capitulo 20

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Estrella de Fuego aplastó las orejas, decepcionado.

– Supuse que se quedaría al menos hasta que regresáramos.-

maulló- Hay tanto que aún quiero preguntarle.

Tormenta de Arena dejó la presa al lado de Estrella de Fuego y

recorrió la concavidad donde había dormido Cielo.

– Está acostumbrado a estar solo- remarcó- Supongo que no se

siente cómodo junto a otros gatos.

Estrella de Fuego retorció la punta de la cola, sintiendo como el

enfado le erizaba los pelos de los omóplatos.

– Ahora vamos a tener que subir todo el sendero hasta la

quebrada otra vez. No quiero irme sin hablar con él. Tengo que

saber más sobre el Clan del Cielo, sobre todo por qué se fueron de

las cuevas.

Los ojos verdes de Tormenta de Arena le destellaron. Estrella de

Fuego tenía miedo de que pensara que se estaba obsesionando con el

Clan del Cielo, especialmente cuando no quedaba un clan que

reconstruir excepto recuerdos y arena.

– Siento que le estoy fallando al gato de mis sueños si no

averiguo que destruyó al final al clan- se defendió.- No es solo que

dejaran el bosque. Llegaron hasta este lugar y podrían haber

progresado aquí, especialmente con esa habilidad característica de

saltar. Así que, ¿qué ocurrió después? ¿A dónde se fueron?- negó

con la cabeza, frustrado- Tengo que saberlo- repitió.

– No pasa nada- Tormenta de Arena apretó el hocico contra él-

Lo entiendo. Y si...

Un sonido aspirado y estentóreo a las afueras de la cueva la

interrumpió. Cielo escaló hasta la cueva; en sus fauces llevaba

aferrada un enorme montón de musgo.

El alivio inundó a Estrella de Fuego.

– ¡Sigues aquí!

– ¡Y has encontrado musgo!- agregó Tormenta de Arena.

El viejo gato arrojó el peso y la miró como si la creyera loca.

– Vosotros usáis musgo para los lechos, ¿no? Dime que no he

arrastrado todo esto desde el río para nada- le dirigió a su lecho de

helechos una mirada mordaz- Aunque puede que os guste que os

pinchen por la noche.

– Si, usamos musgo- maulló Estrella de Fuego- solo que no

pudimos encontrar ninguno.

Cielo bufó.

– Ya os lo enseñaré después- empujó el fardo de musgo hacia él-

Tomad, ponedlo en vuestro nido. Yo no lo necesito; no me quedare

otra noche.

– Me gustaría que lo hicieras- Tormenta de Arena restregó el

La Busqueda de Estrella de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora