Capítulo 25

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Ximena

Eric y yo nos encontrábamos en una reunión con nuestros jefes.

-Primero atacaremos a los Ferrer - dijo el jefe de Eric -, nos urge entregarlos, porque siempre que te tratamos de agarrarlos y se escapan, quedamos como un chiste ante los medios de comunicación.

-Exactamente, luego iremos por el Tommy, quien es otro que siempre encuentra la manera de escaparse - agregó mi jefe.

-La oficial Navarro ya nos dio las direcciones de las bodegas y la casa - informó Eric.

-Bien. ¿Pero ya pensaron en como lograremos atacar la casa? - inquirió el jefe de Eric -. Con Rodrigo Ferrer allí, sera difícil lograrlo, está más que comprobado que prefiere morir antes que entregarse.

-Tiene razón - concordó Eric- necesitamos distraerlo.

-Oficial Navarro - habló mi jefe- ¿Alguna idea para lograr nuestro objetivo?

-Yo me encargare de distraerlo mientras ustedes atacan.

-Seria perfecto - celebró Eric-. Pero, ¿ya pensaste como lo harás?

-Creo que lo llevaré a un lugar lejos de la casa - me encogí de hombros.

-¿Qué lugar?

-No lo sé Eric, déjame pensar por favor - todos me vieron sorprendidos, pero no me importa porque no tengo ánimos de nada más que llorar.

-Está bien. Cuando tengas la ubicación me la envías - asentí-. Voy a hablar con el equipo para prepararnos - dijo dirigiéndose a nuestros jefes.

-Está bien, ve - dijo su jefe y él se fue.

-Yo también me retiro - me puse de pie-, necesito buscar el lugar a donde llevaré a Rodrigo - mi jefe asintió y se acercó a mi.

-Ximena, lo que sea que vayas a hacer, hazlo con cuidado - dijo casi en un susurro-, no debes olvidar que ese tipo es un asesino.

-No me pasara nada - le di una palmada en la espalda y salí.

Estoy completamente segura que Rodrigo, no me haría nada, completamente segura. Fui al estacionamiento, cuando encontré el auto de Rodrigo me subí y conduje hacia el centro comercial, en dónde compraría lo que necesitaría para distraerlo.

Ya estando en el centro comercial compre una botella de vino, unas fresas, chocolate y velas aromáticas. Ahora sólo me falta encontrar el lugar adecuado. Pagué todo lo que compré y volví al estacionamiento, guardé todas las cosas en la cajuela y conduje hasta la casa. Al llegar a ésta deje el auto en la entrada y uno de los muchachos me ayudó a bajar las cosas.

Me dirigí a la habitación, al llegar me lancé a la cama en dónde el perfume de Rodrigo inundo mis fosas nasales, su aroma me hizo recordar sus caricias y sus besos. Entre tantos recuerdos no me di cuenta que se me había escapado una lágrima y detrás de ella otras más.

Todo éste tiempo que he pasado con Rodrigo me he dado cuenta que es muy diferente a lo que todo el mundo piensa, tiene un gran corazón a pesar de ser un asesino. Así me lo demostró el día que le llevo ropa, comida y juguetes a los niños de un orfanato y aun recuerdo lo que me dijo cuando le pregunté, por qué lo hacia.

-Lo hago porque pienso que el dinero que ganó matando gente puede servir para algo más, que no sean sólo lujos - sonrió mientras veía a los niños jugar con sus juguetes nuevos.

Sus palabras me hicieron darme cuenta que no es tan malo como parece, pero realmente ya no sé que pensar, ya no sé que hacer me siento entre la espada y pared. Por un lado está la muerte de mi hermano y de muchas personas más, pero por otro lado en éste tiempo... he aprendido a quererlo y no me gustaría entregarlo, pero es mi trabajo y la promesa que hice en la tumba de mi hermano. La promesa de vengar su muerte.

Tengo un maldito revoltijo de sentimientos y emociones.

Limpie mis lágrimas y me dispuse a buscar un lugar para llevar a Rodrigo, entre tanta búsqueda encontré una pequeña cabaña alejada de la ciudad, justo lo que necesitaba. Cuando la reserve y estuve segura de que podía usarla, le escribí un mensaje a Dávila con la dirección, me quedé unos minutos debatiéndome entre enviárselo o no. Pensé en mi hermano y lo envíe. Luego le envíe otro a Rodrigo con la dirección y la hora en que nos veríamos.

Sin esperar la respuesta de alguno fui a tomar un baño, para poder relajarme y pensar bien. Cuándo entré a la tina mi cuerpo entero se relajo, sentí un gran alivio, después de una media hora terminé mi baño. Fui a la habitación y busqué un vestido, entre todos los que Rodrigo me había obligado a comprar, al final del closet me encontré con uno negro un poco escotado y recordé que Rodrigo lo había elegido. Que ironía.

Luego de ponerme el vestido me maquille un poco y me deje el cabello suelto, algo sencillo. Camine nuevamente al closet pero ésta vez busqué entre la ropa de Rodrigo, en dónde encontré un traje negro que combinaba perfecto con mi vestido, lo tomé y lo dejé sobre la cama.

Cuando me aseguré de tener todo listo fui al garaje y pedí que me trajeran las cosas que había comprado y de inmediato me las llevaron. Conduje hacia la cabaña, la cual tenia solamente una hora para decorar.

Quiero que todo salga bien, en fin esta será mi ultima noche con Rodrigo, desgraciadamente después de esto, tal vez no lo vuelva a ver nunca.

El Sicario. Where stories live. Discover now