CAPÍTULO III

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Estaban en el parque, con una copia del resultado en las manos de Samantha. La chica lucía sorprendida, y Logan deseaba escuchar el resultado. Por fin, ella rompió el silencio, y le contó del resultado.

—Phill Hillson, el director, es mi papá —le dijo, seria.

—Entonces tengo que tener cuidado al meterme con la hija del director si quiero conservar mi trabajo —bromeó. 

Y entonces, de un bolsillo de su pantalón caquí, sacó una delicada cadenita de oro con una medalla que colgaba del medio. En ella, estaban grabadas las letras L&S. La chica sonrió al verla.

—Es hermosa —sonrió con el adorno en las manos.

—Esa medalla es una prueba de que te amo, y que estaré contigo sin importar lo que pasé...

Logan quedó con los ánimos en el suelo después de revivir ese recuerdo. Precisamente unos días antes de acabar la relación le dio ese regalo, y unos días después ella supo que esperaba un hijo suyo... Y él en el ejército y con trámites de divorcio... 

Sentía que le había fallado. No había visto lo que tenía en frente, lo valioso y verdadero que era. No lo había visto, por estar casado con una mujer que le guardaba tantos secretos como fibras capilares. No le cumplió la promesa de estar cada vez que lo necesitara, y no quiso escucharla cuando quiso decirle del hijo que crecía en su interior, y que hasta ahora no sabía de su existencia.  Desde ese momento, no hubo otra mujer en su vida. 

Ella se enamoró de alguien que difícilmente correspondería, pero entre ambos, fue él quien en verdad rompió su corazón.

***

Como todo niño pequeño que creció sin papá, Jayden quería saber sobre él. Pero cada vez que le preguntaba a Samantha, ésta evadía la pregunta, o le contestaba que no sabía nada sobre ese hombre. 

En un principio, se echaba la culpa, porque pensaba que no lo había enamorado lo suficiente para que se quedara con ella. Pero el tiempo pasó, y ese pensamiento murió. Ese niño era todo lo que ella amaba, y que daría su vida por verlo sonreír. 

Y Jay tuvo su figura paterna, su abuelo. Pero no sabía lo que era tener a alguien igual, que le dijera papá y como respuesta obtuviera un hijo. Sus amigos decían que el papá es el mejor amigo, y el niño no sabía nada de él. Esa noche, mientras cenaba con su mamá, tomó coraje y se lo preguntó:

—Mamá, ¿dónde esta mi papá? 

—Hijo, ya te dije que no sé.

—Pero quiero saber su nombre al menos —pidió, abriendo sus ojos para conseguirlo.

—Bueno, su nombre era Logan Parker,y era mi profesor de matemáticas en el último año de la secundaria.

—¿Y porqué ya no están juntos? 

—Porque aveces los papás se dejan de querer, u otra mujer enamora a papá y él se va con ella. Pero ya te dije demasiado, Jay. Termina de comer y ve a dormir, ¿si?

—Sí mamá. Gracias por decirme algunas cosas sobre él.

Por mil nochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora