Querida ex mejor amiga

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Querida ex mejor amiga,

Ambas somos conscientes de que Julissa no posee buenas calificaciones, y ella en los últimos exámenes me pidió ayuda ya que por el contrario, yo poseo buenas calificaciones.
Nunca tuve nada contra Julissa, ella siempre me agradó y nunca llegué a chocar con ella. ¿Sentía envidia de ella a veces? Sí. Es decir, tú eras mi mejor amiga y ella me estaba robando a mi mejor amiga.
Yo era consciente de que claramente no me estaba robando a mi mejor amiga, simplemente se hicieron cercanas, al igual que Jazmín y yo, pero yo sé distinguir cuando esa cercanía es otro nivel. Y la cercanía de ustedes dos era a tal punto de decir: “sí, son mejores amigas.”
La tarde antes del examen de informática estábamos en mi casa estudiando, yo le explicaba lo que tenía que hacer. Nosotras acostumbramos a hablar después de estudiar, o mejor dicho: reflexionar. Hablábamos de todo, de sus problemas, los míos, la vida. Tantos temas que a veces terminábamos con dolores de cabeza e íbamos a buscar chocolate o helado a la cocina. A veces hasta le daba una pastilla para la migraña.
Esa tarde, después de estudiar me hizo la siguiente pregunta: “¿Usted tiene algo en contra mío?”. Le dije no. “¿Está segura?”. En ese momento entendí por dónde iba el tema.
Sí, le contaste de mi mensaje donde hablaba de ella. Es más, se lo reenviaste. Le reenviaste el mensaje donde dije que pensaba que por ella ya no éramos tan unidas.
Pero no te tengo rencores por ello. Es más, te doy las gracias, ya que de no ser por eso no hubiera pasado lo siguiente:
—Lau… es que yo sé la verdadera razón por la que ella ha estado tan rara con usted.
Me miró, no habló por unos segundos hasta que finalmente dijo: —Su personalidad. Su forma de ser, su… bipolaridad.
En aquel entonces yo era una persona tan inocente. A pesar de lo de Viviana, no era consciente de la hipocresía de este mundo. Pensé que tenía que cambiar porque sí, yo era y soy bipolar. Que en un segundo estoy feliz, al otro triste, al otro estoy gritando y al otro bailando.
Pero aquí debo decir algo, querida ex mejor amiga, la bipolaridad es una enfermedad seria que nosotros, los adolescentes tomamos como juego. Tal como la esquizofrenia o el retraso mental. Yo mismo me tacho a veces de retrasada mental cuando algo se me olvida. O a las personas muy hiperactivas se les dice esquizofrénicas. Pero no lo son. Así como yo no soy bipolar.
Ser bipolar significa que en un lapso de tiempo equivalente a un mes tengo una emoción. Puede ser depresión, alegría, o cualquier otra. Después de ese mes, tengo otra emoción. Al siguiente mes, otra. Y así. No es que en un mismo día se cambia, sino en un mes.
Cambiar las emociones en un día es tan humano y normal como respirar. Jamás voy a pasar un día entero triste, desde que me levanto hasta que me duermo, en algún momento algo me va a hacer reír. O viceversa. Así que, no. Yo no soy bipolar. Yo soy normal. ¿O me vas a decir que tú no cambias de emociones rápido también? Porque yo lo he visto, te he visto, y no me ha agradado. Pero no te dije nada, ni me aparté de ti, ni hice lo que fuera para no seguir hablándote.
Pero esa tarde yo no pensé así. Esa tarde pensé que tenía que cambiar por ti, porque eras mi mejor amiga y debía agradarte. Debías sentirte bien conmigo. Esa noche lloré, porque no quería perder tu amistad, cuando en realidad, ya la había perdido.