||Capítulo cero||

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Yuuri

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Yuuri.

Sentir cómo un familiar calor sube por tu cuerpo, marcando todas y cada una de las regiones del mismo, asfixiándote lentamente, es quizá una de las peores cosas que un omega puede sentir. Porque duele. Diablos, duele como el infierno... Al subir el calor, este quema (casi literalmente) todo lo que toca.

Comienza desde la región abdominal, un pequeño pinchazo que se queda ardiendo; luego sube hasta el tórax y no se detiene hasta que llega a la garganta; baja repentinamente hasta los pies, tirándote al suelo, y regresa hasta la cabeza, de una manera dolorosamente lenta. Como lava. Lava ardiente que sube por el cráter de un volcán. Sintiendo que va a explotar y salir en cualquier momento, pero no sucede; el calor (desafortunadamente) se queda encerrado dentro de tu cuerpo y repite el recorrido tantas veces como se le antoje.

Entonces sabes que has iniciado el celo.

Usualmente, ocurre cada tres meses, aunque fue un poco irregular cuando fue mi primer celo. Recuerdo perfectamente cómo se sintió, dónde y cuándo ocurrió.

La escuela secundaria a la cual asistía tenía una regla bastante estricta sobre los géneros. Dado que el director era un beta, realmente le preocupaba lo que podría pasar con sus alumnos, entonces había decidido que las alfas estarían en un piso, los betas en otro, y los omegas en otro. A nosotros nos tocaba ser los consentidos, teniendo el tercer piso del edificio exclusivamente para nosotros. Nuestros recesos raramente coincidían con los de los alfas, y era más común que conviviéramos con los betas. Hasetsu, aunque era pequeño, estaba plagado de gente (aunque solamente duró unos cuantos años), y, siendo un pueblo bastante tradicional, era realmente conservador en ese asunto.

«Los alfas y los omegas no pueden estar en el mismo edificio», se quejaron incontables veces las mujeres mayores (en su mayoría omegas). Por eso es que solo cuando iba a ocurrir un enlace, estos podían verse. O cuando había fiestas, ahí también. Festivales y esas cosas eran imposibles de controlar, así que también contaba como excepción. Pero la escuela era otro asunto, así que nunca tuve un amigo alfa en mi vida.

Claro, mi padre no contaba. Ni mi hermana mayor.

Entonces, ese día (el día de mi primer celo, quiero decir), yo había amanecido perfectamente normal. Estaba en mi primer año de secundaria, en el cuarto mes de clases. Tenía trece años.

Mi madre había hecho mi almuerzo como siempre, y me había despedido de ella con un beso en la mejilla. Mi mejor amiga, Yuko, había pasado por mí como cada mañana, y nos habíamos puesto en camino hacia la escuela.

—¡Ey, Yuuri! —saludó uno de los chicos que estaban en mi clase desde la primaria—. Yuu-chan, ¡buenas!

—Hola, Natsuro-kun —saludó Yuko con una sonrisa.

—Hola —dije de la misma manera.

—Escuché que Yoshikawa-sensei enfermó y que no vendrá a clase —comenzó a decir, emocionado, mientras caminaba junto a nosotros hacia la escuela—. Pero creo que es obvio. —Puso su dedo en su labio inferior—. Ella no está enlazada con nadie, así que debe cuidarse en esos días.

||Closer to you|| [AU Omegaverse] Victuuri - SIN EDICIÓN. TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora