capitulo 12

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– ¡No!- gritó Estrella de Fuego- ¡Tormenta de Arena! ¿Dónde

estás Tormenta de Arena?

No obtuvo respuesta. Estrella de Fuego recorrió la orilla de

arriba abajo gritando sin cesar el nombre de su pareja. No veía

señales de ella, ni rastro de su pelaje rojizo entre los escombros

amontonados en la orilla opuesta.

Corrió río abajo trastabillando sobre las rocas resbaladizas por

el agua. Desesperado, escudriñó las orillas y también el agua

agitada convencido de que cada trozo de escombro podía ser su

amada compañera.

Al final tuvo que parar con los costados alterados y las patas en

carne viva y sangrantes. Sobre una piedra bajó la mirada al agua

negra y arremolinada que tenía a una cola de distancia. Si Tormenta

de Arena había muerto nunca, jamás, se lo perdonaría.

¡Estúpida excusa de gato!

Obviamente, la cara de Estrella Azul entre las nubes había sido

una advertencia pero él la había ignorado. Había estado tan centrado

en la búsqueda del Clan del Cielo que había olvidado lo que le

debía a Tormenta de Arena.

Cualquier cosa que le hubiera pasado, bien se hubiese ahogado o

bien estuviera herida en alguna parte, era su culpa. Emitió un gemido

de pesar. ¿Cómo había dejado que Tormenta de Arena pensara que

prefería estar con Jaspeada? Era a ella a quien amaba y daría lo que

fuera por revivir aquel momento para enviarla por el tronco antes

que él.

Aún seguía lloviendo pero más suavemente; siseaba al caer en el

río y los truenos se habían alejado en el horizonte. La penumbra del

día se iba convirtiendo en un crepúsculo. Estrella de Fuego quería

seguir adelante, pero sabía que no podría buscar bien en la

oscuridad. Fácilmente podría pasar de largo a Tormenta de Arena si

se encontraba inconsciente.

Cada paso era una tortura pero aún así se arrastró bajo la roca

sobresaliente y se ovilló. El agotamiento lo cubrió por entero, como

las aguas negras del río, y le arrastró a un descanso frío y sin

sueños.

La luz clara se reflejó en la superficie del agua y despertó a

Estrella de Fuego. Salió arrastrándose y tembló contra el viento.

Las nubes pasaba a la carrera por encima de su cabeza,

partiéndose de vez en cuando para mostrar tras ellas un cielo azul; el

sol se encontraba aún en su camino hacia el mediodía. La tormenta

había pasado. Su pelaje estaba casi seco aunque los pelos se le

La Busqueda de Estrella de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora