Regla 11.
"No nombrarás al que no puede ser nombrado".
Ella corría despavorida subiendo escaleras como loca sintiendo ya casi encima las manos de Demien.
—¡No quiero hacerte nada!Gimiendo, se libró de que Demien la atrapara, pero su perdición fue cuando se topó con una pared de hormigón. Jadeando, se quedó inmóvil.
—Quiero hablar contigo —dijo Demien acercándose lentamente—. No quise matarte... Quería llevarte conmigo pero al saltar desde la ventana... Me rompí la pierna y no podía contigo. No iba a matarte, ¿Cómo voy a matar a algo tan bello?
Habían pasado los meses, donde Mathew había seguido recuperándose, ella también y Eliot se había evadido totalmente del mundo.
—Eres tan bonita —dijo acariciando su rostro y ella apartándose—. No te alejes de mi...
Ella respiraba entrecortadamente mirando a un lado buscando la salida pero no había... Y Demien la tenía entre su cuerpo y la pared.
—No me hagas esto —susurró acercándose para besarla, justo cuando Demien cerraba los ojos, ella corrió escabulléndose por el costado derecho de Demien.
Corrió tan rápido como pudo sintiendo a Demien detrás de ella. Dándose la vuelta... Miró la enorme casa de Demien... Jadeó al darse cuenta que tendría que saltar por la valla para poder cruzar el otro lado del río y por fin huir.
Corriendo, se lanzó sobre la valla, haciendo que el gran danés de Demien, Cerbero, se acercara corriendo a ladrar alertando a todos de su presencia. Cuando saltó la valla, cayó mal... Se hizo daño en el tobillo pero sabía que no era momento de quejarse, sino de correr como pudiera.
La adrenalina permitió que el dolor no fuese tan fuerte, pero al caer la noche y llegar al río... El dolor se intensificó.
Ahora sí que estaba jodida. Sola, de noche, al lado de un río, con el tobillo hinchado, con Demien buscándola al igual queMathew ...
¿Cómo había llegado aquí?
Demien se la llevó en la noche, mientras dormían todos profundamente. Al despertarse, estaba siendo abrazada por nada más y nada menos que Demien.
Se quedó sentada a la orilla del río detrás de un pequeño arbusto para no llamar la atención. Con sus manos frías acarició su tobillo y suspiró de dolor al sentirlo tan hinchado.
Tomando fuerzas, se levantó y divisó las piedras del río. Cuando era pequeña, solía cruzarlo con su madre cuando hacían picnics, pero ahí estaba de día a plena luz, aquí era de noche... Terrible y oscura noche.
Con mucha cautela, cruzó piedra por piedra, buscando la manera más segura de cruzar. Cuando estuvo a punto, casi pierde el equilibrio al oír a Cerbero ladrar desde atrás.
Ella, dando un último salto, se libró y siguió corriendo buscando el seto donde estaba el enorme portón de acero y ahí ya estaría a salvo...
Pero estaba muy equivocada al caer en una trampa para osos. No era mortal, sino que una simple red que la dejó completamente inmóvil en el suelo.
Escuchó a Cerbero así que no le quedó otra opción que gritar con todas sus fuerzas como loca.
—¡Ayuda! —gritó—. ¡Por favor!
Eliot y Mathew patrullaban de casualidad las afueras de la propiedad de Demien buscando señales de ella.
Al oír su grito, se quedaron paralizados. Completamente inmóviles. Eliot sacó la cabeza por la ventanilla cerrando los ojos. Escuchó al perro, luego más gritos.
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Dominante....."el placer de causar dolor"
De TodoSi la concepción de la vida de un psicópata es hacer daño, lo hará, y mucho. Mathew Ivanovich sólo está cegado por su obsesión con las muñecas, la perfección, el orden y la obediencia. En cambio ella sólo tiene demasiado miedo como para huir. ...