CAPITULO NUEVE.

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Me desperté, la cabeza me dolía mucho, apenas podía despegarla de la almohada. Una fuerte luz entraba por la ventana quemándome los ojos, esta cama se sentía tan bien... ¡¿ESPERA UN MOMENTO, DONDE MIERDA ESTOY?!

 Abrí los ojos asustada, mientras sentía como cada musculo de mi cuerpo me dolía, era igual a mi habitación, salvo que la puerta estaba del otro lado, a decir verdad todo estaba al revés, capas estaba durmiendo o era alguna alucinación, me pellizque, y dolió, mucho. No era un sueno, ¿Entonces donde mierda estaba? Mire a mi alrededor buscando alguna pista, no había nada, todo estaba muy bien ordenado, ¿Se habrá alquilado una habitación Jake y me llevo ahí? No era muy probable. Seguí mirando, ¡UN CELULAR! Estaba en la otra mesa de luz, solo tenia que arrastrarme hasta ahí... Empecé a moverme pero era imposible, me dolía todo, me había excedido de whisky.

 Estaba muy metida en mis pensamientos cuando veo que la puerta se abre...

 -¡HARRY!.- Grite.

 -¡Yaiza! ¡Justo te despertase! ¿Estas mejor?.- Dijo acercándose a donde yo estaba.

 -¿No estas enojado?.- Pregunte confundida.

 -¿Yo porque?.- Me miro raro.

 Definitivamente no entendía a los hombres.

 -Anoche te fuiste de casa enojado y gritándome cosas feas.- Le conté.

 -¿Enserio? ¿Por eso estabas afuera de mi habitación? ¿Por eso tienes esa cara? Lo siento tanto -Dijo abrazándome.

 -Si, tomamos demás y me dijiste un montón de cosas feas, pensé, pensé que no me perdonarías...- Le respondi.

 -¿Que dices? Perdóname, no fue mi intención...- Dijo mirándome a los ojos.

 -Esta bien... Te perdono... Solo no hables tan fuerte, me duele la cabeza.

 -Lo siento, te prepare el desayuno, también fui hasta tu departamento y te busque ropa, así te bañas.- El me miro.

 -No entiendo.- Le dije.

 -¿Que?.- El me pregunto confundido.

 -Porque no me abriste si no estabas enojado.- Lo mire.

 -Porque no estaba en casa, salí, tenia una entrevista.- El me contó.

 -Oh claro...

 -Ahora desayuna, yo voy a llamar a unas personas, vos báñate, hace lo que tengas que hacer y después hablamos.- dijo levantándose de la cama.

 -Bueno...- Todavía seguía confundida.

 Tomo su teléfono y salió de la habitación, ¿Que diablos fue eso? ¿Que paso con todo lo que dijo anoche? ¿Porque no piensa igual hoy? ¿Que diablos pasa con los hombres?

Termine mi desayuno, unos ricos waffles con un café, y me dirigí al baño, abrí la ducha y me saque la remera. Ahí estaban, ahí iban a estar, detrás de ese Warrior estaban las cortaduras que iban a recordarme toda la vida lo mierda que fue mi adolescencia. Apoye ambas manos sobre el lavamanos y me mire al espejó, dos grandes manchas negras caían sobre mis ojos azules informándome que no había tenido una buena noche, una cicatriz debajo de mi nariz hasta mi labio que me hizo mi madre, y siempre esa cara de estúpida. Desde los 15 anos no sonreía por algo realmente bueno, no habia razones para hacerlo, mi vida fue, es y será una mierda siempre, nada podrá cambiarla.

-Warrior-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora