Estrella de Fuego se apresuró a alcanzar a su compañera,
abandonando su presa, y miró hacia abajo.
Las laderas de la quebrada descendían escarpadamente hasta un
estrecho valle completamente seco con unas cuantas rocas rojizas
desparramadas en él. Ni siquiera habría una gota de agua.
Su corazón latió con fuerza.
– Creo que nos hemos pasado el lugar donde acampó el Clan del
Cielo- le maulló a Tormenta de Arena- El gato gris y blanco me dijo
que siguiera el río.
La cola de Tormenta de Arena azotó el aire.
– ¡Cagarrutas de ratón! Será mejor que bajemos y volvamos por
la base de la quebrada.
Estrella de Fuego tomó la delantera mientras descendían
cuidadosamente por el risco escarpado. Las piedrecillas sueltas
resbalaban bajo sus patas; Estrella de Fuego intentó no pensar en
qué pasaría si resbalaba todo el camino en un revoltijo endeble de
patas y cola para terminar, destrozado, en el fondo.
Intentó pisar con ligereza, escogiendo el recorrido de una roca
sobresaliente a la siguiente y usando la cola para equilibrarse.
Para entonces, el sol ya había ascendido por el cielo y las
laderas rocosas de la quebrada reflejaban su calor. La tierra ardiente
quemaba las patas de Estrella de Fuego. Resollando, notaba cómo si
pelaje estaba a punto de estallar en llamas. Molestó a un lagarto que
tomaba el sol sobre una piedra; se escabulló por una grieta cuando
su sombra cayó sobre él.
– Al menos no nos vamos a morir de hambre.- comentó,
señalando la criatura con la cola.
Tormenta de Arena arrugó la nariz.
– Solo el Clan de la Sombra come cosas con escamas- maulló-
Tendría que estar muy hambrienta para intentarlo siquiera.
Finalmente, llegaron al fondo de la quebrada y retrocedieron por
el camino que habían venido al tiempo que sorteaban las rocas. El
pelaje de Estrella de Fuego se erizó; en esa parte de la quebrada no
crecía nada, excepto unas cuantas matas de hierba rala y arbustos
raquíticos; no había cobijo ni maleza que ocultara a los gatos de los
ojos hostiles.
– Menos mal que no somos blancos o negros- murmuró Tormenta
de Arena- Al menos nuestros pelajes nos ayudarán a ocultarnos.
Estrella de Fuego asintió, tenso.
– Mantente alerta. No sabemos lo que puede acechar por aquí.
Conforme el sol decaía en el cielo, las sombras del risco
cayeron sobre ellos. Estrella de Fuego respiraba mejor ahora que el
aire se había enfriado. Comenzó a captar el sonido del agua frente a
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La Busqueda de Estrella de Fuego
FantasiaPor fin hay paz entre los clanes guerreros y los cuatro prosperan bien. Es entonces cuando Estrella de Fuego, el legendario líder del Clan del Trueno, descubre un secreto impactante: el Clan Estelar, los ancestros guerreros que guían sus huellas, le...