Otra oportunidad.

Capítulo once: Mierda

"Un corazón nuevo"... "Un corazón nuevo"... La misma frase se repetía una y otra vez en la cabeza de Viktor, quien había dejado de escuchar a Lev hace ya varios minutos, con la mirada perdida en alguna parte de la habitación y el pulso resonando fuertemente en sus oídos. "Un corazón nuevo", repitió una vez más. Eso significaba que él... ¿Se estaba muriendo?

-Lev...- La voz cortada de Viktor hizo que el doctor se callara inmediatamente, viéndolo con ojos tristes; sabía a dónde iba el hombre frente a él.- Lev tú... Me has ayudado tanto... Tú me salvaste- Finalmente Viktor se giró para enfrentar la mirada de Lev.- Cuando yo estaba en lo más bajo que podía haber caído... Tú... Tú me levantaste... Y probablemente ya estaría muerto si no fuera por ti.- Las lágrimas resbalaban por las mejillas de ambos hombres, que seguían con las manos entrelazadas sobre las sábanas.- Seguro de alguna enfermedad sexual.- Soltó con una pequeña risa mientras desviaba la mirada y negaba sutilmente; para volver a dirigir sus ojos a Lev, completamente rojos e hinchados.- Tú me cuidaste en... mis peores momentos; cuando ni siquiera podía caminar o articular oraciones coherentes...

-Viktor... Lo hice porque me enamoré de ti. Desde que te conocí yo...

-Para.- Interrumpió Viktor.- Por favor... Lev... Esto... Nosotros... Tiene que terminar.

-Pero Viktor.- La voz de Lev sonaba tan suplicante como su mirada.- Te amo, yo...

-¡Lev!- Viktor alzó la voz entre lágrimas.- No lo hagas... Esto no es justo... para ti. No puedes seguir atascado en esto. Tienes que seguir tu vida... Y yo... no estoy incluido en ella. Sabes... Sabes que yo nunca podré corresponder tus sentimientos.- Viktor posó su mano en la mejilla de Lev y éste involuntariamente se inclinó hacia ella, cubriéndola con su propia mano.

No hubo más palabras. No las necesitaban, sus miradas transmitieron todos sus sentimientos en un último instante.

Se besaron. Juntaron sus labios en un tierno beso lleno de emociones, saboreando el salado de sus lágrimas y probando la amargura de la despedida en ellas. Sabían que era el final.

Cuando se separaron Lev se levantó lentamente de la cama, dando un último apretón a la mano de Viktor y soltándola con desgana. Le lanzó una última mirada y salió de la habitación.

Al poco tiempo, Yuri y Lilia regresaron a la habitación. Lilia lloraba a cántaros y Yuri lo miraba con los ojos rojos y expresión enojada. Ya les habían explicado todo.

Los gritos no tardaron en llegar; principalmente de Yuri, ya que Lilia apenas podía hablar entre llantos. Durante varias horas continuaron los regaños hasta que el teléfono de Lilia los interrumpió.

Fue Yuri el que contestó, ya que la mujer seguía bañada en lágrimas. Un simple aviso hizo que su cara se desfigurara. Una simple oración hizo que el rostro de los demás también.

-Yakov colapsó en la calle, lo están trayendo ahora mismo a urgencias.

ºº~ºº

-¡VIKTOR!- Los golpes y gritos en la puerta lo trajeron de regreso al presente.- ¡VIKOTR ABRE LA PUERTA AHORA MISMO!- Yuri. Rápidamente se levantó de la cama y se dirigió a la puerta, abriéndola y dejando pasar a su alumno, que entró dando zancadas. Su largo cabello estaba torpemente agarrado en una colita que dejaba sueltos varios mechones. En diez años había crecido hasta ser ligeramente más alto que Viktor, pero su complexión delgada se había mantenido hasta el momento, junto con sus hermosas facciones.

Inmediatamente después de entrar los gritos empezaron, resonando en toda la habitación. Yuri se movía de un lado al otro del cuarto y agitaba bruscamente sus manos y brazos mientras Viktor lo seguía con los ojos.