14.- ||Leave||

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Eran las 2.30a.m., Ezra y Nicolás estaban durmiendo. El pequeño estaba durmiendo con su padre, puesto que sus pesadillas habían aumentado, y cuando se despertaba, podía abrazarlo. Ya se habían cumplido dos semanas desde que Denis se había ido de casa, y no se sabía nada de él.

Ezra era una maraña de nervios. Estaba como loco buscando a Denis por toda la ciudad, sin embargo no parecía estar por ninguna parte. Era una mierda. Se sentía demasiado impotente, y más que eso, culpable.

Nicolás comenzó a revolverse en las cobijas, abrazó con fuerza una almohada, y comenzó a susurrar y sollozar en un tono apenas audible, pero fue suficiente para despertar a Ezra.

-Oye... oye -comenzó a sacudir al niño hasta que este despertó, y lo abrazó con fuerza-. Tranquilízate, fue un mal sueño... de nuevo. Está todo bien, yo estoy aquí para cuidarte.

Abrazó con más fuerza a Ezra, negó con la cabeza, y comenzó a llorar.

-Soñé que un monstro quería matarnos -y comenzó a temblar-. Pero no existe tal monstro... ¿verdad?

Ezra suspiró y negó con la cabeza.

-No existen, hijo -dijo y justo después de eso, su teléfono comenzó a sonar. Ezra abrió los ojos como platos, sacó el aparato de la funda de su almohada, y contesto-. Eh... habla Ezra Miller... ¿pasó algo?

Era un número desconocido, fácil podría ser un fan, hacker, o adolescente bromista que sólo quería jugar. Sin embargo decidió responder para asegurarse de que nada malo estuviera pasando. Nunca se sabe.

-Escuche, estamos desde el hospital Wester Gardner -dijo una voz femenina. A Ezra se le hizo un nudo en la garganta y comenzó a temblar-. ¿Usted tiene que ver algo con... Denis Alexandrovich Shaforostov?

Comenzó a temblar del miedo y horror que le había causado escuchar eso. Era real, estaba pasando justo en ese momento; estaban hablándole del hospital y era algo que tenía que ver con Denis.

-Sí... soy su... -se puso de pie y comenzó a ponerse algo que no fuera su piyama. Estaba temblando, sus cuerdas vocales estaban hechas nudos, el corazón se le quería salir del pecho-, su espos-

-Bien, tres jóvenes acaban de traerlo hace diez minutos. Venían de un bar, al parecer tomó una mezcla extraña de pastillas, droga, y alcohol -Ezra se quedó quieto, fue como si todo su mundo se hubiera detenido-. Están haciendo lo posible por sacarle los tóxicos del organismo. Le llamamos a usted porque es suyo el número que tiene más llamadas perdidas en el teléfono que tenía el paciente consigo cuando lo trajeron.

-Voy para allá.

Ezra terminó de vestirse, y salió disparado a la sala. Nicolás corrió detrás de él. Tomó las llaves de la camioneta, y le indicó al niño que subiera. Se fue, ni siquiera se encargó de cerrar bien la puerta, o algo así.

Estaba manejando hecho una maraña de furia y preocupación. Nicolás se aferró con fuerza a su asiento, y se colocó el cinturón. Estaba rebasando el límite de velocidad, le daba igual ir a la cárcel, le daba igual no haber cerrado la puerta, todo le daba igual, en ese momento sólo le importaba Denis. No quería perderlo, lo necesitaba de vuelta. Era de vida o muerte.

Ni siquiera podía ver claramente por las lágrimas que bajaban por su rostro. Estaba temblando. Era una suerte que el auto no se hubiera salido ya de control. Como era de madrugada, la autopista estaba libre, estaba saltándose los altos... de seguro ya tenía unas 20 infracciones.

-¡Baja ya, rápido! -le gritó Ezra a Nicolás una vez que llegaron al hospital-. ¡Ya, ya, muévete!

Nicolás bajó y comenzó a correr hasta la recepción, Ezra lo seguía, sin embargo, él sentía que sus piernas estaban cada vez mas tiesas. Se le estaba olvidando como respirar, y su vista no era para nada clara. Había entrado en pánico, le estaba dando un ataque de ansiedad horrible.

All My Heart [Kellic] (2)Where stories live. Discover now