Luego de esa terrible mañana, me encontraba en el receso escolar. Sam no vino hoy a clases, por lo tanto estaba demasiado aburrida. ¿Agostina? Estuve toda la mañana tratando hablar con ella, pero me ignoraba.
Seguramente la perra ya debe tener nuevas amigas. Pensé.
Apreté los puños inconscientemente.
Ya, déjala.
Tienes razón Nicky.
Caminé por el pasillo en busca de encontrar algo con que entretenerme o algo. Nada. Seguí con mi rumbo hacia un lugar indeterminado, pasé frente a la puerta del baño de mujeres y oí un sollozo. Frené mi caminata para comprobar si en realidad era eso lo que había escuchado y técnicamente si era eso.
Ingresé al baño mientras que con la mirada trataba de encontrar algún indicio del provocador de ese sonido, y lo encontré.
Antonella se encontraba al final de éste, sentada en el piso con sus manos cubriendo su rostro y lágrimas descendiendo por su rostro.
—Oye, ¿estás bien? —pregunté con cautela.
—Cómo si te importara. —rió sin gracia.
—Está bien, solo quería ayudarte. —dí media vuelta para regresar al patio pero su voz me frenó.
—Mariana... quédate por favor.
Sus palabras me sorprendieron. Caminé hacia ella, que ahora se encontraba de pie.
No logré decir nada ya que Antonella se encontraba abrazándome llorando en mi hombro.Nunca se me cruzó por la cabeza que esto podría llegar a suceder.
Me quedé rígida en mi lugar sin saber que hacer, poco a poco me fui tranquilizando y correspondí su abrazo. Ella murmuraba cosas que no entendía mientras acariciaba su cabello.
Nos separamos luego de unos segundos —que para mí fueron horas— mientras su llanto se fue desvaneciendo poco a poco.
—¿Quieres hablar conmigo?
—Sí, por favor —asentí con la cabeza— mi fama en este instituto es de una zorra de lo peor, como tu ya sabes, pero en realidad, solo es una forma para lidiar con mi sufrimiento diario.
Aunque no lo creas, no tengo una familia adinerada, mi padre es un alcohólico, mi madre una holgazana que solo le importa el dinero. Con mi hermana tratamos salir adelante con pequeños trabajos pero no es suficiente el dinero.
Ayer, nos llegó una carta del gobierno comunicándonos que nos quitarán la casa si no pagamos nuestras deudas, y... realmente no se que haremos.— sus ojos se cristalizaron.—Tranquila, todo saldrá bien. —coloqué mi mano en su hombro.
—¿Cómo estás tan segura?
—Porque las cosas que menos nos esperamos, pueden llegar a suceder. Míranos, estamos hablando sin arrancarnos el cabello —ambas sonreímos— si eso sucedió, más cosas también pueden realizarse. Además, ahora cuentas con mi ayuda.
—Gracias Mariana, gracias en serio. Me apoyas después de todo el mal que te cause. ¿Recuerdas en segundo grado cuando te pegué un chicle en la cabeza? —solté una carcajada.
—Claro que lo recuerdo, tuvieron que cortarme todo el mechón. Y cuando yo le comenté a todos nuestros compañeros cuando te hiciste encima en jardín.
—Claro que lo recuerdo, creo que fue una de las cosas más vergonzosas de mi vida. Así que, ¿tregua? —extendió su mano.
—Tregua. —junté mi mano con la suya.
—Creo que es mejor que volvamos a nuestro salón.
—Tienes razón. —empezamos a caminar hacia la salida pero ella me frenó.
—Mariana... Te has manchado.
Oh, ,no.
No.
No.
—Mierda... ¿Puedes cubrirme mientras salgo del instituto?
—Claro que no —volvió la Antonella que yo conocía— iré contigo.
Asentí con la cabeza y ambas caminamos hacia la salida.
Estábamos escondidas detrás de la puerta de la entrada espiando si venía alguien. Al no haber nadie salimos rápido pero nos chocamos con alguien.
—¿Así que escapando del instituto? —Jackson se cruzó de brazos con una sonrisa burlona en su bello rostro.
¿Qué? Ignoren lo que dije.
Miré hacia Antonella para encontrar alguna solución de como liberarnos de él, pero la encontré con las mejillas sonrojadas viéndolo atentamente.
—Eh-eh nec-esita-moss sal-ir. - ¿Acaso estaba tartamudeando?
—¿Ustedes juntas sin matarse? El fin del mundo esta llegando.
—Idiota. —murmuré rodando los ojos empujandolo hacia un lado. Caminé y llega hacia la vereda, dí media vuelta buscando a Antonella, que se encontraba mirando a Jackson.
—¡Oye! Vamos.
Me miró confundida y asintió caminando hacia mi.
—¿Te gusta? —pregunté.
—Si... —respondió.
—¿Por qué terminaron?
—Porque soy una estúpida...
—Tienes razón —me miró con cara de pocos amigos— es broma, vamos a mi casa para que pueda cambiarme.
(...)
Llegamos a mi casa e ingresamos rápidamente.
—¿Quieres algo de beber? —pregunté.
—No, gracias.
—Está bien, iré a cambiarme, allí está el control remoto por si quieres ver televisión. —le señalé el aparato y ella asintió con la cabeza.
Me dirigí a mi habitación y busqué ropa limpia. Ya totalmente cambiada, volvi al living y me encontré a Antonella dormida.
¿Quién lo diría? Ella y yo sin pelear. Ahora que lo pienso hay que dejar de juzgar a las personas por sus apariencias. Siempre pensé que ella era de una familia adinerada, pero parece que me equivoque.
Sonreí y comencé a comer chocolate. Muchísimo chocolate.
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¡Hello! No tardé un mes así que no me peguen.
Dedico este capítulo a unas locas que me estuvieron amenazando toda la semana. pris_gonzalez Ema_scoles
Ya tienen el capitulo perras :v
#TeamMariella okay no sirvo para los ship ._.
Ni yo me esperaba que se arreglaran pero bueno, cosas que pasan.
¡Felices Pascuas! Ojala la pasen beiio.
Pensaba que ustedes le hicieran preguntas a las personajes, pero luego recordé que me ignorarian y se me pasó ahre.
Voten☆ Comenten💭 Algo :3
A.L♡
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¿Diferente Al Resto?
Teen FictionTodas las chicas enloquecen en la presencia de un chico. Se arreglan y coquetean. Yo no soy una de ellas, no soy de enamorarme de un chico. No entiendo porque la mayoría de las chicas ven a un chico una sola vez y creen que es el amor de su vida. Me...