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SIMÓN.

Sentir los brazos de Raphael alrededor de él y no estar alucinando era una emoción satisfactoria, era como volver a ser el, poder volver a sentirse que no estaba solo, poder volver a ser vulnerable y no estar fingiendo que era fuerte cuando no era así, si no su pareja estaba ahí para él, Raphael estaba para protegerlo, se acurrucó más en los brazos de su amado y colocó su mejilla en el pecho de este mientras aspiraba el olor a menta que este sabía irradiar de su cuerpo, extrañaba y amaba ese olor, podía sentir como su pelo era acariciado con cuidado y la relajación entraba a su cuerpo, Raphael sabía cómo calmarlo, sabía cómo hacerle olvidar de malos momento.

Miró a los dos acompañantes que estaban casi al frente de ellos, ahora que miraba con atención Ragnor estaba distinto, más joven y más sonriente, miró a Fran y este estaba también sonriendo como un niño enamorado, verlo a él y al brujo charlar era asombroso como si existiera una química entre ellos, y no es que le pareciera mal, era bueno ver que ellos dos pudieran formar algún tipo de relación, porque después de la historia de la cual Fran le había contado se merecía ser feliz y aunque Ragnor y el no se conocieran sabía que el brujo necesitaba de esto, conseguir a alguien para tener a su lado.

—Simón ¿Cómo te sientes?

Volvió su vista y miró a Raphael que lo miraba si él no lo conociera diría que el vampiro mayor estaba medio molesto, pero él si lo conocía y solo podía decir que su Raphael estaba más cerca de lo que pensaba y eso era algo bueno, sintió curiosidad de saber que había pasado estos días para que tuviera este cambio.

—Un poco mejor.

Y estaba diciendo la verdad, aún no podía pasar aquello que lo había hecho entrar en shock, aún no podía procesar que su familia había muerto, sentía como si una mitad de él hubiera desaparecido, pero su otra mitad se sentía estable en los brazos del mayor.

—Lamento mucho lo que sucedió— susurro Raphael.

El menor bajó la mirada y apretó su cara a la remera del mayor mientras agarraba la parte final de esta y la apretaba con fuerza, dolía escuchar esto, por que afirmaba que no era mentira sobre la muerte de su familia.

—Tú no tuviste la culpa de esto— dijo Simón con dificultad.

—Claro que si, si yo recordará todo esto no hubiese pasado, hubiese detenido a Camille— dijo Raphael.

Se separó de sus brazos y lo miró sorprendido arrodillándose en el sillón y sosteniendo las mejillas del vampiro mayor.

— ¿Qué dices Rapha? ¡Esa mujer está loca!—dijo Simón— ni tú mismo podrías haber evitado que ella dejará de hacer estas situaciones.

Escuchó una risa por parte del mayor, la risa cual tanto extrañaba.

—Oh cielos Simón no exageres, por alguna razón fui el segundo al mando— dijo Raphael.

El vampiro menor lo miró sorprendido de nuevo ¿Qué era lo que acababa de escuchar?

—Oh cielos tu ego ha vuelto, has avanzado más de lo que imaginaba— dijo Simón con una sonrisa.

Mientras se tiraba a los brazos de Raphael y abrazaba su cuello sintiendo como las manos del mayor se cruzaban por su parte baja de la espalda.

—Me siento en paz a tu lado Simón— susurró Raphael— aún no entiendo por qué no te recuerdo.

Se acomodó en las piernas del vampiro mayor acomodando sus piernas a cada lado del cuerpo de Raphael y acomodar su cabeza en el hombro de este, se sentía mimado.

—No importa, lo harás, se que lo harás— susurró Simón— estás más cerca de lo que imaginas Rapha.

Sintió como las manos del mayor comenzaban a acariciar su espalda haciendo que el menor cerrará los ojos por sentir como su cuerpo vibraba a tal toque.

—Aún siento nervios tenerte así en mi, abrazarte así me avergüenzo, me pongo nervioso, si no estuviera muerto temblaría—dijo Raphael riendo— pero no tendría que ser así necesito saber como yo era contigo, ¿Me querías como era? ¿Cómo nos conocimos? ¿Te traté bien? Cielos Simón, no tengo palabras para decirte como me siento.

Cuando Raphael se ponía así, cuando explicaba lo que sentía moría de ternura, esperaba que esta faceta no muriera si volvía a recordar todo, por que por alguna razón el menor ya se había acostumbrado a ello, aunque quería tener a su Raphael también, el menor dejó escapar una risa y se apretujo más a él.

—No empezamos de la buena manera me querías matar, creo que no eras de mucha paciencia, pero eso se debía a que me amabas en secreto— bromeó Simón— pero te quise, debo admitir que te quiero, eres lo único que tengo y me ayudaste bastante.

—Me gustaría recordar todo eso como tú lo haces— susurró Raphael.

Cuando iba a contestar una luz media azulada alumbró toda la habitación llamando la atención de todos, miraron hacia donde este provenía, el menor se entusiasmó pensando que era Magnus, extrañaba a ese brujo y el podría ayudarlos, se preparó para saltar hacia donde estaba el pero cuando vio que dos mujeres pasaban por ello, el menor se tenso ¿Quiénes era? ¿Qué querían?

—Tessa, Catarina— escuchó a Ragnor dejando de conversar con Fran—creí que tardarían más.

Volvió a acomodarse pero esta vez de una manera que pudiera ver aquellas muchachas y así saber quiénes eran.

—Mira al chico rizado— susurró Raphael—está celoso.

El menor lo miro, Fran tenía su ceño fruncido y se había cruzado de brazos mientras Ragnor se alejaba de él y saludaba a las chicas.

—Ragnor—dijeron las mujeres— ¿Has usado el truco Bane?

La primera chica que se acercó hacia donde estaba Ragnor tenía piel azulada con un pelo largo blanco grisáceos que estaba atado en una trenza, llevaba un tapado negro que llegaba hasta sus rodillas y una sonrisa en su cara que la hacía ver amable, aunque mirándola un poco mejor se la notaba sorprendida y la otra mujer que estaba un poco más atrás tenía piel de porcelana, blanca y deslumbrante y ojos claros que ahora mismo los miraban a ellos dos o podía estar mirando a Raphael pero Simón no quería que sus celos aparecieran, vio como la muchacha de piel azul quería colocar una mano en la mejilla de Ragnor cuando.

—Ragnor ¿Quiénes son ellas?— preguntó Fran parándose del lugar y acercándose al brujo—hola me llamo Fran, soy la cita de Ragnor.

Simón dejó escapar una carcajada sin dejar de mirar el drama.

— ¿Cita?—preguntó la mujer de piel azul asombrada— ahora entiendo por qué usaste el truco Bane, bueno felicito que vuelvas a salir y buscar a alguien para tener a tu lado querido amigo.

El vampiro menor no entendía nada, así que solo cerró los ojos para disfrutar el aroma de Raphael, pero no duro tanto.

—Bueno ven Tessa acá está Raphael— volvió a decir la muchacha.

Haciendo que Simón abriera los ojos y mostrará sus colmillos en modo de protección.

—Simón calma, ellas me ayudarán con esto, a recordar— susurró Raphael.

El menor asintió un poco dudoso.

—Necesitaría tu chaqueta para ver en qué nivel estamos—dijo la muchacha de ojos claros.

Simón frunció el ceño.

— ¿Por qué necesitas su chaqueta?— Preguntó de mala manera Simón.

Pero solo recibió como respuesta un beso en la mejilla y después sentir ser movido hacia el otro lado del sillón viendo como Raphael se paraba y se quitaba la chaqueta para dárselo a la mujer, se cruzó de brazos y esperó el siguiente movimiento, pero solo vio como la mujer se colocaba la chaqueta, Le estaban tomando el pelo.

—Nosotros tres debemos hablar— dijo Ragnor señalando a Fran y a Catarina.

—Después de que esto termine— dijo Catarina.

Simón frunció el ceño, no estaba de buen humor, necesitaba estar en los brazos de Raphael siendo consolado por lo que había pasado, no viendo una chica jodiendo una broma.

—Bueno veamos en qué puedo ayudar—dijo la muchacha.

Y el cuerpo de ella comenzó a cambiar.

No Te Enamores Del Novato. • Saphael •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora