Los gritos sonaban a lo lejos pero no ponía atención; en su lugar pensaba en el sexy doctor que había conocido. Pocas personas me dejaban en el limbo en lugar de aceptarme al instante, ¿tan buen autoestima tenía? Pensaba divertirme bastante con él.
¿Qué había desayunado? Creo... ¿Había desayunado? Tenía hambre... Debería ir a comprar algo de comer, ¿tal vez un piroshki? Mi estómago gruñó en afirmación... Mi muñeca dolía un poco, debería tomar alguna medicina. Mi estómago gruñó otra vez; sí, definitivamente tenía hambre. ¿Me regañarían mucho si les aviso que voy a comprar algo de comer? La pista de hielo está ahí... Quería entrar, incluso ya traía puesta mi ropa para entrenar; aunque ahora era el entrenador... ¿Dónde podría comprar un piroshki cerca? Mi cuerpo estaba resintiendo el fin de semana... carajo, me dolían todas mis articulaciones, mi culo se sentía entumecido y mi cabeza podría explotar en cualquier momento. A lo mejor me excedí un poco... Pero fue divertido. ¿Qué haría Anton en la noche? Me había gustado mucho su casa, probablemente me la pasaría bien ahí de nuevo...
-¿Viktor...? ¡Viktor! ¿Me estás escuchando?- Yuri me gritaba. ¡Oh, claro! Yakov y Yuri me estaban regañando.
-Perdón, perdón.- Sonreí y dejé salir una suave risa arrepentida.- Tan sólo perdí la noción del tiempo, pero ya estoy aquí.- ¿Es normal que tu alumno sea el que te regañe por llegar tarde?- Vamos, no perdamos más el tiempo.- Empujé a Yuri a la pista y entré tras él, logrando que los regaños por fin cesasen. Durante varias horas trabajamos en su rutina, corrigiendo errores y puliendo movimientos. Finalmente, ya que mi estómago lo exigía, nos dimos un descanso en donde comimos en un restaurante familiar que está muy cerca de la pista, sólo para regresar a ella y seguir entrenado.
Cuando terminamos ya era de noche, el frío calaba hasta los huesos y mi respiración formaba nubecitas blancas que se disolvían rápidamente frente a mis ojos. Me envolví aún más en mi abrigo, gorro y bufanda, me despedí de Yakov y Yuri y me dirigí al bar de siempre. Había tenido cuidado de no moverme mucho y dedicarme más a explicar que a demostrar pero aún así mi mano dolía ya, por lo que me desvié un poco hasta llegar a un parque que estaba desierto debido a la hora y me armé un cigarro para aliviar el dolor.
Saqué "mi guardadito" de mi bolsa y una hoja de papel arroz; empecé a separar los cocos y, una vez molido con mis manos, lo acomodé con cuidado en la hojita. Lentamente pasé mi lengua por la orilla de papel para cerrar el cigarro, doblando las esquinas para que no se fuera a caer nada y lo prendí con un encendedor el cual no recordaba haber visto nunca antes. Me relajé un rato en una banca y seguí caminando.
Al llegar me senté en mi lugar de todos los días, saludé al mesero, que ya me conocía perfectamente, y pedí algo rápido de comer; moría de hambre, los efectos del cigarro ya se manifestaban y la comida ligera que había pedido con Yuri y Yakov no había sido suficiente. A los pocos minutos, un plato repleto de Strogonoff con arroz llegó acompañado de un tarro de cerveza.
-¡Vkusno!- Solté casi por impulso mientras cerraba mis ojos y disfrutaba el sabor de la carne. Al terminar de comer pedí un trago y empecé a platicar con una chica que estaba en la barra; le invité un trago y me dije a mí mismo que ella sería mi acompañante esa noche.
Tomamos varios tragos más y ya entrada la noche terminamos en su casa. A la mañana siguiente desperté temprano y, cuando ella apenas abría los ojos, le avisé que tenía práctica y tendría que irme rápido. Aproveché que su casa quedaba cerca del hospital y pasé a tomarme las radiografías que me habían recetado. Me avisaron que en la tarde ya las tendrían y que se las mandarían a mi doctor.
Me apresuré a llegar con Yuri y en el camino inhalé una línea, ya que probablemente no aguantaría el día de ejercicio sin ella. Al poco tiempo llegué a la pista y seguimos con el entrenamiento; Yuri pronto tendría presentación y era el momento mas atareado. Su cuerpo estaba cambiando y eso preocupaba al rubio, ya que su forma de patinar estaba íntimamente relacionada a su complexión física; por lo mismo, se la vivía haciendo estiramientos y ejercicios de elasticidad intentando no perderla. Al terminar el calentamiento entramos a la pista y revisamos las partes que más le costaban, repitiéndolas una y otra vez hasta llegar a perfeccionarlas.

ESTÁS LEYENDO
Otra oportunidad.
FanficHan pasado diez años desde que Yuuri Ganó la Gran Prix Final, así como diez años desde la última vez que vio a Viktor. Yuuri se retiró del patinaje para vivir una vida estable con sus hijos (sí, sus hijos); pero todo cambia cuando recibe un mensaje...