Agua de vida. Parte III

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—Mis hijos reposan aquí algunas horas al día para reabastecer sus energías—informó Iris

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—Mis hijos reposan aquí algunas horas al día para reabastecer sus energías—informó Iris.

En aquella pista, también destacaba una especie de pérgola esculpida en hielo.

Avanzamos hacia esta.

En el centro yacía una fuente translucida, donde fluía un peculiar líquido irisado.

—La fuente de la energía vital —susurré.

—Acércate más para que puedas sentir el agua—animó.

Sumergí la mano.

El elixir estaba compuesto por ínfimas partículas tornasoladas.

Sentí una energía poderosa recorriéndome. Las dolencias y malestares se habían esfumado.

››Según el grado o la forma en que es administrado, este elixir celeste cumple diferentes funciones—argumentó la reina—. Si humedeces las heridas con el agua, estas sanan, los tejidos se regeneraban y restauraban. Unas gotas bastan para curar enfermedades, mientras que una ingesta más abundante puede modificar la forma de las células de los organismos, volviéndolos más fuertes y resistentes o, incluso, transformarlos en nuevos y mejorados seres.

—También otorga inmortalidad ¿verdad?—indagué.

—Siempre y cuando la ingesta del elixir se realice con cierta periodicidad.

Me pregunté si el tiempo que Daniel había permanecido la tierra sin beber el líquido mágico, había sido suficiente para volverlo mortal.

—¿No se agota nunca?

—Jamás—aseveró la mujer—. Gracias a la magia el elixir se regenera constantemente, así como nuestros órganos y tejidos. Observa, te lo enseñaré.

Iris tomó una estalactita que formaba parte del receptáculo y se propinó un pequeño corte en la palma de la mano. La sangre comenzó a fluir. Su composición era similar a la del elixir.

A continuación, derramó un poco de agua encima de la herida y el elixir limpió la sangre, sellando los tejidos, recomponiéndolos.

—¡Increíble! —exclamé—. Iris, necesito decirte algo—Era el momento perfecto para contarle los motivos se mi visita a ‹‹Tierra Mítica››.

Intenté ser lo más breve posible.

Le hablé acerca del día que Daniel y yo nos habíamos conocido, de cómo me había salvado de la muerte y de nuestra posterior captura y la privación de sus alas.

Le conté sobre nuestro tiempo en ‹‹El Refugio››, sobre Argos y las tácticas de coacción que había empleado para extorsionar a Daniel con el fin de que lo condujera hasta la ‹‹Tierra Mítica›› para apropiarse del elixir mágico, del cual tenía conocimiento gracias a que poseía una copia del ‹‹Libro del Apóstol››

Además, revelé información sobre la misteriosa enfermedad que amenazaba la vida de los humanos y los seres sobrehumanos que habitaban aquel sitio, manifestándole mi deseo de salvarlos.

Por último, hice mención sobre el viaje y el plan de Daniel para acabar con el tirano.

En ese punto Iris, que había permanecido expectante y en silencio durante la historia, me interrumpió de forma precipitada.

—¡Esto es imposible! Cuando envié al ángel a la tierra a buscarte, tenía pleno conocimiento del designio divino. Sabía el destino no podía alterarse ya que las consecuencias podrían ser terribles.

Sus revelaciones me pusieron en estado de tensión. Los secretos no terminaban nunca.

››Desde el momento en que se me presentó la profecía lo envié en tu búsqueda —repitió—. Debía verte en persona para hablarte de tu designio, ya que no solo compartimos la misma sangre mágica sino que, por causa de este vínculo, tú cargas con el pago de mis culpas, Alise... ¿Alguna vez Daniel llegó a hablarte de la profecía al menos?

—No, pero...—titubeé. Sentía un nudo en la garganta.

—¡No importa ya!—exclamó—. En el fondo puedo entender el por qué de sus acciones y su afán por torcer el curso del destino. Aunque llevamos tan poco de conocernos, reconozco tu valentía y tu nobleza de corazón y, por eso, también desearía cambiar de lugar contigo para protegerte.

—¿Protegerme? No lo comprendo...

—Supongo que ya no tiene sentido decirte esto pero, el designo para tu vida era grande e igualmente fatídico...Tú, mi querida, acabarías con la maldad imperante en ‹‹El Refugio›› al asesinar a Argos, pero entregarías tu vida a cambio de ello. 

Místicas Criaturas. El RefugioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora