Regla 19. "Te quiero solo para mí".

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  Eliot al despertarse, maldijo por lo bajo. Nunca... Pero nunca en una noche de vigilia se había quedado dormido. Enfadado, miró a todos lados, parecía estar todo en orden.

Y la miró, tan serena, tan angelical. Admiró su piel a la luz del día, llena de cicatrices y a la vez tan suave. Sonrió admirándola. Ella, de pronto se despertó de un salto.

—Eliot —susurró aferrándose a su brazo—. Casi... Casi...
—Shhh —susurró sosteniéndola—. ¿Has tenido una pesadilla? —ella asintió—. No es real, pequeña. No es real.

Eliot lo dijo para tranquilizarla... En realidad, las pesadillas provenían de la misma zona del cerebro donde estaban los recuerdos, en resumen... Las pesadillas son reales. Pero para no asustarla más, la abrazó hasta que se calmó.

—Te llevaré a desayunar, ¿Estás muy cansada? —susurró besándola en la frente. Ella negó con la cabeza.

Al ver su teléfono, tenía un centenar de llamadas perdidas de Demien. Volvió a mascullar una maldición y lo llamó.

—¿Eliot? ¡Eliot! Gracias al cielo, creí que había pasado algo...
—Estábamos dormidos. Ahora iremos a desayunar y pasaremos por el veterinario a ver qué tal sigue tu cachorro.
—Se llama Greg —dijo Demien.
—¿Greg? ¿Qué clase de nombre es ese?
—Se lo puso ella...

Ambos callaron. Eliot la miró doblar las mantas con delicadeza.

—¿Alguna novedad?
—Sí —respondió Demien un tanto inseguro—. Mis hombres dicen que han visto a Sabino ayer por la noche vigilar mi casa. Me quedé con mi esposa, así que creo que no hubo nada que ocultar. Y me han dicho que han visto su coche merodear cerca de aquí... Así que supongo que no podré salir. No quiero que volváis al apartamento, así que podéis ir a otro...
—¿El del sur?
—Ese mismo. Es más pequeño pero creo que estará bien ahí.
—Vale, la llevaré a desayunar y cuando la deje en el apartamento, le llevaré comida, ropa y demás.
—Gracias Eliot...
—Todo sea por su seguridad.

Eliot la miró un largo rato, ella a él también. Suspiraron.

—Te llevaré a comer algo —susurró.
—Gracias.

Se pasó al asiento de adelante. Lo que Eliot no sabía, era que ella estaba todavía pensando en la pesadilla... Y sin saber muy bien qué era, pues tal vez predijo el futuro: Era Omar, asfixiándola con sus propias manos. Y lo peor, es que no se detuvo hasta que su alma dejó su demacrado cuerpo.

—Nací en una familia poco beneficiada, la verdad. Aunque nos queríamos mucho. Soy hijo único así que toda la responsabilidad caía sobre mí. Mi padre era soldado, mi madre enfermera. Suena a esas películas románticas —rió—. Pero no. Cuando yo estaba en la secundaria, me iba muy bien. Estaba en el equipo de fútbol americano, en el taller de cocina y en el de canto —sonrió recordando todos esos tiempos—. Hasta que hirieron a mi padre, de gravedad... Quedó paralítico. Ahí fue cuando mi mundo idealizado se vino abajo... Mi madre dijo que no se iba a hacer cargo de él, ya que decía que era demasiado joven como para ocuparse de un vegetal... Así que dejé la escuela y me hice cargo de ambos.

Ella mantenía la mano de Eliot debajo de la mesa mientras lo escuchaba. Eliot suspiró.

—La vida militar es algo que he amado siempre. Empecé con 17 años en los Ranger's de Texas. Me gradué con honores pero fue cuestión de tiempo que me fuese por el mal camino... Ya sabes, asesinatos a sueldo, conspiraciones, atentados... Estaba a punto de caer hasta que apareció Demien. Él no es el mejor pan del circo, pero fue lo suficientemente bueno como para purificar mi alma... Las peores cosas que he hecho... Han sido por Demien Moreau.
—¿Qué hiciste? —preguntó ella. Eliot fijó la mirada en ella.
—No me preguntes eso... Porque si me preguntas, te lo diré... Así que por favor no me preguntes.

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⏰ Última actualización: Dec 25, 2018 ⏰

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Dominante....."el placer de causar dolor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora