01. Decisiones

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Advertencia: La historia está marcada con contenido adulto porque puede contener temas delicados no aptos para gente sensible, no precisamente por el posible contenido sexual, como: Trata de personas, consumo de drogas, prostitución forzada y/o ped0filia.

Si el contenido no es de tu agrado, por favor, no lo leas, aunque no se profundiza totalmente ni se romantizan dichos actos, se hace mención a alguno o todos los temas anteriormente mencionados.



Observó el agua caer por un instante. La melodía que sonaba en el fondo lo había envuelto en una extraña sensación de familiaridad, él siempre elegía la música clásica como música predilecta, porque era difícil relacionarla con alguien, no muy imposible, pero raro e inusual.

La voz masculina con esa canción en particular lo remontaba a hacía años atrás. Había elegido mal al dejar la radio en lugar de su reproductor musical, recordaba los labios rosas y la voz femenina a dúo con esa voz masculina que siempre sonaba en su lista de reproducción, lo que más le afectaba, era la forma en que la cantaba para él, la manera en que lo miraba invitándolo, incitándolo.

El cabello rubio se esparció por el agua, se talló el rostro y suspiró aliviado cuando la canción terminó, ese día había tenido una reunión importante y no quería que nada perturbara sus pensamientos, necesitaba concentrarse plenamente para pensar en todo lo que le habían dicho, de eso dependía su futuro, no obstante, se estaba arreglando para acompañar a uno de sus nuevos amigos a su especial despedida de soltero, había escuchado mucho de Theodore Nott, pero apenas lo conocía, a pesar de todo, se estaban llevando bien, aun así, tenían muchas cosas que no sabían el uno del otro.

Se puso unos pantalones negros de vestir y una camisa gris oscuro, se arregló el cabello y se colocó la loción que por contrato, estaba obligado a usar, se colocó sus lustrosos zapatos y caminó hasta la puerta de la habitación. La vio sentada en el lujoso sofá blanco, con su ajustado vestido a lápiz color uva, su larga cabellera negra sujeta en un peinado sofisticado y sus labios de un color suave, contrastando con sus ojos verdes brillantes, lo último que le faltaba.

—Ya no hay nada en mi agenda, Astoria.

—Tenemos que hablar sobre lo que te dijeron en la tarde, Draco.

—Ya lo pensé, aceptaré.

—Así de simple, cuando hace una semana te quejabas de venderte al mejor postor.

—Es mi futuro, nuestro futuro, y lo sabes, hay más de una persona detrás, que mantiene a sus hijos, que paga sus casas con lo que les pagamos, llámalo... Un trato justo, vendí mi alma a satanás hace mucho.

—Al menos piensas en los demás al esclavizarte en un contrato por cinco años, con una posibilidad de duplicar el periodo.

—Soy un amor, lo sé –soltó sarcástico.

—No deberás excederte esta noche y lo sabes.

—Sí, mamá.

Salió de la habitación de hotel, hacía nueve años había dejado de vivir en Londres, de hecho, había dejado el país y se había quedado en Los Ángeles, sólo regresaba por contratos, pero no estaba más de un mes en el lugar, no quería, no le gustaba ese lugar.

Condujo su auto rentado hasta el bar en una zona costosa de la ciudad, el enorme letrero de luces de neón le indicaron que estaba en el sitio correcto, aparcó y entró por la puerta que Blaise le había indicado. Era un lugar bastante amplio, el privado que tenían era el más exclusivo, ninguna ventana cerca, eso evitaba a los paparazis. Normalmente, él se sentaría hacia la entrada, pero no quería, así que le dio la espalda al mundo, observando el privado aún vacío.

Quédate Conmigo || DrinnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora