Regla 7. "Gemirás solo cuando yo lo diga".

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Mathew la embistió contra la pared mientras ella jadeaba de dolor apenas pudiendo emitir algún sonido.

Eliot escucho el golpe contra la pared desde el piso de abajo. Miró hacia el techo y suspiró caminando hacia el jardín para patrullar los alrededores.

-Eso es nena, ¿Lo sientes? -gruñó embistiéndola-. ¿Sientes lo profundo que estoy? ¿Ah? ¿Quieres más?

Ella retuvo el aire mientras Mathew la tomaba del cuello y gruñía a medida que la follaba con fuerza, con muchísima fuerza.

-Muñeca, gime... Gime más fuerte -ella lo hizo-. Eso es. Así me gusta.

.........................


-Demien -dijo Mathew con el teléfono en la mano mientras se acomodaba la chaqueta.

Mirando hacia atrás, vio a la muñeca en la cama sollozando. Acaba de follársela tan brutalmente, que sabía que no iba a poder caminar bien dentro de unos días.

- ¿Ya decidiste qué hacer? -escuchó a Demien al otro lado de la línea.
-No te encapriches con mi chica. Ella es solo mía, ¿Te quedó claro?
-Yo la tuve primero -dijo Demien, Mathew se giró para mirarla.
-Eso es mentira, Demien. Tu solo quieres lo que es mío. Te voy a pedir que sigas con tu vida y yo con la mía.
-Como no me la entregues por las buenas, será por las malas, ¿Me oíste, Ivanovich? Ella es mi novia.
- ¿Qué cojones te has fumado? Ella no te conoce.

Demien parpadeó varias veces... Tal vez fue que...

-Tú y yo nos veremos, Ivanovich. Y ya te contaré qué pasó en realidad.

Y colgó. Mathew suspiró intentando contenerse. Ese sentimiento de rabia era tan poderoso que sentía hervir su sangre por el simple hecho de pensar en su nombre.

Mathew tomó del pelo a su muñeca e introduciendo agresivamente dos dedos dentro de ella, la miró amenazante.

-Cada paso que des... Te recordará a mí. Mírame -tiró más fuerte de su pelo mientras ella soltaba pequeños sollozos y diminutos 'Auch, Auch'-. Te quiero adolorida.

Y la dejó en paz. Ella inmediatamente se hizo una bolita mirando como él se marchaba. Lo sabía... Hoy era un hombre muy caballeroso y a la hora la podía matar.

Eliot miró a Mathew bajar secándose las manos y tomar su abrigo.

-Ya sabes... Vigílala. Ya llegó al peso ideal, así que ya puede comer mucho más. Pero asegúrate de que coma. ¿Entendido?

Eliot asintió mientras veía a Mathew marcharse. Acto seguido, subió a la habitación de ella.

Mathew había dejado abierta la puerta en un descuido. Se asomó con cuidado y la miró llorando ante el espejo de Mathew. Ella se estaba quitando la sangre de la nariz mientras lloraba frenéticamente.

- ¡No sé quién es Demien Moreau! ¿Por qué no me dejan en paz? -gritó sollozando tirando la servilleta llena de sangre.

Su mirada fue hacia el espejo, a la esquina. Donde estaba Eliot mirándola fijamente.

-Oh, Eliot -gimió-. Lo siento... No... No tenías que haber oído nada de esto -se levantó secando sus lágrimas haciendo un enorme desastre de sangre y lágrimas.
-No pasa nada, ven... Voy a curarte la nariz. Pero cálmate, por favor.

Ella asintió sollozando y haciendo el intento de secarse las lágrimas pero Eliot lo evitó.

-No te preocupes... Yo te creo, ¿vale? -le sonrió-. ¿Quieres que le saque las vísceras a Mathew?

Ella negó con la cabeza sonriendo por las tonterías que decía Eliot.

-Vamos... Voy a limpiarte la nariz.

Ella intentó levantarse pero se retorció por el dolor. Las piernas las tenía completamente dormidas y adoloridas.

- ¿Qué te hizo?

Ella miró a Eliot y negó con la cabeza queriendo no contestar a su pregunta.

-He estado en la guerra, he visto cosas que ojalá pudiera olvidar, he visto la peor faceta del ser humano, ¿Qué tiene Mathew que te hace tenerle tanto pánico?
-No hables de maldad si nunca has estado una noche en nuestra habitación o en el sótano. Lo que pasa ahí cada noche, es pura maldad. Mathew es un demonio.

............................



Demien estaba en su terraza admirando el amanecer. Inhaló aire puro y frío mirando al cielo. Bajó la mirada al ver a uno de sus guardaespaldas con la mirada un poco aterrada.

- ¿Qué ocurre? -preguntó Demien desde lo alto de su balcón.
-Sr. Moreau. Mathew Ivanovich envió una caja...
-¿Y qué tenía esa caja?
-Una bomba -se le cerró la garganta-. La hemos ido a tirar al campo...

Demien se dio la vuelta mirando a su habitación. Su preciosa esposa estaba dormida en su cama king size, como una reina.

-Ese hijo de puta... -murmuró-. ¡Llama a todos los hombres que puedas! ¡Sacaremos a esa chica por las malas! Mathew Ivanovich quiere guerra y le daremos el infierno.

Ella estaba sentada mirando a Eliot sanar una herida en la pierna que se hizo cuando Mathew la estampó contra la pared y sin querer, se golpeó contra una mesa carísima auxiliar.

-Ya está -susurró Eliot mientras le tendía la mano para ayudarla a bajar de la encimera del baño-. Ahora tienes que comer.

Ella asintió y lo siguió a paso lento.

-Oye -dijo Eliot-. ¿Por qué tu madre no te busca?
- ¿Mi madre? Ella murió junto con mi padre en un accidente aéreo, ¿Por?

Eliot frunció el ceño. ¿Acaso Hardison le había mentido?

- ¿No está viva?
-No Eliot, yo no tengo familia... Lo más cercano que he tenido a una familia es Mathew...
- ¿Por qué lo dices? ¿Nunca has tenido a nadie?
-Mis amigas eran tontas... Aparecieron muertas en el baño del instituto y nunca he tenido novio porque no me gustan los chicos.
- ¿No te gustan los chicos?
-No lo sé.

Eliot cada vez estaba más confundido mirándola.

- ¿Quién eres?
-Ojalá lo supiera, Eliot.

......................

Mathew iba en su coche privado atendiendo llamadas aquí y allá intentando que acabara ya su jornada.

Traían a dos chicas strippers que al parecer eran bastantes solicitadas y sus hombres las secuestraron. Así que ese cargamento lo estaban cuidando con su vida porque en él estaba la vida completa de Mathew.

- ¡Qué cojones quieres Eliot maldita sea! -dijo muy rápido.
-Mathew... A esta chica le ocurre algo muy extraño Mathew... Creo que es muy grave.
- ¡No le pasa nada hombre! Mira, si quieres te la presto. Hoy estoy generoso y tú necesitas divertirte. Si quieres follar, la tienes a tu disposición, solo tienes que darle unas cuantas bofetadas y las tendrás de rodillas.

Mathew colgó y él se apartó muy enfadado caminando hacia la habitación de ella, donde estaba leyendo.

-Huye ahora que puedes -dijo mirándola-. Tengo un muy mal presentimiento, pequeña y puede acabar muy mal...
-Pero es solo eso... Un presentimiento, ¿No?
-Por favor, te lo estoy rogando... Mathew acabará matándote y...

Ella se levantó cojeando hacia el armario de Mathew.

-No se lo digas a Mathew que la robé...

Ella reprodujo el discurso de Mathew de ayer por la noche...

-Esa, mi querido Eliot, es la prueba de que no me hará daño.

¿Tú crees? Lo dudo. Pensó Eliot.

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Dominante....."el placer de causar dolor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora