capitulo 2

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Las nubes se amontonaron sobre la cabeza de Estrella de Fuego

y bloquearon las estrellas mientras esperaba a ver si volvía el gato.

Unas gotas gigantescas golpetearon las rocas del barranco y, pronto,

se convirtieron en una llovizna constante. Estrella de Fuego entró al

campamento por el túnel de aulagas y corrió por el claro hasta su

guarida al pie de la Peña Alta.

La guarida estaba seca al otro lado de la cortina de líquenes. Un

aprendiz había cambiado su lecho y había apilado musgo fresco y

helechos hasta formar un montón suave. Estrella de Fuego se sacudió

el agua del pelaje y se aovilló con la cola enroscada sobre la nariz.

La lluvia que tamborileaba afuera de su guarida lo arrulló hasta que

se quedó dormido.

El sonido de la lluvia se disolvió y Estrella de Fuego abrió los

ojos, helado hasta el hueso. Su cómodo lecho se había desvanecido

junto con el conocido olor del Clan del Trueno. Estaba rodeado por

una densa niebla pegajosa. Se arremolinaba a su alrededor para

levantarse de vez en cuando y revelar tras ella trozos de páramo

desolado. Bajo las patas notaba hierba dura y punzante. Al principio

creyó que se encontraba en el territorio del Clan del Viento y luego,

se dio cuenta de que no había visto antes ese lugar.

– ¿Jaspeada?- le dijo a la niebla- ¿Estás ahí? ¿Es que el Clan

Estelar tiene algún mensaje para mí?

Pero no había ni rastro de la hermosa gata tricolor que había

sido la curandera del Clan del Trueno. Solía visitar a menudo a

Estrella de Fuego en sueños, pero ahora no era capaz de captar ni

siquiera un leve resquicio de su dulce olor.

En su lugar sí que oía un sonido muy tenue, tan lejano que era

incapaz de saber qué era. Prestó más atención y se quedó congelado

desde las orejas hasta la cola al escuchar un salvaje gemido sin

palabra, el atroz sonido de muchos gatos aterrorizados. Se envaró,

preparado para huir con ellos aunque solo veía formas difusas a

pesar de que los chillidos se volvieron más fuertes. Parecían

avanzar a través de la niebla hacia él solo para desvanecerse

después antes de que pudiera verlos adecuadamente. El olor de

muchos gatos desconocidos flotaba en el aire.

– ¿Quiénes sois?- les dijo- ¿Qué queréis?

Pero no hubo respuesta y, pronto, el gemido agudo se convirtió

en silencio.

Estrella de Fuego dio un salto cuando algo le tocó el costado. Se

despertó y vio la cálida luz amarillenta del sol que se colaba

La Busqueda de Estrella de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora