Esos hombres estaban decididos a entrar, yo mire a todos lados sin saber a dónde huir ni tampoco tenía algo con que defenderme de ellos.
Mire al recepcionista quien me miraba asustado, el apuntó hacia una puerta yo solo la abrí sin saber que podía haber detrás de ella, al abrirla solo habían útiles de aseo, me metí ahí y me encerré. Apegue mi oreja a la puerta para poder oír. Se oían unas voces gruesas, no lograba entender lo que decían pero sentía sus pasos cerca de la puerta.
Por un momento ya no se oían sus pasos ni sus voces, todo quedo en silencio solo oía mi agitada respiración.
Me alejé de la puerta sin quitarle la mirada, La Luz entraban por las ranuras y se veía una sombra merodeando.
La manilla comenzó a girarse bruscamente, yo estaba petrificada sin saber que hacer.
—Taissa... soy alex. – se oyó del otro lado.
Abrí la puerta y los hombres estaban tendidos en el piso.
—¿En que momento? – pregunté confusa. – no se oyó tu arma disparar.
—Silenciador, no quiero provocar disturbios. Ahora salgamos de aquí.
Salimos del lugar dirigiéndonos al auto, al subir al auto alex lo echo andar rápidamente.
—¿Que pasó? ¿Encontraste algo? – preguntó jenna.
Saque la foto que guarde de esa casa en en un lugar que parecía ser un bosque y se la mostré a jenna, luego ella se la mostró a Alex.
—¿Solo eso? – pregunto él
—Si, solo eso... no tiene dirección, ni número de propiedad, nada...
—Maldicion, ¿Como los encontraremos? ¡No puedo soportar la idea de que Tyler está en peligro! – dijo Jenna alterada.
—Será mejor que te calmes mujer, Los encontraremos... Les doy mi palabra.
—¿Como, Alex? – cuestione. –No sabemos dónde están, no hay rastros.
—Tratare de encontrar alguna pista, Quizás tu padre sea una.
Baje mi vista triste cuando alex mencionó a mi padre. —Tal vez. – murmuré. –Tal vez...
Me acomode en el asiento del auto mas calmada luego de la situación que acababa de experimentar con esos hombres. Creí que no saldría viva del apartamento.
Reflexione sobre aquella carta que había dejado escrita Josh, comencé a imaginar todo lo que tuvo que hacer para poder entrar a esa porqueria de pandilla solo para obtener dinero. Yo pude haberlo ayudado... o al menos intentaría ayudarlo.
~•~
La noche cayó, nosotros estábamos estacionados justo al frente de casa de mi padre Alex estaba decidido a seguirlo yo no evite cambiar su idea, tenía una inmensa curiosidad de saber a dónde iría.
—¿Por que hacemos todo esto? – preguntó Jenna algo nerviosa.
—Ya veras. – respondió Alex. –Ya veras...
—¿Ver que? Es solo el padre Taissa... Taissa ¿Por qué seguiremos a tu padre? Debemos encontrar a los chicos no hay tiempo para esto.
—Es idea de Alex... Pero tengo un presentimiento.
—No hay momento para presentimientos, Taissa. – reclamó ella algo molesta.
—Jenna, se que estás alterada con todo esto pero debes conservar la calma...
—¿Calma? Taissa, Tyler y Josh... ¡Sus vidas están en peligro!
—¡Lo se, Jenna! ¿Pero tienes alguna idea de donde puedan estar? ¡No la tienes al igual que yo! Tampoco se en podrían estar.
—¡Maldicion ya cállense! Así no llegarán a ningún lado. – dijo Alex exasperado.
—¡Y tú tampoco nos llevarás a ningún lado! ¡Dices que los encontrarás pero tú no tienes ninguna pista de ellos! – le respondió Jenna. Alex volteo en su asiento molesto.
—Escúchame, No tengo paciencia suficiente en este momento como para aguantar que me grites de tal modo, ahora estoy cerca de descubrir en donde pueden estar ahora permíteme hacer mi trabajo tranquilo.
Zamarree levemente el de alex y apunte hacia afuera. —Ya salió... – dije, Mi padre salió con ese traje elegante y subió a su auto con una gran sonrisa en el rostro.
Alex se puso el cinturón listo para conducir el auto.
—Debes ser sigiloso. – dije, pero pareció ignorarme, apenas mi padre salió, Alex también.
—Oye, por qué no conduces más lento... – sugirió Jenna.
Alex solo se quedo callado, parecía molesto pero a la vez estaba concentrado siguiendo el auto de mi padre.
Era un camino confuso, la mayoría de las calles eran oscuras y en su mayoría desoladas. Tuvimos que cruzar toda una carretera rodeada de árboles altos, luego tomo un camino de tierra y aquí fue donde alex comenzó a ir más lento para poder distanciarse del otro auto.
—¿Donde carajos estamos? – se preguntó alex así mismo.
Alex frenó bruscamente, yo lo mire confusa, vi que estaba casi petrificado mirando hacia el horizonte, seguí su mirada... un montón de autos negros estaban estacionados a metros de nosotros, esos autos rodeaban una casa de madera como la de la foto.
Alex escondió el auto entre los árboles.
—Bien, ustedes dos se quedan en este auto, veré que es lo que hay allá adentro, si los encuentro ahí... prometo traerlos de vuelta.
—¿Tu solo? – pregunté asustada.
—Mate a una decena de ellos, podré con estos de aquí también... – alex saco las armas que traía escondidas. —Tomen esto... Están cargadas... no desperdicien las balas ¿Bien? Solo utilícenlas si sienten la amenaza cerca pero no salgan del auto, no quiero volver con los chicos vivos y que ustedes estén... muertas ¿Entendido?
Alex no nos dio momento para responder o para hacerle unas preguntas él solo se marchó en dirección a esa casa.
—No puedo quedarme aquí, no puedo. – le dije a Jenna. – Aún no creo que mi padre nos haya traído hasta aquí, debe ser... deber ser una equivocación.
—¿Que es todo esto? Este lugar es el lugar de la foto que traías – Jenna miraba a todos lados confusa.
—No puedo... no puedo – murmuraba una y otra vez.
No podía estar tranquila sabiendo que Alex entro solo a ese lugar, no podía calmarme con toda esta curiosidad ¿Que había dentro de esa casa?
Jenna me miró y noto mis intenciones.
—Taissa, sea lo que sea que estás pensando, no lo hagas.
—No puedo... lo lamento, quédate aquí... lo lamento de verdad...
Baje del auto. –Taissa, detente ¿que haces?...
Ignore a Jenna y camine sigilosamente, odiaba como sonaban las hojas secas, era lo único que se oía y eso podía delatarme.
Tenían un fuerte presentimiento, algo me impulsaba a hacer esta estupidez que estoy haciendo ahora pero lo hacía por Josh... Josh, si estas aquí... he venido a buscarte.
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Forgive Me|| Josh dun
FanfictionTodo lo que sé, es que fui el que corrió y se fue. «•Perdóname•»