Capítulo 34 | Tras las mentiras

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Estaba tan nerviosa que apenas notaba sus extremidades, a pesar de que estas temblaban sin parar. Ni siquiera la determinación con la que Noah sujetaba sus manos conseguía recomponerla.

—Nayra, necesitas tranquilizarte —le susurró sin soltarla. Lo miró conteniendo las lágrimas, tenía razón. Si no se relajaba le daría un ataque.

—Sí, lo sé —respondió cogiéndose con fuerza al brazo del híbrido. Sentía los latidos de su corazón y su desacompasada respiración haciendo eco en su interior, como si estuviera hueca.

Se encontraban en el salón principal del refugio junto a un gran grupo de híbridos que, al igual que ellos, esperaban la inminente salida de Aiden, quien llevaba cerca de media hora realizándole una psicometría a Mikka con el objetivo de verificar si poseía o no un don. Por si no era suficiente, la mirada penetrante de Mael taladraba su nuca desde que pisó el comedor. Podía percibir a distancia la sonrisa de superioridad que le otorgaba, incluso el hedor arrogante que le solía acompañar.

—Pase lo que pase, no debes preocuparte —dijo Noah dipositándole un beso en la base de su cabeza—. ¿Está bien?

Nayra asintió repetidamente, más intentando convencerse a sí misma que no a él. Miró el blanquísimo suelo bajo sus pies, intentando distraerse, pero le fue imposible. A pesar de que confiaba en Aiden, no quería ni imaginar lo que este debía estar haciéndole a su hija para corroborar si era portadora de una maldita habilidad.

Un leve movimiento fue suficiente para que Nayra se percatara de que la puerta iba a abrirse de un momento a otro, así que clavó sus ojos en ella antes de que ningún otro de los presentes lo hiciera. Sintió cómo el híbrido a su lado le apretaba la mano con tal de reconfortarla, había llegado el momento. La puerta se abrió dejando al descubierto a Aiden con una de las expresiones más ambiguas que había presenciado a lo largo de su vida. Completar un puzle sin piezas hubiese sido mucho más fácil que descifrar lo que su rostro ocultaba. La incertidumbre la estaba matando, mas no le salía la voz.

—¿Y bien? —preguntó Mael dando un paso al frente sin perder la compostura que tanto le caracterizaba.

—Tanto el lugar como la situación coincide con lo que vi en la mente de Niall, es lo mismo que encontré en la mente de la humana —dijo Aiden para, después, coger aire y almacenarlo en sus pulmones durante algunos segundos—. Lo que Mikka ve es completamente real.

La temperatura de su cuerpo cayó en picado y un ligero mareo hizo que tambaleara, tan sólo los esfuerzos de Noah por mantenerla en pie consiguieron alejarla del suelo. La sonrisa triunfal del líder híbrido no le pasó desapercibida, no obstante, se encontraba demasiado ocupada intentando no desmayarse como para prestarle atención. Su visión, empañada por la aparición de unos topos amarillentos a su alrededor, se tornaba borrosa con el paso de los segundos.

—¿Qué habilidad tiene? Parece psicometría, ¿no?

—No, puede que algún tipo de visión remota —contestó el pelirrojo acercándose al centro de la estancia con determinación—. Por alguna razón, Mikka puede ver a Gabir. Su mente logra localizarlo en la distancia de alguna forma.

EXISTENCE: Proyecto MidgardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora