CAPÍTULO XXII

4K 262 12
                                    

—Primero la trata mal y luego la abraza —contó Logan en el almuerzo.

—¿No dijiste que intentaron asaltarla y él la salvó? Tal vez lo ve como el héroe del momento —respondió su amigo.

—Hay algo en él que no me gusta además de su forma de ser con ella. Y como si fuera poco ya tienen fecha para la boda.

—¿Cuándo? —preguntó David mientras tosía por la sorpresa.

—En ocho semanas.

—Si la amas de verdad, tienes ese tiempo para demostrarle que eres el hombre de su vida.

David era un hombre que jamás tenía pareja estable después de tantas decepciones, pero era por eso que si se trataba de dar consejos de amor, él sabía cómo darlos. Y sí, siempre tenía razón.

***

Ésta vez sólo almorzaron su hijo y ella. El silencio reinaba en el comedor, y sus pensamientos picoteaban su mente como buitres a la carne podrida.

Ya había admitido estar enamorada de Logan más de una vez. El paso uno estaba listo. Faltaba que se diera cuenta de que no estaba enamorada de Christopher, que si se casaba con él su vida sería miserable y no dejaría de decepcionarse. Ese era el paso dos, el que aún no sucedía. ¡Y Christopher el manipulador!

Desde que Logan apareció otra vez en su vida, Christopher se sintió  amenazado, y llamó a su padre. Éste no dejó de espiarla, de seguir todos y cada uno de sus movimientos dentro y fuera del departamento y avisarle a sus dos hijos todo lo que Samantha hacía. Sólo así Harrison sabía a la perfección dónde y con quién estaba su novia. Y el plan que él hizo para que ella pusiera fecha para la boda, aprovechando el miedo que sentía en ese momento, lo indefensa que estaba le había salido tan bien...

Terminó de comer antes que Jayden, cuando siempre era al revés. Lavó los platos de poca gana, pero necesitaba distraerse. Después arregló las camas y el resto de la casa. Para cuando terminó ya era hora de llevar a su pequeño a la escuela de fútbol.

Lo preparó, y antes de abrir la puerta del departamento, él se disculpó.

—Mamá, perdón por lo de anoche —y le dio un fuerte abrazo, que tanto estaba necesitando ella.

—Sabes que te perdono hijo, no sé que sería mi vida sin ti —lo abrazó fuertemente.

—Christopher es malo contigo.

Bajaron del edificio y subieron al auto. Jayden la abrazó por la cintura justo por donde él había estado nueve meses. Ella acarició su cabello, y una vez más se sintió afortunada por tener a su hijo, porque a pesar de todos los desafíos que se le presentaron en cuanto pidió a ese médico que no le practicara el aborto, supo que había tomado la mejor decisión del mundo.

Lo dejó en la práctica y, desde el teléfono de su casa, llamó a Logan. Quería hablar con él urgente.

No pasó mucho tiempo hasta que Él llegó. Lo hizo pasar, prendió un cigarrillo y le invitó una copa de vino. Se sentó a su lado, y la miró profundamente a los ojos.

—Quiero saber la verdad: ¿estas enamorada de mí? No contestes, quiero averiguarlo.

—Nadie dijo que el amor fuera fácil.

No dijeron más nada. Ambos lo sabían perfectamente. Ambos sabían que estaban muy enamorados el uno del otro. Samantha apagó el cigarrillo en el cenicero y caminaron hasta el cuarto.

Otra vez se besaron, ahora con más pasión y la ropa lentamente fue quedando en el piso. Samantha empezó a morderle el cuello, el pecho y el abdomen. Sus dientes agarraban la carne y tironeaban de ella con fuerza. Estaba hambrienta. Metió su miembro en su boca y empezó a mamarlo como hace tanto tiempo se lo hacía.

Después de un buen rato así, se acomodó de espaldas. Logan besó su cuello y sus hombros, y sus dedos recorrieron desde su nuca hasta el final de su espalda, donde buscaron los labios vaginales de la chica y se abrieron paso en el interior. Empezaron a entrar y salir, así de indecisos eran. Ella gemía de placer, y se humedecía. Cuando se aburrió, Parker metió su miembro erecto en el mismo lugar donde tenía los dedos y sujetó su larga cabellera rubia. Empezó a embestir, ésta vez muy fuerte y haciéndola gritar. Le encantaba hacerle el amor. La llenó, otra vez sin darse cuenta.

—¿Te gustó? —preguntó Él cuando acabó y se recostó sobre ella.

—Me encanta todo lo que venga de ti —contestó la chica. Acto seguido lo besó y lo hicieron no una, sino dos veces más. La llenó no una, sino dos veces más.

El agua caía por sus cuerpos. La espuma crecía en sus cabellos mientras se los masajeaban el uno al otro. Los besos no faltaron. Hacían el amor más seguido que cuando se conocieron por allá en el 2.016, y salían en citas, sólos o con Jayden, más seguido que cuando se conocieron. Apenas habían regresado hace pocos días, pero bastaban para que ella empezara a pensar en que no quería a Christopher.

Parker notó que llevaba el collar con las iniciales que le regaló poco tiempo antes de terminar hace diez años.

—Aún lo tienes —sonrió sin quitar la vista del adorno de su cuello.

—Es mi favorito —respondió. Logan besó el lado izquierdo de su pecho, justo donde estaba su corazón.

—Perdona por habértelo roto. Creo que todo ésto me lo tengo más que merecido.

—No fue tu culpa. Créeme que me dolía el hecho de saber que llegabas a tu casa y que alguien más te besaba los labios que tenían mi sabor. Luego supe que esa era una prostituta y ya sabes el resto de la historia.

—Fui un idiota al no saber que eras la mujer de mi vida.

—Tal vez yo sí fui la mujer de tu vida, pero llegué demasiado tarde.

—O quizás demasiado temprano.

Vamos Logan, enamorala del todo. La amas, te ama, está confundida. ¿O quieres que ese idiota te la quite para siempre? Las voces le gritaban todo el tiempo.

Después de una ducha relajante se vistieron y fueron a caminar por el parque, tomados de la mano. No notaron que Coraline los vio juntos. Al rato fueron a buscar a Jayden, el cual se puso feliz al verlos juntos.

Logan se ofreció a llevarlos de vuelta al departamento, y en el camino de regreso puso una canción de Airbag, Por mil noches. Ellos sabían perfectamente lo que significaba cada palabra de esa banda argentina, pero no Jayden.

Será que lo divino no mezcló muy bien las cartas.

Por mil nochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora