Forgive Me|| Josh dun

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—Taissa, están pasando muchas cosas en este instante y no es bueno explicar todo ahora, en su debido momento te explicaré todo y entenderás lo que realmente sucede, ahora déjame proteger de ti y ven conmigo.

—¿Cuando volverá a ser todo como antes, Josh? ¿Donde quedo nuestra comodidad, nuestra felicidad? – cuestionó Taissa en completa melancolía y nostalgia recordando buenos momentos del pasado.

—La misma pregunta me hago yo todo los días, pero todo este enredo quedará atrás y volveremos a ser como éramos antes dos locos felices queriendo tener un futuro. – afirme con una sostenida sonrisa. Taissa posó su mano en mi rostro mirándome afligida. –No te dejare sola nuevamente, eso no volverá a suceder.

—¿Lo prometes, Josh?

—Te lo prometo, Taissa, ahora ve a buscar tus cosas y salgamos de aquí lo antes posible. – ella asintió levantándose del sofá y fue directo a buscar sus cosas.

>>F.b
—¡Josh, no debiste haber hecho eso, carajo estamos jodidos! – reclamaba Tyler alterado.

—yo estoy jodido, No tu. – conteste.

Tyler maldecía en voz baja mientras caminaba por la azotea desesperado luego comenzó a golpear la pared con fuertes puños, la pequeña ampolleta que colgaba del techo se columpiaba de un lado a otro. —¿Como sacaremos a este imbecil de aquí? - preguntó Tyler dejando todas sus acciones a un lado.

—no me interesa lo que pase con él, ya está muerto... Él ya no es problema mío ni de nadie.

—Mierda, Josh... No debiste hacerlo.

—¡Este imbecil quería matar a Taissa yo no iba a permitir tal cosa! – grité furioso.

—Tuviste que haber cumplido su favor, Josh, solo era eso.

—Lo mío en este trabajo solo era transportar lo que me pedían que transportarán, pero yo no iba a matar a alguien inocente, Tyler.

—¿En que momento decidiste meterte en todo esto? Ahora estás en problemas, hermano, Estas jodido de por vida.

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—¡Josh! ¡Josh abre la puerta! – gritaba Alex una y otra vez sacándome de mis pensamientos. Tyler bajo las escaleras apresurado al oír cómo golpeaban la puerta de su casa.

Hice entrar a Alex y a Brendon que estaban afuera parados esperando a que abrieran. —¿Por que tanta desesperación? – pregunté, Alex entro con su respiración agitada.

—Esos autos, los mismo autos que estaban en casa de esa chica, Debby, están llegando uno a uno como manada, Josh, ¡Tenemos que salir de aquí!

Miraba a Alex incrédulo, el tomo mis hombros y comenzó a zamarrearme, sus gritos eran nulos no oía absolutamente nada, mire a Tyler, él observaba por la ventana todo lo que sucedía luego mire a Brendon... Él estaba con un celular, pero ¿Como?, ninguno de nosotros tenía uno. Poco a poco comencé a desesperarme por no oír lo que los chicos querían decirme, mis movimientos eran torpes comencé a chocar con todo lo que había a mi alrededor. Tyler se acercó a mi para hacerme reaccionar, voltee mi vista a las escaleras, ahí estaba taissa bajando sus cosas lista para salir de aquí, ella me observó, tiro sus cosas sin importarle nada y corrió hasta a mi preocupada.

Ella intentaba hablarme pero no la oía, mis músculos se comenzaban a tensar todo mi cuerpo estaba tiritando y estaba cubierto en una capa de sudor. Tyler y taissa me guiaron hasta el sofá para sentarme.
—No es buen... no es buen momento para estar... aquí sentado. – dije casi susurrando con mi voz entre cortada.

Taissa tomo mi rostro dirigiendo mi mirada hacia a ella. Ella me hablaba yo solo miraba sus labios tratando de entender que era lo que me decía sin embargo mi vago esfuerzo era en vano, ya ni siquiera tenía fuerzas para levantarme del sofá ni para mantener mis ojos abiertos.

—Taissa... ¿Donde estas?. – pregunté entrando a su casa, apareció su padre saliendo de la Cocina dedicándome una cálida sonrisa.

—Taissa ya viene, está en el baño. – informó. – toma asiento si quieres.

—Gracias. – me senté en el sofá y comencé a jugar con mis manos nervioso.

Es nuestro aniversario, exactamente estamos cumpliendo dos años juntos y nunca había estado tan gozoso de querer darle una sorpresa a una de las mujeres más importante de mi vida.
—¡Josh! – exclamó taissa al verme, rápidamente alce la vista. —Te había dicho que yo iría a tu casa. – rió.

—Es que no aguante... – me levante del sofá acercándose hasta ella. —Tengo una gran sorpresa, taissa.

Ella sonrió de oreja a oreja. —¿Que es? Dime.

—Tienes que venir conmigo, no sería tan divertido que te lo dijera así que es mejor que lo veas.

—Bien... Esta bien, ya me tienes curiosa, así que vamos.

Salimos de casa y subimos hasta el auto para llevarla hasta donde estaría la sorpresa. Antes de partir saque una venda que tenía y se la pase a taissa.
—¿Que esto? - pregunto confusa.

—Póntelo en los ojos. – respondí. Ella frunció el ceño aún más confusa. –Vamos, confía en mi, póntela. - Ella dudosa pasó su venda por sus ojos y se la amarro, yo sé la acomode asegurándome de que no observará absolutamente nada. —Ahora no te la saques hasta que yo te diga ¿esta bien?

—Bien, aunque admito que esto me asusta. – rió. – ¿a dónde vamos?

—Ya veras, Taissa, tal vez te asuste un poco pero te va a gustar. – afirme. Tome su mano y le di un pequeño beso en ella mientras conducía el auto.

Durante todo el viaje, Taissa, no paraba de hacer preguntas, ella estaba inquieta al igual que yo por querer darle la noticia.
El viaje fue corto, la ayude a bajar del auto y la guíe por lugar que era desconocido para ella.
—Parece tranquilo aquí. – expresó taissa.

—Así es, ahora ten cuidado, vamos a subir unos cuantos escalones. – dije mientras la ayudaba a subir.

—Esto se pone cada vez más interesante. – rió.

Subimos casi cinco pisos, luego de eso Taissa comenzó a reclamar diciendo que mejor hubiésemos tomado el ascensor pero no sería tan divertido.
—Aún no te quites la venda. – saque las llaves de mi bolsillo para abrir la puerta que estaba frente a nosotros.
La quite lentamente la venda a taissa, ella fregó sus ojos y luego observó el lugar sorprendida.

—Josh, ¿Que es todo esto?

—Nuestro apartamento, Taissa, viviremos juntos justo como queríamos.

Ella corrió lanzándose hacia a mi para darme un fuerte abrazo. —Es increíble, Josh, de verdad no creí que fuera una sorpresa de este tipo. – Ella beso una y otra vez todo mi rostro. —¿Como conseguiste este lugar? – preguntó

La expresión de mi rostro cambio, si ella se llegase a enterar de como conseguí este lugar de seguro ella no me querría ver nunca más. –Eso no importa ahora. – sonreí preocupado. – lo importante es que aquí viviremos.