Cuando mi conciencia volvió después de largas horas de sueño, lo recordé. Estaba en un dormitorio ajeno, en una cama ajena y con la vida en pausa. Abrí mis ojos lentamente y frente a mí, en el mismo colchón, se encontraba el pequeño más hermoso del mundo, el Husky Toby. Comencé a acariciar al pequeño dormilón mientras se encontraba sumido en el mundo de los sueños; sus pequeñas patitas se movían y saltaban a medida que las imágenes inconscientes pasaban por su cabeza — Ya quisiera no tener preocupaciones como tú pequeñín ¿Dónde estabas ayer? — vociferé. No podía negar que era un despertar placentero, hasta que el razonamiento volvió para poner en marcha a la versión zorra y malagradecida de Riley. La puerta había quedado cerrada y el colchón era bastante alto como para que una cosa tan pequeñita subiera por sí sola. Dirigí mi mirada hacia el marco de la puerta y allí se encontraba, el sexy e irreverente Charlie Larson, vestido con jeans apretados y una sudadera ceñida de color negro.
— Buenos días, bella durmiente — en su mano se encontraba una taza de té, por el olor adiviné que era de jazmín, rayos mi favorito — Ayer dejé a Toby en el balcón para que no se colocara nervioso con todo el alboroto. ¿Té?
— Gracias, pero podría habérmelo preparado sola — no puedo ser simpática, lo prohíbo. Pese a mi actitud el rubio se acercó y posó el té en el pequeño mueble que sólo tenía una lámpara encima al costado de la cama — ¿Y tú no deberías estar trabajando detective?
— Así es, fui y volví. Traje a alguien que nos ayudará con tus dispositivos, está en la sala de estar esperando. Son las 9 por cierto.
Guardé silencio y observé al cachorro moverse, estiró sus patitas y comenzó su día. Al verme su pequeña cola se movía de un lado al otro, lo tomé en mis brazos y lo sentí, no a Toby, otra cosa, aquella cosa que olvidé que llegaría por esta fecha. Con una gran incomodidad comencé a sospechar que con sólo una noche aquí ya tendría las sábanas manchadas y si tenía la suerte suficiente no había pasado al colchón, mi pijama de una pieza estaría arruinado y Charlie Larson lo vería todo. ¡Maldita aplicación que olvidó avisarme que me llegaría la menstruación! ¿O era yo la que no lo había actualizado la última vez? ¡Mierda!
— Charlie puedes salir un momento, necesito alistarme — dije evidentemente incómoda y malhumorada.
— Esta habitación es mía también, me puedo quedar todo el tiempo que quiera — oh no, el rubio estaba desafiandome en el peor momento de la historia. Sonreía y parecía no captar nada.
— Charlie por favor, necesito sacar mis cosas — dije acongojada, pero el simplemente observaba divertido desde la esquina.
Cuando me di cuenta que no cedería, me moví lentamente por la cama, intenté disimular como analizaba si la cama tenía algún indicio de mi situación — nada — dije mentalmente. Primer paso listo, ahora sólo quedaba levantarse y esperar que el pijama estuviera intacto. Con Toby de vuelta al suelo me levanté, tomé el borde posterior del pijama y lo levanté en búsqueda de algo — Charlie no debe saber de estas técnicas — creí erróneamente. Al menos no había indicio de algún desastre de color rojo.
— Oh — comenzó a reír — es que ahora entiendo por qué has estado así todo este tiempo. ¡Estás con tu período!
— ¡Charlie Larson! Eres un ser detestable. Dijiste que harías amena mi pasada por aquí. — tomé uno de los tampones que se encontraban en el cajón y lo tiré en su rostro, rápidamente adquirí todo lo necesario para encerrarme en el baño y ver a la desconocida visita.
— Creo que revisaré la información en el registro nacional, definitivamente no puedes tener 26 años.
Cuando comenzaba a caer el agua de la ducha escuché los golpes de Charlie en la puerta, yo sólo respondí con un malhumorado ¿qué quieres? para lo que luego Larson respondió — si te dejas de comportar como una malagradecida prometo no molestarte por tu emergencia roja. Y recuerda que te preparé el té Thomas, eso no lo hago con cualquier persona.
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Las decisiones de Riley [TERMINADA]
Storie d'amore[UNA NOVELA DE ROMANCE Y ACCIÓN] Riley es una Enfermera de 26 años con una vida normal y un pasado difícil, o así lo creía hasta que se reencontró con un viejo conocido de su escuela en Jacksonville, quién finalmente cambió su vida por completo. Lo...