Querida ex mejor amiga

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Querida ex mejor amiga,

En mis mil emociones estaba una noche en el comedor con mi mamá cenando, y exploté. Por primera vez exploté frente a alguien. Lloraba, gritaba, le contaba todo lo que había sucedido y le contaba mi odio por el colegio en el que estábamos.
Algo que ambas, tú y yo, odiamos de ese colegio es que al ser privado y tras de eso religioso, es como una burbuja. ¡No conoces a nadie más de ningún otro colegio! No hablas con nadie que no sea de tu grupo, y no puedes ser tú mismo. Si empiezas a ser diferente, te comen vivo. Es un ambiente horrible, y hasta ese momento no me había dado cuenta de ello, y odié el colegio.
Mi madre, por razones que ya conoces, simplemente me dijo: “Lau, ¿qué vamos a hacer?”, en otras palabras me dijo: “usted se va a quedar en ese colegio, lo siento.”
Quería con todo mi corazón ir a otro colegio. Muchas personas me dirían que es el mayor acto de inmadurez del mundo, pero yo sentía que era lo que tenía que hacer.
Como mencioné en alguna carta anterior, en nuestro colegio no se podía ser uno mismo. Cuando llegué, era muy tímida, pero hoy día era todo lo contrario. ¡Solo había que preguntarles a Mario y a nuestra amiga! Decirles a ellos que yo era tímida era como decirles que las vacas vuelan.
Yo deseaba ser esa persona, pero sabía que nunca podría serlo en ese colegio. Sabía que no iba a ser capaz de tantas cosas, y lo peor es que sabía que no iba a ser feliz.
Y no tenía más remedio que aceptarlo, porque mi mamá no estaba dispuesta a aceptar un cambio.