Capítulo 25

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Había pasado una semana en la que los preparativos habían acabado, todo estaba listo para la obra, ya había pasado una semana que veía a Jimm por los pasillo con Matilde intercambiandose sonrisas, ya habían pasado días que no volvía a mirar por la ventana buscándole.
-¡Acabé!- Dijo Peach con el peine en la mano.- ¡Estás guapisíma!- Me obligó a levantarme y a mirarme en el espejo.
Me observé un instante, con una mirada despreocupada, me sentía realmente estúpida con ese vestido largo, o eso pensaba hasta que me miré.

Llevaba un vestido azul cielo largo y con purpurina en los bajos, por los hombros llevaba una fina capa casi transparente del mismo color y con bordados de encaje.
Me toqué el pelo con cuidado para no deshacer las ondas que a escondidas tenía finas mechas brillantes que me había echo Peach.
- Gracias...- Me di la vuelta para observarla.
La rubia sonrió.
- Pareces una reina de las hadas...
Sonreí con ella, y no pude evitar pensar que en algún momento seguía molesta con ella, aunque después del nacimiento de Barth ya no me importara.
Ella me abrazó como de costumbre y seguidamente se dirigió a la puerta.
- Voy a irme que soy la primera en actuar. - Apretó el puño como gesto de fuerza.
Sonreí nuevamente mientras ella se marchaba.
Todo aquel enfado, molestia o simplemente incomprensión desapareció después de aquel abrazo.

. . .

Observaba desde las cortinas como la obra avanzaba, ya había echo algunas escenas con Levi.
Entre el público estaba Ammy, Brath, el pequeño Barth y Jonny.
Desvié la mirada buscando a Jimm, pero al parecer no me había cruzado con el en todo el día.
Dejé de observar entre las cortinas y busqué a Nina, mientras llevaba el guión en la mano hasta que la ví sentada entre la oscuridad acabando de colocar unas rosas para el próximo escenario.
Se había soltado su cabellera negra moldeada con unas pequeñas ondas,llevaba un delicado vestido bordado de florecitas de color violeta. Me iba a acercar cuando de pronto observo a Levi acercándose, no quedaba tiempo, ni para mi ni para ellos así que dejé el guión sobre la mesa.
- Esto es por ti Nina...- dije en pequeños susurros mientras me escondía.
-Nina...
Ella se dió la vuelta y le observó algo avergonzada al ver que se trataba de Levi.
-Hola...
Él sonrió mientras la observaba.
- Quería...
Ella se levantó con la cabeza cabizbaja.
- Yo... lo siento, si te dije que...
-¡Chicos!- gritaba Peach. -¡Vosotros!- dijo la rubia desesperada.
-¿Dónde está Effy?
- Debería de estar...- dejó de hablar mientras se acercó a la silla y cogió el guión.
- ¡Ese guión es de Effy! - Dijo Peach cogiéndole las hojas de la mano de Nina.- ¿Por qué esta tachado y pone tu nombre?
La moreno se encogió de hombros.
- Estuve ensayando con ella.
Peach lo abrió y leyó lo que ponía en la primera hoja.

Este guión esta hecho para Nina, ella es la verdadera Titania... Lo siento amigas, lo mío no son las historias de amor.

-¡Madre mía! ¡Lo flipo con F!- dijo indignada Peach.
- Tal vez no se haya ido lejos.
- ¡Chicas 10 segundos!- Entró Matilde.
- Nina... ¡tienes que hacerlo!- la cogió de los hombros la rubia.
- La mitad de la obra está hecha...
- ¡Por eso! Tienes que salir. Por favor.
Nina la observó fijamente y seguidamente afirmó con la cabeza.
- ¡No esperaba menos de ti N!

. . .
Me dirigí a la puerta para ver la escena
Entre la multitud.
Nina había salido avergonzada, resultaba raro verla así, pero tal vez esa fuera la verdadera Nina, una chica dulce y enamorada.
- Titania... por fin puedo verte.- Se asomó en el escenario Levi.
- Oberon mi amado.
Levi se mantuvo callado un segundo mientras la observaba, estaban a tres pasos de distancia.
- Nina.
El silencio se hizo en el salón. Mi corazón latía con fuerza mientras los observaba.
- Estás guapísima, pero no solo hoy... todos los días que te miraba y tal vez no te dabas ni cuenta...- Tragó saliva un momento.- Se que ya te lo he dicho, pero me gustas, me gusta tu forma de ser, de sonreír, de tratar con cuidado todas las cosas que te rodea... y aunque supongo que esto no te puede sonar real prometo observar todo de ti, porque eres preciosa, y... Me gustas Nina Blossom.
Ella sonrió mientras se acercó al moreno que la observaba fijamente con sus grandes ojos verdes.
- Tú también me gustas...
Los dos se besaron mientras todo el salón se mantuvo en silencio unos segundos.
- Esa es Nina.- Dije dándome la vuelta para marcharme, y automáticamente todos aplaudian.

Mientras salía el aire frío me recibía. Algo aquella noche parecía haber cambiado en mi, y tal vez todos pasamos por esto alguna vez... Cambió mi forma de ver las cosas.

Quien sabe quizás el amor no sea tan malo como dicen, o quizás solo debas encontrarte con esa persona que haga que ames tus propios defectos...

Regresé a casa mientras me quitaba los tacones y entraba por la puerta. Había pasado más de media hora desde que me había marchado de la obra, pero al parecer nadie había regresado a casa porque todas las luces estaban apagadas.
Subí las escaleras hasta llegar a mi cuarto y caer rendida en la cama. Todo estaba oscuro hasta que desde la ventana se iluminó una luz débil. Me levanté para observar a través de las cortinas sin que se notara que pudiera estar robsevando.
Había entrado por la puerta Jimm, al principio pensé que estaba solo, porque desde allí y con la cortina de tapadera no podía apreciar bien, pero tardé en darme cuenta de que iba con alguien más. Mis ojos se abrieron como platos.
No es que me sorprendiera tanto pero sabía que aquella persona solo se podría tratar de Matilde...

De alumna a ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora