capitulo 35

332 19 13
                                    

Los tres esperaron en silencio, bañados por la luz de la luna. El

viento azotaba la superficie de la Roca Celestial y les aplastaba el

pelaje.

– Cierra los ojos- susurró Estrella de Fuego.

Al principio solo hubo oscuridad y fue consciente de que Motea

Hojas se removía inquieta a su lado. Poco a poco, fue quedándose

inmóvil; el latido de corazón de Estrella de Fuego se aceleró al

notar como la envolvía el frío hasta parecer un gato esculpido en

hielo. El sonido del viento cesó.

Estrella de Fuego abrió los ojos. La Roca Celestial había

desaparecido; en su lugar se extendía ante él un páramo baldío que

se desvanecía por todas partes en niebla. Ninguna estrella

atravesaba la nube pero esta brillaba con un resplandor claro, como

si en alguna parte, por encima, la luna siguiera destellando.

Al otro lado de Motea Hojas, Canción Resonante abrió los ojos

con un parpadeo y levantó la cabeza antes de incorporarse y arquear

la espalda, estirándose.

Su mirada, llena de confusión, se calvó en la de Estrella de

Fuego.

– ¿Dónde estamos? Es como el lugar con el que soñé la noche

que pasé en la Roca Celestial.

– Es el páramo en el que vi a los gatos que huían.- Estrella de

Fuego se levantó, arañando la dura hierba.

Canción Resonante se volvió para mirara a Motea Hojas, y

apoyó suavemente una pata en su omóplato. La gata no se movió.

– Está tan fría- susurró Canción Resonante. Agachándose, sopló

con suavidad en la oreja de Motea Hojas; ni siquiera se retorció.-

No está muerta, ¿verdad Estrella de Fuego?

– No- la tranquilizó.- Algo así me pasó a mí. Creo que le privan

de su antigua vida para que pueda recibir las nuevas nueve vidas.

Canción Resonante seguía preocupada. Estrella de Fuego supuso

que le cosquilleaban las patas por ayudar a Motea Hojas, pero no

había nada que pudiera hacer.

Pudieron pasar estaciones o solo latidos de corazones antes de

que Motea Hojas estornudara y abriera los ojos. Abrió las fauces en

un amplio bostezo. A continuación pareció percatarse del extraño

paisaje que les rodeaba; se levantó de un salto, tambaleándose un

poco.

– ¿Qué está pasando, Estrella de Fuego?

– Tranquila- Estrella de Fuego apoyó la punta de la cola sobre

su omóplato- Este es el lugar donde te reunirás con el Clan Estelar.

Y, como si sus palabras supusieran una señal, la niebla se

arremolinó frente a él y el ancestro gris y blanco del Clan del Cielo

La Busqueda de Estrella de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora