Regla 9. "Si ves a otro hombre, date por muerta".

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  Regla 9.
"Si ves a otro hombre, date por muerta".

Ella despertó sintiendo los brazos de Mathew.  a su alrededor. Al moverse ella, Mathew se despertó inmediatamente. 


La cara de dolor fue desgarradora. Se quejó mientras estiraba la mano buscando las pastillas para aliviar ese dolor. Tenía una erección enorme que hacía que le doliera absolutamente todo.

Ella, muy adormilada, se levantó rápidamente dándole una pastilla. Mathew cerró los ojos con fuerza quedándose quieto en la cama, aguantando el dolor.

—¿Puedo hacer algo más por ti?
—Muérete —gruñó Mathew . Ella se alejó tomando aire y se volvió a sentar a su lado de la cama, dándole la espalda.
—¿Cuándo te curarás?
—Dentro de un par de meses —dijo sin respirar aguantando el dolor—. ¿Me buscas hielo?

Ella se levantó y corrió a la cocina a buscar hielo. Eliot estaba en la cocina. La miró sin dejar de beber de su taza de café. Ella tomó el hielo y se marchó.

—¿Cómo está Mathew ?
—Mal... Tiene una erección gigante, los puntos le molestan y está sangrando, ¿Contento?
—No... No te enfades conmigo. Lo siento —susurró. Ella se alejó y volvió a la habitación.

Mathew  estaba sentado en la cama y respiraba profundamente intentando calmarse.

—Ven, ayúdame —dijo Mathew

Ella se acercó al momento que él se bajaba los bóxer. Ella se mordió el labio haciendo una mueca de dolor. Efectivamente,  Mathew tenía puntos en el pene, sangraba un poco y al parecer era muy doloroso.

—Ponme hielo para que me baje —dijo cerrando los ojos cuando ella tomó un cubo pequeño de hielo, se sentó en el suelo, enfrente de él y acercó el hielo—. De... Despacio —tartamudeó.

Ella lo hizo con mucho cuidado. En unos minutos, la erección y el dolor de Mathew se había aliviado.

—Odio esto —gruñó—. Quiero dormir más.

Ella asintió cuando él se daba la vuelta dándole la espalda. Ella, tomando una chaqueta, salió de la habitación.

Volvió a encontrarse a Eliot en el mismo sitio que antes, pero ya no comía, sino que estaba mirando a la nada, pensando.

—Escúchame —susurró Eliot—. En el momento en el que te cogí del cuello, solo pensé en una cosa... Si habías hecho algo a Mathew , fingiría que te mataría pero te llevaría a mi casa, donde te quedarías todo el tiempo que hiciera falta para que Mathew se calmara... Mi intención nunca fue hacerte daño.

Ella lo miró fijamente, casi sin expresión. Eliot se levantó y al acercarse pudo percibir que en ella había ese olor de la otra noche... Ese perfume...

—Lo siento —estiró una mano y la colocó en la mejilla derecha de ella—. ¿Me perdonas?

Ella asintió. Recuerda cuando Mathew no tenía con quién hablar y le contaba todo a ella. Decía que Eliot odiaba el contacto humano, pero era así de delicado con las chicas. Y Mathew concluía con un: "Es un campeón mujeriego".

Eliot esbozó una media sonrisa y la guió a la cocina para que comiera.

—¿YMathew ? —preguntó.
—Se ha vuelto a dormir...

Eliot asintió y frunció el ceño.

—Oye... ¿Te puedo hacer una pregunta?

Eliot la miró fijamente, ella, inocente... Asintió.

—De casualidad, ¿Has visto a Demien Moreau por aquí?

Y ya, no hacía falta que dijese nada porque Eliot reconoció esa cara de que sí, había visto a Demien Moreau.

Dominante....."el placer de causar dolor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora