un poco de desconfianza entro y...
—¡Oh Jackson! ¡Qué asco, mis ojos! —exclamé lanzando el celular.
—¿Qué viste? —preguntó nervioso mientras estacionada el auto.
No pensé que fuera tan así de pervertido.
Lo mismo pienso Nicky.
—¡PORNO GAY!
—¡No tenias que abrir esa carpeta!
—¡Y yo que sabía que iba a aparecer eso! —exclamé irritada.
—Está bien, dame el celular ya te mostraré una foto de ellos. —dijo tratando de calmarse.
Le extendí el celular y él lo tomó. Veo como desliza su dedo en la pantalla y luego me extiende el celular mostrándome una foto.
Aparecían 7 asiáticos, la mayoría aparecía haciendo gestos tiernos y otros sonrían.
—Ese es muy bonito —dije señalando a un rubio con mejillas regordetas y levemente sonrosadas— ¿Cómo se llama?
—Jimin, es vocal y bailarín.
—Es muy tierno —dije sonriendo.
—Mira esta foto de él. —tomó su celular y volvió a buscar otra foto, luego me mostró la foto de un chico mostrando sus abdominales, muy sexy a decir verdad.
—Wow, es muy sexy ¿Quién es?
—Jimin.
—No puede ser, no parece nada tierno.
—Pero es él. —respondió sonriendo mientras encendía el auto de nuevo.
Arrancó el auto y siguió manejando rumbo a mi casa mientras me contaba más de ellos.
(...)
—Muchas gracias por traerme, Jackson.
—No fue nada, Nick es muy afortunado por tenerte. —dijo acariciando mi mejilla.
Aparte mi rostro mirando hacia un costado mientras una lágrima resbala por mi mejilla.
—Él.. Y yo... terminamos.
—Oh lo siento...
Toda la tristeza que sentía dentro de mí se convirtió en enojo haciendo que lo empuje.
—¡Todo es culpa tuya! ¡Si no me hubieses besado nada de esto hubiese ocurrido! —grité mientras golpeaba su pecho.
—Mariana tranquila, no estás bien.
—¿¡Ahora estoy enferma!? ¡Vete! —mis labios fueron capturados por los suyos que se movían con ferocidad.
Me resistí al beso al principio pero no pude.
Poco a poco son separarnos entramos a mi casa y se acostó encima mío en el sillón de la sala.
La ropa comenzó a estorbar. En fin, adiós virginidad.
Seguramente me arrepentiré de esto.
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¿Diferente Al Resto?
Fiksi RemajaTodas las chicas enloquecen en la presencia de un chico. Se arreglan y coquetean. Yo no soy una de ellas, no soy de enamorarme de un chico. No entiendo porque la mayoría de las chicas ven a un chico una sola vez y creen que es el amor de su vida. Me...