Querida ex mejor amiga

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Querida ex mejor amiga,
Hablemos de nuestros dos últimos encuentros.
El penúltimo fue en nuestra graduación, ahí debo decir que la más decente entre tú y Jazmín, fue Jazmín. Su saludo fue muy hipócrita, nuevamente un “hola” súper agudo, una mini sonrisa y ya. Lo mejor es que a la par mía estaba aquella otra amiga fan de Ana Coello y a ella la abrazó, le dio besos y todo.
Por lo menos dijo hola. En cambio, tú me viste y me ignoraste.
¡Vaya! Tenso el ambiente.
Si fuera madura te hubiera saludado bien pero no lo soy, así que te ignoré igual. En ese momento no estaba tan segura de mis emociones ni de mí misma, aún me sentía algo mal.
¡Ah! Pero en nuestro último encuentro sí que estaba segura. Yo nunca tuve que haber sido tan sumisa, tan perrito faldero. Fui simplemente tu marioneta, me tratabas como quisieras, y yo siempre iba a estar ahí. Eso lo sabías, sabías que por más mal que me trataras, por más que me ignoraras y no me respondieras, yo siempre iba a estar ahí. Y eso me encolerizó.
La última vez que nos vimos fue en una tienda, trabajabas ahí, y mis padres y yo fuimos a comprar el regalo de navidad de mi hermano. Ambos de mis padres conocen nuestra situación, así que ambos me habían advertido, pero a mí me daba igual. No iba a no ir solamente porque estabas tú. Recuerdo que le había comentado a Mario y él me dijo que él jamás habría ido, pero bueno, a mí verte me daba igual.
En un momento te vi, y me viste. Ambas hicimos lo mismo: ignorarnos.
Dudo de si fue el mayor acto de madurez, probablemente no lo fuera, pero ya no puedo hacer nada. Y es que si no te ignoraba probablemente te daba con una pala, así que mejor ignorarte.