Capítulo 17

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Ximena

-Oficial Navarro -me saludó mi jefe-. Que gusto tenerla aquí.

-Igual jefe -le di la mano-. Pensé que íbamos a hablar a solas- dije señalando con un asentimiento de cabeza a su acompañante. Un tipo alto, moreno, serio y de barba.

-Permitame presentarme -dijo el tipo aun desconocido-. Soy el agente Dávila -levanté una ceja. Como si a mí me importará quien es.

-Navarro -habló mi jefe y lo vi-. El agente Dávila es de la DEA - lo señaló con una sonrisa, quería rodar los ojos, pero me aguante.

-¿Y qué hace aquí? -pregunté.

-Me enviaron para supervisar la investigación -explicó el tipo-. La DEA está interesada en la caída del Cártel de los Ferrer - ¿supervisar? Me pregunto, ¿cómo demonios hará eso? Yo pienso tenerlo cerca de mí y mucho menos darle toda mi información.

-Navarro - volví a ver a mi jefe-. A partir de hoy, Dávila será tu compañero - abrí la boca completamente indignada, de que a mí nadie me preguntará si quería tener un compañero.

-¡¿Que!? Eso no puede ser -negué furiosa-. Yo siempre he trabajado sola - no trabajo bien en grupo, ni siquiera en la escuela podía hacerlo.

-Lo sé Navarro, lo sé -mi jefe asintió varias veces-. Pero no podemos hacer nada...

-El que yo este aquí -intervino Dávila-, es una orden desde muy arriba.

-Maldita sea -grité furiosa-. Yo puedo hacer esto sola, no necesito ayuda de nadie -dije haciendo énfasis en la última palabra.

-Eso ya lo sabemos, nos lo haa demostrado -dijo mi jefe-. Pero entiende, la captura de los Ferrer es muy importante para el gobierno de los Estados Unidos también, por eso mandaron a Dávila para supervisar y estar al pendiente de todo lo que necesites.

-Oficial Navarro, yo no estoy aquí para intervenir en sus métodos de trabajo y tampoco para darle órdenes, si es lo que piensa -dijo Dávila con calma-, yo solamente estoy acá para aportar mis conocimientos - como si los necesitará.

-El agente Dávila, ha sido el captor de los narcotraficantes más poderosos al rededor del mundo -informó mi jefe.

-Me da igual -dije encogiéndome de hombros-. Lo único que quiero, es que no intervenga en lo que hago. Y desde ya tenga claro -señalé a Dávila -, Rodrigo Ferrer, no es cualquier narcotraficante, él es un sicario.

-Eso lo tengo claro, he investigado mucho acerca de los Ferrer -eleve ambas cejas -. Según lo que me informaron, ya están infiltrados en el Cártel de los Ferrer. ¿Verdad?

-Si, la oficial Navarro a estado haciendo muy bien su trabajo -mi jefe puso una mano en mi hombro.

-Por lo mismo no quiero que interfiera porque... -mi celular sonó y no me dio tiempo para decir nada más.

Era un mensaje de Rodrigo.

»Ximena, necesito verte, debo contarte algo.

No dude en responder.

»Claro. Nos vemos en la casa de tus amigos.

»Está bien. No tardes.

-¿Quién era? -preguntó mi jefe -. ¿Algún problema?.

-Era Rodrigo -guardé el celular en mi bolsillo.

-¿Rodrigo Ferrer, El sicario?- Dávila estaba... Sorprendido.

-Sí, el mismo. Quiere que nos veamos, así que ya me voy -le dije a mi jefe.

-Esta bien, cuídate -solamente asentí y salí de ahí.

Llegué al estacionamiento me subí a mi auto y empecé a conducir. El mensaje de Rodrigo me tenía muy pensativa y algo nerviosa, el sólo echo de pensar que se pudo dar cuenta de todo, me pone la piel de gallina ya que Rodrigo, tiene fama de torturar de la manera más cruel a todo aquel que lo traiciona. Pero en fin, debía dejar de pensar en eso.

Cuando llegué a la casa de los amigos de Rodrigo, pude darme cuenta que me estaban esperando, porque me dejaron entrar muy fácil, sin revisión alguna. Un tipo se acercó al auto.

-El señor Rodrigo la está esperando -me informó.

No dije nada solo caminé al interior de la casa, la cual ya conocía bastante bien. Otro tipo que estaba adentro me indicó, con un movimiento de mano, que fuera al patio. Ahí me encontré con Rodrigo de espaldas, completamente distraído en quien sabe que.

El Sicario. Where stories live. Discover now