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RAPHAEL.

Todo esto era tan extraño para él, se acordaba de haberse ido a dormir después de una velada familiar, su madre les había cocinado unos deliciosa comida mientras el trataba de entretener a sus seis hermanos, algo difícil de conseguir pero lo había podido lograr, los pequeños Santiago podían ser todos unos monstruitos cuando querían pero también querían ser pacíficos y angelitos de dios, cada uno de ellos sabían que tenían que obedecer si no le prohibía comer postre en la cena, ninguno de los niños le desobediencia, amaba a su familia. Pero ahora estaba acá en una sala decorada con colores llamativos, decoraciones muy caras y con tres personas que decían conocerlo y trataban de hacerlo sentir cómodo, no podía sentirse del todo cómodo cuando el no los reconocía, era como entrar a un nuevo grupo de persona y no sabías como llevarte con ellos, no saber sus nombres, sus pasatiempos, hasta los que le gustaba y algo que le costaba a Raphael era socializar, además era muy chocante saber que su familia ya no estarían más o que los años habían pasado rápido y podían estar muerto.

Y sabía que las tres persona lo veían como un extraño o con amargura en sus ojos, más ese chico que se llama Simón que cada vez que estaba cerca de él su voz sonaba como si estuviera a punto de llorar y sus ojos brillaban esperando algo de él o como Magnus y Ragnor parecían amargados cada vez que lo miraba, no quería que ellos estuvieran así por su culpa.

—Creo que es hora de irme a dormir— suspiró Magnus.

¿Los brujos podían dormir? ¿Por qué los vampiros no? Se sorprendió a saber que desde ahora ya no dormiría más ¿Qué haría en todo ese rato libre?

—No puedes, vamos a tener visita— dijo Simón.

— ¿Visita?— preguntó Ragnor confundido.

—Llame a los Nephilim, vendrán a ver por qué la runa de Clary dejo a la mitad la recuperación— contesto Simón.

Y allí volvía a estar, su voz había bajado en la últimas palabras como si le doliera hablar de todo ese asunto, pero le entendía, había dicho que eran muy buenos amigos, a él le pasaría lo mismo si le pasaba eso a su amigo.

—No tendrías que haberlo hecho Simón—dijo Ragnor molesto— tendrías que habernos dicho, hay graves consecuencia si alguien se entera que Raphael a perdido la memoria.

Los miró sorprendido preguntándose ¿Por qué habría consecuencia? Ni siquiera fuera tan importante, al mirar a Simón lo vio que estaba igual que el sorprendido y aturdido.

— ¿Qué es lo que hice?— preguntó Simón.

—Camille se enterará de Raphael, sabes que él siempre ha sido importante para ella y cuando sepa de su estado lo vendrá a buscar— dijo Magnus—como su polluelo, no quiero imaginarme las cosas que le hará o los otros subterráneo que tiene como enemigos vendrán a vengarse cuando sepa que Raphael esta así.

Vio a Simón pararse y comenzar a caminar con desesperación en círculos, agarrando algunos de sus mechones de pelos y comenzando a tirarlo con un poco de fuerza, estaba diciendo cosas con rapidez siendo difícil entender, habías palabras que se podían escuchar como "Estúpido" "No" "Inútil" y después no entendía nada más, este chico debía hablar hasta los codos, se paró y lo agarró del brazo esperando que se calmara y dejara de maldecir por lo menos, era algo irrespetuoso que lo hiciera y tenía que pararlo, pero al ver como Simón separaba su brazo y lo abrazaba, el vampiro mayor no pudo evitar sentir cosquillas en su pecho y sentirse relajado como si estuviese presente a un abrazo por alguien conocido.

—Lo siento Raphael, lo siento— escuchó sollozar a Simón en su hombro—cada vez te estoy metiendo más en problemas, lo siento.

El vampiro paso sus manos por la espalda del vampiro menor y lo atrajo a él con un poco de fuerza, algo en su interior se lo decía que debía hacerlo, cuando aspiró el aire sintió un aroma salir de Simón, algo que no podía descifrar​ pero que le gustaba mucho. Quería decirle que parará, que él no tenía la culpa y que se pusiera bien, que no podía verlo así, pero no podía, no lo conocía o no se acordaba de él, cuando estaba por hablar la puerta fue tocada, Raphael se asustó y se alejó de Simón mirando hacia otro lado viendo como Magnus hacia algún truco y de su mano saliendo una llama azul grande empezando a mostrar figuras borrosas, no pudo evitarlo mirar con fascinación y caminar hasta donde estaba el.

No Te Enamores Del Novato. • Saphael •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora