Capítulo 12

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Cuando regreso a casa mis padres están en el sofá viendo un programa de televisión, y ambos se vuelven para preguntarme que a dónde había ido tan tarde.

-Hoy las chicas han pasado el día aquí conmigo y María se ha dejado olvidado algo y he ido corriendo a devolvérselo.

-Pues cena y no te quedes levantada hasta muy tarde que mañana hay instituto.

-No voy a cenar, no tengo hambre. Hemos estado toda la tarde comiendo -contesto mientras me dirijo apresurada a mi dormitorio.

Al entrar cierro la puerta y me echo en mi cama con la almohada sobre mi cabeza. Empiezo a dar grititos de la euforia que recorre mi cuerpo. ¡No me lo puedo creer! Me ha besado y ha sido increíble. Quiero rememorar el beso una y otra vez para que esa sensación nunca abandone mi cuerpo.

Hoy el día ha amanecido lluvioso. Alfonso y yo hemos llegado al instituto empapados a pesar de llevar nuestros paraguas. Aprovecho antes de que la sirena de aviso del comienzo de la clase para ir al baño. Estando allí entran dos compañeras de otra clase.

-¿Qué dices? No puede ser -asevera una de ellas sorprendida.

-Los vi con mis propios ojos. Estuvieron a punto de besarse en el callejón que hay próximo a la plaza de toros.

-¿Pero se llegaron a besar?

-No, Liam se apartó.

-¡Qué vergüenza!  Si me hubiese pasado a mí me muero.

-Ya ves, la chica nueva se quedó con una cara...

-¿Qué se creerá? Acaba de llegar y acapara a Alfonso, y ahora también a Liam. Se pensará que es una belleza.

-Sí, aunque el día del concierto iba bastante mona.

-Pero no se puede comparar a nosotras -dice y puedo escuchar sus risas.

-Vamos, quiero contárselo a las demás.

Una vez que se han ido, salgo y veo mi reflejo en el espejo. Todo esto me hace recordar el infierno que pase' la otra vez. Intento levantar el ánimo y regreso a mi aula. Liam está sentado en su sitio, hago lo propio y me siento junto a él. Ambos nos miramos y sonreímos.

Las horas pasan lentas, intento concentrarme en los estudios pero me disperso. Pienso en todo lo que ha acaecido este fin de semana. Liam sí parece atento.

Cuando llega la hora del desayuno doy un brinco.

-Eh,¿qué ha sido eso? Me has asustado -pregunta divertido.

-Es que tengo mucha hambre -contesto enérgicamente -hoy he salido de casa sin desayunar por las prisas. Es que no encontraba el paraguas. Por cierto -continúo- ¿vienes conmigo a desayunar?- le pregunto intentando no mostrar vergüenza.

-Hoy tengo partido, lo siento.

-No pasa nada.

Aunque esa es mi respuesta, la verdad es que me decepciona bastante el no poder estar con él.

-Esta semana va a ser complicado vernos en los recreos. Estamos en plena liga de baloncesto.

-Pues entonces iré a animarte.

María y yo acompañamos a Carla a la cafetería a por un bocadillo. Esta se encuentra abarrotada como siempre. Mientras pide, María y yo esperamos junto a la máquina expendedora. Un grupo de tres chicas se aproximan para comprar algo.

-Mira es ella -dice una a las otras dos.

-¿Cuál de las dos?

-La más bajita.

Mi historia y su historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora