Capítulo 4

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Llego a clase y lo busco, pero no está. Hay grupos de alumnos hablando. María está con uno de esos grupos. Me voy a mi mesa y justo en ese momento llega el profesor.

Llega el descanso para desayunar y Liam aún no ha aparecido. Durante las dos horas que he estado en clase no he dejado de pensar en el beso. Cuando lo vi por primera vez me pareció guapo, pero después de lo que pasó esta mañana, no me cabe ninguna duda, Liam Solberg me gusta.
Salgo de la clase directa a la cafetería dispuesta a encontrarle y preguntarle el porqué de ese beso. Recorro los pasillos hasta llegar a la puerta. Entro, y no me cuesta nada encontrarlo a pesar de la multitud. Está sentado en una mesa. No se encuentra solo, sino en compañía de su grupo de  amigos. También le acompañan dos chicas, una de ellas es Carla, la chica rubia de pestañas postizas. Me abro paso entre la gente. Me entran unos nervios tremendos conforme me voy acercando. Aunque aún estoy lejos me ve. Me planto delante de su mesa y, cuando voy a abrir la boca, dispuesta a preguntarle por su actuación de antes, gira su cabeza y besa en los labios a Carla.

Ahora es cuando ya no entiendo nada. No sé cómo actuar. Allí plantada, con el alma a los pies. Me siento estúpida. Noto que alguien tira de mí. Pero yo no puedo moverme. Quiero ver su cara. La cara de Liam después de haber besado a otra chica. Pero no me mira. Siento cómo me presionan el brazo y vuelven a tirar de mí. Sigo sin ver su rostro, así que me doy por vencida y dejo que la persona que me agarra fuertemente me aleje de allí. Nos dirigimos hacia la salida y atravesamos el hall hasta llegar al patio. Allí nos sentamos  en un banco de piedra que se encuentra rodeando una palmera.

-¿Cómo estás?,-me pregunta María.

Pero yo no le contesto. No me apetece hablar con nadie de lo que acaba de suceder. Me siento avergonzada por la situación y no quiero que nadie sepa de mis sentimientos. Le agradezco su gesto, el que me haya sacado de allí, de esa situación tan bochornosa. Pero María no se mueve, permanece a mi lado. La cabeza me da vueltas. ¿Qué le pasa a este chico? ¿Por qué hace eso? Primero me besa sin previo aviso, luego me pide perdón por ese beso y unas horas después lo veo besándose con otra.

-Gracias, -logro decirle finalmente a María. - Resulta que va a ser verdad que eres mi salvadora.
-No te preocupes. Si me necesitas aquí estoy.
-Es ese chico, Liam. No sé qué me pasa con él.
-Te entiendo. Hace un tiempo anduve detrás de él, - me confiesa con una sonrisa. Sus palabras me sorprenden. No digo nada, y ella continúa hablando.
-Conozco a Liam desde pequeña. Somos vecinos y estamos juntos en clase desde primaria. Siempre ha sido un buen chico, pero creo que ahora anda algo perdido.
-¿Perdido?, ¿sabes lo que ha hecho? Esta mañana me ha besado y ahora, en la cafetería, cuando me dispongo a preguntarle que por qué lo ha hecho, lo veo besando a otra chica - le cuento enfadada.
-¿Te ha besado esta mañana?, - me pregunta con interés.
-Sí. He llegado tarde al instituto y me han mandado al aula de convivencia y, al cabo de unos minutos ha aparecido él, se ha sentado a mi lado y luego me ha besado. Inmediatamente después se levanta y lo único que acierta a decirme es un "lo siento". Y, por ultimo, esto que tú ya has visto, va y besa a la chica esa.
-Esa chica es Carla. Sinceramente desconozco por qué la ha besado.
-¡Uff! Ella tiene que estar ahora la mar de contenta. He visto cómo lo mira, y siempre busca su contacto -le digo, no sin rabia en mis palabras.
-No te creas. Carla está enamorada de él desde que ambos llegamos aquí en secundaria. Pero nunca han tenido nada serio. Si te digo la verdad, creo que Liam. nunca ha sentido nada por ella, y me sorprendería si eso cambiase ahora.
-Pues ahora estoy, si cabe, más confundida que antes. ¿Es que esté chico es una máquina de dar besos?, ¿es que no le hace falta tener sentimientos por las personas a las que besa?
-No sé por qué está actuando así. Liam no está pasando por un buen momento en casa, supongo que eso le estará afectando a su comportamiento. Sus notas están bajando drásticamente. Nunca ha sido estudioso, pero con poco que hiciese aprobaba.

Mi historia y su historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora