XI

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Todo el día me la pase pensando en mis pequeños problemas (casi me pierdo el almuerzo), me dolía la cabeza al estar tan concentrada, quizás la única manera de averiguar que era realmente lo que pasaba seria hablar con mi madre, pero claro, no la conocía.

"No la necesito" pensé enojada, puedo sola.

Me pare agarrando el libro de adivinación que estaba "leyendo" y camine hasta salir del bosque, había estado las últimas dos horas sentaba bajo un árbol, ensayando mis hechizos y leyendo, pero no había caso; no estaba enfocada. Llegue a la arena de entrenamiento esperando encontrar a mis amigos, enfoque mis ojos hacia un grupo de campistas que estaban entrenando, no había señales de los chicos, suspire y me di la vuelta en dirección a mi cabaña, vaya día de mierda.

Escuche unas risas familiares y sonreí de medio lado buscando a los dueños de estas, estaban detrás de unos arbustos a unos tres metros de mí, me acerque silenciosamente y me escondí con ellos, Connor y Megara.

─ ¿Qué hacen?─ pregunte agachándome para quedar a su altura, los chicos voltearon asustados.

─ ¡Por el rayo maestro de Zeus!─exclamo Connor agarrándose el pecho, reí.

─ Shh─ nos mandó a callar Megara y apunto al frente indicándome para que mirara.

Hice un hueco entre las ramas del arbusto y enfoque a una pareja que parecía discutir acaloradamente, era Travis y Katie Gardner, tuve que morder mi puño para aguantarme las ganas de reír, era humillante; Travis estaba casi suplicándole a Katie para que saliera con él hasta que la chica piso el suelo con enojo haciendo que una hilera de enredaderas saliera del suelo y envolvieran a Travis en lo que parecía un capullo gigante, Katie se alejó a paso rápido no sin antes gritarle un par de insultos al mayor de los Stoll. Salimos de nuestro escondite para ayudar a nuestro amigo.

─ P-por Hermes─ dijo Connor entre risas cuando quedamos enfrente del capullo.

─Esto se merece una foto para el diario mural del campamento─ comento Megara con burla.

Saque de mi bolsillo mágico una cámara instantánea y saque una espectacular foto del capullo Travis, era una especie de rosa cerrada de color fucsia, pero que dejaba ver la cabeza de Travis justo en el lugar en donde se juntaban los pétalos en la parte superior de la flor, era algo totalmente amorfo.

─Listo─ dije agitando la foto para aclarar la imagen, la guarde en mi bolsillo haciéndola desaparecer de la vista de los chicos, esto es épico.

─ Ayúdenme a salir de aquí pequeños rufianes─ refunfuño Travis agitando frenéticamente su cabeza.

─ No lo sé chicos, me agrada como esta─ dije mirando a mis amigos con falsa inocencia.

─ El rosa te queda bro─ comento Connor siguiéndome el juego.

─Los odio─ nos miró mal y entorno sus ojos a Megara esperanzado─ Meg, ayuda a tu amigo.

─Creo que es tarde, va a empezar la cena en cualquier momento─ ignoro a Travis y camino haciéndonos señas para que la siguiéramos.

Ya llevábamos unos tres metros caminando y riéndonos a carcajadas por los insultos y maldiciones de Travis, este chico tenia imaginación; hasta que un alma amable tuvo compasión por él, chasqueé los dedos he hice desaparecer el capullo.

─Te amo, Raven, eres mi heroína─ exclamo corriendo detrás de nosotros y tacleándome con un abrazo.

─Guarda tu amor para Katie, que yo sepa aun no acepta salir contigo─ me estabilice y lo separe de mí.

─ ¡Me odia, no aceptara nunca!─ grito indignado.

─Es tu problema, retos son retos─ se burló Megara.

El imposible, Nico di Angelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora