capitulo 13

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– No le había visto antes en mi vida. ¿Qué está haciendo aquí?

– No se mueve. ¿Estará muerto?

– No... ¡Ey! ¡El de ahí! ¡Muévete!

Las voces latieron, fuertes y suaves, en los oídos de Estrella de

Fuego. Abrió los ojos dolorosamente y vio un borrón negro y marrón

que bloqueaba el hueco por el que se había arrastrado hasta el

refugio. Una zarpa se aferraba al pelaje de su cuello y le agitaba

vigorosamente.

– ¿Qué...? Fuera- Estrella de Fuego golpeó débilmente a su

asaltante.

– Guárdate las garras- gruñó una voz.

Estrella de Fuego parpadeó otra vez. Frente a él se agazapaban

dos gatos: uno era una gata negra y el otro un macho escuchimizado

de color marrón con una oreja partida.

– No puedes quedarte aquí- maulló la gata negra- Los Dos Patas

no dejan de entrar y salir todo el día. Mueve las patas.

– Me moveré cuando esté preparado- intentó desafiarles Estrella

de Fuego, pero su boca estaba tan seca que apenas pudo hablar y su

cabeza le dio vueltas por el hambre.

– Te moverás cuando te lo diga- le espetó el gato

escuchimizado.- ¡Cerebro de pulga!- con una pata, le dio a Estrella

de Fuego un soberano empujón entre las costillas.

Estrella de Fuego se encontraba demasiado débil para replicar.

Se arrastró de debajo de aquel pelaje resplandeciente y se tambaleó

sobre las patas.

– Ya era hora- bufó la gata- Síguenos.

Se puso en marcha por un camino zigzagueante que pasaba entre

dos montones de basura Dos Patas. Estrella de Fuego pensó

brevemente en correr y liberarse, pero no tenía ni idea de a dónde ir.

Además, apenas si podía trotar y, mientras que la gata lideraba

la marcha, el macho marrón caminaba al lado de Estrella de Fuego

sin quitarle los ojos amarillos de encima.

¿A dónde me llevan?, se preguntó Estrella de Fuego.

Pensó en Azote y su Clan de la Sangre y se preguntó si existiría

algún otro clan de gatos igual de salvajes en ese Poblado Dos Patas.

Si se enteraban de que provenía del bosque podrían verle como a un

enemigo. ¿Es que pensaban matarle?

La gata negra le llevó por un hueco en la pared.

Estrella de Fuego emergió a un trozo de tierra desnuda donde

unos cuantos árboles raquíticos pujaban por sobrevivir en ese suelo

débil. No vio a otros gatos, pero a su alrededor flotaba un fuerte

olor a ellos. Su temor de encontrarse con otro Clan de la Sangre se

acrecentó hasta que le subió por la garganta casi ahogándole.

La Busqueda de Estrella de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora