Un Nuevo empezar

3.2 UN PASEO AL CIELO

El coche se detiene en un descampado que hay a la derecha de la carretera por la que llevan más de un cuarto de hora subiendo, todo era subida, pero Iván le ha dicho a Sheila que cerrara los ojos, para que así fuera más sorpresa, más real. A pesar de que haya cerrado los ojos ella sabe que está alta, por toda la pendiente que han subido, pero prefiere no decir nada, y así lleva desde que hace un rato pararon en aquel bar para comprarse unos bocadillos y unas latas, ella estaba tan callada que casi no ha pedido la comida, y lo ha tenido que hacer Iván por ella, Iván la ha invitado, porque está tan emocionada que no puede hablar, no se atreve, pero sabe que tiene que decir algo, sinó, perdera esta oportunidad que ha venido por casualidad, y que quizás nunca llegue a estar tan bien como está ahora.

Se acuerda de cuando estaban los dos ahí en el bar, y el chico les ha preguntado que de que querian el bocadillo, Iván ha contestado que de Lomo con queso, pero ella se ha quedado callada, y se ha avergonzado tanto al darse cuenta de que Iván le miraba un poco extrañado de porqué no contestaba y estaba mirando a la nada, -Estás bien?- Le ha preguntado, y ella ha tenido que responder que sí nerviosisima, y finalmente le ha dicho que quería lo mismo que él, y como Sheila le había dicho que tenia poco dinero lo ha pagado él todo.

De camino al 'cielo´ Iván le ha dicho que cierre los ojos, ella ni siquiera le ha preguntado realmente donde ivan, pero le da igual, no le importa cual sea el destino si está junto a él, por fin, siempre había esperado este momento, y ahora que estaba cumpliendose tiene que dejarse llevar, hacer lo que le llene, lo que realmente le salga del corazón, Él le ha ido diciendo alguna aventura suya con Carlos, otra con su hermana lidia, cosas para que Sheila reaccionara, pero nada, ella muy timida, ha seguido con los ojos cerrados escuchando su voz, hasta ahora.

-Ya hemos llegado, puedes salir -le dice Iván

Sheila abre los ojos, solo vé montaña, y un descampado con varios coches aparcados. -Dónde estamos?! -pregunta con un tono de voz bajo, muy tímida.

-Te lo he dicho antes, en el cielo, no notas las nubes más cerca? Aqui casi podemos tocar el cielo con las manos -le dice Iván

Sheila se queda cada vez más alucinada, Iván está diciendo cosas fuera de lo normal, pero no sabe porqué, ha ido diciendo cosas así de extrañas pero bonitas a la vez más frecuentemente.

Iván vé a Sheila que la mira extrañada, se da cuenta de que está diciendo cosas extrañas, igual que aquella vez que estaba con Sara en aquel parque, cuando le atacaron aquellos, y entonces se pone serio y dice:

-Dejemonos de tonterias, vamos a por los bocadillos, que ya tengo hambre!

Sheila le hace caso, y consigue sacar el valor suficiente para poder hablar por fin, le viene así, de repente, como un acto inconsciente.

-Me caes muy bien, sabes? perdoname por ser así de timida -dice con una voz normal finalmente, Iván la mira, y se vuelve a quedar clavado en sus ojos, esos ojos azules tirando para verdosos, un color dificil de definir, pero preciosos, ella le mira a él también, y empieza a sentir como algo empieza a quemarle por dentro, algo que no puede parar, de ansia, de despertar, de ganas de salir a la luz y explotar, explotar de tal manera que todo el universo se entere de que eso que ha explotado es amor, y que vive ligado a alguien, vive ligado a él.

De repente algo vuelve a interrumpir sus miradas, llega un coche a toda velocidad, que acaba aparcado delante del guardarail de la carretera, después de hacer un trompo esparciendo toda la arena por los cielos, Iván y Sheila les miran, y después cojen las bolsas que contienen sus bocadillos y sus latas, Iván le dice a Sheila que le siga, y ella lo hace, empiezan a caminar por un sendero que hay al final del descampado donde han dejado el coche, por el camino empiezan a abrir sus bocatas y a empezar a darle los primeros mordiscos mientras hablan de aquellos años que coincidieron en el instituto pero no se decian nada.