Prólogo.

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El móvil sonaba por debajo de la almohada. A decir verdad no tenía muy claro cuanto rato llevaba sonando pero para nada pretendía levantarme de la cama.
- ¡¡¡Fellisa!!!- sonó desde la otra punta de la casa la voz de Ammy.

(Por cierto Ammy era mi madre).

Figí no oírla, pero fué inútil, Neflix entró a toda prisa por la puerta de mi cuarto y comenzó a ladrar.
- Calla ya maldito chucho...- dije tirándole mi almohada, pero el animal no me hacía caso y continuaba ladrando.
- ¡¡¡Fellisa!!!- gritó otra vez Ammy.
- ¡Que sí mamá! ¡Ya te he escuchado!- me levanté y dí un portazo.
Entre los ladridos del perro, la alarma de mi teléfono y mi madre gritando eso parecía una opera.- ¿Vienes a darme su recado o qué?- miré al animal.- Si la quieres más a ella que a mi ¿verdad?- comencé a acariciarle su cabeza peluda carcterística de un perro de agua, y a acto seguido bajé por las escaleras.

- ¡Fellisa! ¿has visto qué hora es?- decía mosqueada Ammy.
Hice un intento de mirar al reloj que había colgado sobre la cocina.
- Felly mejor.- contesté.
- ¿Encima de cachondeo? Te quiero preparada en tres minutos y desayunada...
Levanté las cejas.
- no tengo hambre Ammy.
- debes comer, te estás quedando en los huesos.
- Ya estamos...- subí las escaleras evitando la misma charla matutina.
¿por qué no sacas mejores notas? ¿por qué no comes más? ¿ Te drogas? Etc...etc...etc.
Una vez arriba me quité el camisón y me puse unos vaqueros y una blusa rosa palo con las zapatillas más vieja que tenía, agarré la mochila y el móvil.
- Adiós Netflix... tu si vives bien.- le acaricié la cabeza al animal.
- ¡Fellisa!
- ya está Ammy...- bajé.
- no Has comido.
- yo le doy de comer mamá.- dijo Logan que me metió una tostada en la boca y se fué por la puerta riéndose.
- ¿A él no le dices lo de llegar tarde?- me crucé de brazos.
- Tu hermano tiene coche.
- Hermanastro... es hijo de tu marido.- resoplé.
- ¡Fellisa ya está bien!
- Es Felly... y sigo sin intender porque no tengo coche.
- ¿Hace falta que te diga?- dijo mientras nos subiamos al coche.
- Porfavor...
- ¡Fellisa! Sacas malas notas, me mientes, llegas borracha a casa, no sacas el perro, no ayudas en casa... y puedo seguir.
Abrí los ojos como platos.
- Ves... No era para tanto.- cogí la mochila y baje del coche al ver que ya habiamos llegado a la puerta de mi instituto.- Gracias por llevarme Ammy.

De alumna a ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora