Capítulo 17: L.A. baby!

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La alarma de mi móvil nos despertó a las dos. Nuevamente nos habíamos quedado dormidas con la ropa puesta y encima de la cama. Yo estiré mi brazo para apagar la maldita música pero al hacerlo sentí dolor en mi brazo y en mi espalda. Como no! si estábamos durmiendo en como pulpos. Mary se desperezó y se levantó de la cama quejándose que le dolía todo.

-          Nunca mas duermo en la misma cama que tú – dijo señalándome con el índice.

-          Hey! Yo no tengo la culpa que me quieras quitar la cama y me vea en la obligación de empujarte – me reí de su cara. Tenía el cabello todo enredado y parecía que venía saliendo de la jungla. – Jajaja mírate como estas!

-          Y tu? No te has visto la cara? – me miré al espejo y abrí los ojos. Tenía el pelo peor que Mary! Claro ella no tiene tanto frizz como yo… y mi cara! Tenía todo el maquillaje corrido. Como una mala versión de “el guasón”  - Báñate, yo iré a hacer lo mismo para que desayunemos y hagamos las maletas – dijo saliendo de la habitación.

Fui a ducharme rápidamente para bajar a comer, tenía mucha hambre últimamente y ahora no era la excepción, mi estomago sonaba como si no hubiera comido en días. Si sigo comiendo así voy a terminar como vaca, lo mejor será empezar a ejercitarme cuando llegue a LA. Bajé corriendo las escaleras y me senté a comer, cuando terminamos subimos a hacer las maletas.

El tiempo se nos pasó volando empacando las cosas nuevas y viejas que llevaríamos, Mary me prestó otra maleta para llevar lo que había comprado, ya que las mías estaban a reventar. Sin darnos cuenta ya era la hora de comer nuevamente. Almorzamos todos juntos y luego fuimos a la sala a relajarnos y esperar que llegara la hora de irnos.

Cuando estaba quedándome dormida en el sofá Mary se tiró encima de mí riendo y diciéndome que me fuera a preparar.

-          Estoy lista – dije bajando las escaleras.

-          Bien chicas, Vamos! – dijo el Sr. Scott

-          Sii! LA allá vamos  - dijo Mary dando saltitos como si tuviera cinco años.

-          Hija creo que no eres tan adulta como pensé – dijo la Sra. Scott riendo.

-          Es la emoción madre… solo eso – me tomó del brazo y me llevó corriendo al auto.

El viaje al aeropuerto se me hizo cortísimo. Llegamos y nos despedimos enseguida de los Sres. Scott, estábamos algo apuradas. Cuando nos sentamos en el avión pude respirar. Mary aun tenía los ojos llorosos después de la despedida con sus padres. Yo la entendía así que la abracé y la consolé un poco.

-          Recuerda que nuestros padres irán unos días antes que comiencen las clases! Así que ahí podrás llorar todo lo que quieras. No ahora, porque cuando lleguemos a LA lo vamos a pasar genial!

-          Si, tienes razón – dijo secándose las lagrimas.

-          Eso es! Animo! – ella rió.

Después de conversar un rato sobre lo que haríamos al llegar allá, nos dormimos. Las dos estábamos adoloridas por la noche anterior y queríamos descansar.

La azafata nos despertó diciendo que ya íbamos a aterrizar. Las dos nos emocionamos al saber que estábamos llegando al fin. Cuando el avión aterrizó prácticamente saltamos de los asientos y corrimos a la puerta, después de recoger nuestro equipaje fuimos directo a coger un taxi que nos llevara al hotel en el que nos vamos a quedar hasta que nos mudemos a nuestras habitaciones de la universidad.

En el camino hicimos todas las llamadas correspondientes para avisar que habíamos llegado bien. Yo llamé a mis padres, a Clara y a Alex. Mis padres estaban felices de que hubiéramos llegado bien, Clara estaba emocionada por llegar pronto acá y Alex también quería llegar a verme pronto.

No Otra Vez (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora