Lo siento, no he aguantado.

509 30 0
                                    

Apuesto a que mi cara de póker es igual que la que tiene él ahora mismo.

De desconcierto total.

¿Qué hace él aquí? Que alguien me explique que hace aquí mi hermano al que no veo desde hace tres años, al que he echado de menos, al que he necesitado en los peores momentos, al que sigo queriendo tanto.

—Quiero verlo, Derek por el amor de Dios, dime que está bien, lo echo de menos.

Derek asiente.

—Shanon, ahora tengo prisa preciosa, se me ha hecho tarde, pero si me das tu número de teléfono, más tarde te llamo para quedar mañana, y os veis.

Vaya, apuesto a que estaba buscando la excusa perfecta para pedirme el número y al parecer le ha venido de perlas esta situación.

Por supuesto accedo a intercambiarnos los números de teléfono.

Que conste que sigo teniendo la misma opinión y me inclino por no salir con ningún chico, al parecer me lo tendré que repetir varias veces para no acabar con un guapo italiano en la mitad del curso.

Nos despedimos y entro en casa.

Suena el teléfono y es Janet.

—¿Estás segura?

—Tranquila Janet, estaré bien.

—Cualquier cosa, me llamas. No me fío de ti Shanon.

—Anda, no seas así, buenas noches.

Cuelgo el teléfono de casa y lo pongo en su sitio.

Janet no ha podido venir a dormir hoy, se quedaba en la casa de su novio Rubén, a las afueras de la ciudad.

Martha no vive con nosotras, vino ayer por que viene todos los viernes a dormir, pero ella vive en su casa, con su familia.

Me voy a dormir con miedo de soñar lo mismo de todos los días, normalmente está Janet para consolarme cuando el miedo me consume y es tan solo una pesadilla, pero hoy estoy sola.

—Cierra los ojos y piensa en algo bonito.

Me repito a mí misma varias veces. Cierro los ojos con cierto temor, pero tarde o temprano lo tendré que afrontar.

Pienso en los momentos felices que pasaba con mi familia antes de que todo se destruyera.

Pienso en lo que aborrezco a mis padres por haberme quitado parte de mi adolescencia, gracias a ellos me pasaba día y noche llorando, lamentando no estar muerta.

Caí en depresión.

Mis notas bajaron notablemente.

Mis amigos se olvidaron de mí.

El mundo me odiaba, nadie me quería.

Yo también olvidé quererme.

Y aquí estoy, lejos de mi casa, intentando empezar de cero.

Al parecer mi concepto de cosas bonitas no es el más adecuado.

—Piensa en algo bonito…

Mañana veré a Jordan, espero que sea el mismo tonto de siempre, que me siga queriendo.

¿Me guardará rencor por no haberlo buscado?

No creo, él tampoco lo hizo y no le guardo rencor, pero quién sabe, igual no me quiere ni ver.

—¡Piensa en algo bonito! —le grito a mi subconsciente.

Me quedo adormecida, y en unos pocos minutos me duermo por completo.

Pasan las horas y creo estar bien, con suerte hoy no tengo pesadillas y puedo descansar en paz como cuando viene Martha y está Janet en la otra habitación, así me siento segura y no suelo tener pesadillas cuando ellas están a mi lado, pues me apoyan.

Estoy pintando un cuadro al óleo, el cuadro no es muy colorido, pero no soy capaz de saber que es lo que estoy pintando.

Es como si una fuerza interior me obligara a pintar eso, los colores oscuros y tristes dominan el cuadro, son colores fríos, y ninguno alegre. Yo no dibujo así, jamás.

Cuando termino el cuadro quedo horrorizada.

Es él de nuevo.

El dueño de mis miedos, el causante de mis pesadillas, el hombre que, sin si quiera haber visto alguna vez en persona hace que el terror se apodere de mi ser.

Es un hombre moreno, ojos pequeños pero penetrantes, dientes amarillos y encías negras, pelo canoso y con sobrepeso.

Grito.

Entonces me despierto, otra pesadilla.

Al parecer no me voy a deshacer de él fácil, llevo soñando con este hombre de apariencia extranjera unos dos años, y no sé por qué.

Una pesadilla hace que todos lo pasemos mal, pero esto llega hasta un extremo que a nadie le gustaría estar en mi lugar.

Me incorporo asustada. Estoy sudando, y no precisamente por el calor, si no por el miedo que me causa este hombre.

Pronto me acuerdo de que hoy veré a Jordan y me pongo contenta.

Me ducho sin tan si quiera mirar la hora que es, no me importa mucho en estos momentos, solo quiero despejarme y estar lo más tranquila que pueda durante el día, pasarlo bien e incluso estudiar con ánimos.

Me pongo ropa de casa y bajo a desayunar, tengo mucha hambre y es una buena señal, últimamente estoy algo desesperada con mi apetito, no suelo tener hambre y eso está haciendo que mi peso baje, pero eso no me importa me preocupa, pero no me importa. No me gusta mi físico así que perder kilos a lo tonto no me causa problemas, me agrada, lo que no me gustaría es caer enferma o algo del estilo, quiero adelgazar de una forma sana, tampoco es que esté gorda como una ballena, pero quiero que se me noten los huesos y al parecer lo estoy consiguiendo de una manera que no me gusta en absoluto.

Empiezo a desayunar mientras pongo un canal de música en la televisión.

Cuando termino, me dispongo a fregar y a bailar a la vez, esto me subirá el ánimo.

Tocan el timbre y me pregunto quién será.

Abro la puerta lentamente, un fallo que tiene esta casa, es que la puerta principal no tiene mirilla y eso me hace sentir insegura a la hora de abrir la puerta.

Abro la puerta y grito de emoción.

—¿Qué haces aquí? ¡Íbamos a quedar! No puede ser.—creo que estoy llorando.

—Es que no he aguantado, tenía que ver a mi hermana.

                            *   *   *

Hola, muchas gracias por los votos, de verdad.

Cuando llegue a 23 votos la novela la sigo :)

Otra cosita que quería aclarar son los personajes. Tal vez no haya quedado muy claro quién es quién así que haré una lista aún que no hayan aparecido todos los personajes.

-Shanon (protagonista)

-Janet (mejor amiga de la protagonista)

-Martha (una amiga de Shanon)

-Rubén (novio de Janet)

-Kameron (novio de Martha)

-Owen (mejor amigo de Shanon)

-Derek

Appassionata Donde viven las historias. Descúbrelo ahora