Capítulo 06 | Expediente 847

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Que Mael le dejara quedarse un día más en el Nihil no le había resultado tan complicado como pensó en un principio, de hecho, aceptó tan pronto le mencionó que se uniría a él si accedía a su petición.

Así que cuando la nave despegó en dirección a Caelum, Aiden se dirigió de neuvo al Hospital Psiquiátrico en el que anteriormente habían estado. Nadie allí le conocía, por lo cual le habían dejado con una sola opción, infiltrarse.

Después de pasar unas largas y calurosas horas por los enormes conductos de ventilación del hospital había logrado llegar exactamente donde quería, el sector no autorizado del psiquiátrico, aquél en el cual trataban a los híbridos raptados por la Brigada.

Una gruesa y viscosa manta de sudor cubría cada centímetro de su piel cual capa de pegamento, haciendo que ésta se sintiera pesada. Si no fuera porque sabía que era físicamente imposible, pensaría que sus poros se estaban fundiendo lentamente bajo las altas temperaturas de aquellos canales.

—He oído algo por aquí. Estoy seguro —una voz masculina hizo que regresara de inmediato a su situación actual.

Ya había llegado prácticamente a su objetivo, no podía permitirse que algún guardia se percatara de su presencia. Aiden barajó las pocas alternativas que se le presentaban, la puerta a escasos metros de su posición parecía ser la única factible entre todas ellas. Como si su consciencia tuviera un botón de apagado manual, se adentró en la pequeña sala ignorando por completo el cartel que la presidía, «Sólo personal autorizado».

—¿Hay alguien ahí? —escuchó de nuevo cómo uno de los guardias merodeaba por la zona. El híbrido pelirrojo se pegó por completo a la pared mientras intentaba controlar su respiración agitada. Con los ojos cerrados e intentando relajar su cuerpo entumecido por la expectación, cada respiración hacía que se le erizara el vello.

Esperó a que los guardias se alejaran, aún sumido en la oscuridad más absoluta. Luego, procedió a palpar su entorno con las manos para así poder guiarse. Se detuvo al notar una estructura elevada con diversos cajones en su interior, cada uno con su etiqueta correspondiente: Farmacología, C.E.N., Personal Psiquiátrico, Bioquímica, Neuropsicología, Trastornos disociados, Informes Patológicos... Ahí estaba todo, pero bajo codificación. Una que no tenía.

—Aquí no hay nada, te lo habrás imaginado.

—Puede ser, llevo un turno de dieciséis horas, creo que necesito dormir —admitió el guardia. Sus pasos resonaron por el pasillo, alejándose cada vez más—. Iré a pedir el relevo.

Aiden se mantuvo en su posición durante algunos segundos hasta asegurarse de que nadie rondara por la zona y, entonces, salió en busca del larguísimo pasillo que había visitado aquella misma mañana. Y, aunque las bifurcaciones en los correderos consiguieron aturdirle en más de una ocasión, finalmente lo encontró:

EXISTENCE: Proyecto MidgardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora